miércoles, 8 de septiembre de 2021

Duque de Rivas, "Contestación del Excmo. Sr. Duque de Rivas al discurso leído ante la Real Academia Española en la recepción pública de Don Cándido Nocedal" [1860]

El excelentísimo duque de Rivas contra la novela decimonónica,

"El mal no está en que se apodere el novelista de los conocimientos modernos, ni de este espíritu de discusión que nos devora, sino que lo haga para predicar lo malo, para empujar los instintos depravados de la época, y para esparcir doctrinas disolventes, impías y corruptoras, y en que, aprovechando el interés de una fábula artísticamente combinada y diestramente vestida con las seductoras galas del ingenio, ataque a la familia, disculpe, si no encarezca, el adulterio, y se empeñe en probar que en la humanidad no hay más que materia e instintos, que la verdadera religión está en el corazón del hombre sin necesidad de la revelación, e inspire a las clases menesterosas, donde coloca todas las virtudes, odio mortal contra las acomodadas, en donde establece todos los vicios, preparando abundante cosecha de frutos de maldición. [...] ¿Quién infiltró en la masa los deletéreos principios del socialismo y de la revolución, que estallaron, como la lava de los volcanes, en medio de la revolución del 48, conmoviendo todos los tronos de Europa? No diré que los novelistas fueran sólo los autores de esos males; pero, ¿quién duda que la novela penetra allá donde no llegan las discusiones de partido ni las polémicas de periódico? Las mujeres, estos ángeles de la tierra que tan poderoso ascendiente ejercen en el corazón del hombre, en su mayor número no leen periódicos políticos ni asisten a lides parlamentarias; pero la novela es otra cosa; es su lectura favorita, es el encanto de su imaginación, es el embeleso de sus potencias. ¿Qué costurera de París no odia a los jesuitas porque ha leído "El judío errante"? ¿Qué cortesana no admira a Ninnon de Lanclos como tipo perfecto de hermosura física y moral, y las orgías de la Regencia como el más vivo y deleitoso entretenimiento a que puede dedicarse en vida? ¡Ah! Los propagadores de la mala semilla han calculado bien: las mujeres tienen la razón más flaca y el corazón más impresionable; pero sus medios de persuasión son poderosos. Eva convenció a Adán de que debía comer la fruta vedada; hagamos nosotros, dijeron, de las Evas actuales, misioneros indirectos de nuestras satánicas doctrinas. Sirvámosles, pues, la hiel de nuestras almas en tallada copa de cristal y de oro. Las mujeres gustan de relumbrón, y la belleza de la forma hechiza sus ojos; al fin beberán; el germen del mal se desarrollará en sus desprevenidos corazones, y los hombres comerán del fruto prohibido."

(Contestación del Excmo. Sr. Duque de Rivas al discurso leído ante la Real Academia Española en la recepción pública de Don Cándido Nocedal, el día 15 de mayo de 1860.)

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