viernes, 24 de septiembre de 2021

Gertrudis Gómez de Avellaneda, "Sab" [1841]

En 1841, en Madrid, se publicó "Sab" de la cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, aka Tula, que según los estudiosos, es la primera novela de contenido abolicionista publicada en español. Una novela histórica, de denuncia social, en que ampliando las pautas esproncedianas, se identifica la esclavitud con las condiciones de la mujer,
"¡Oh! ¡las mujeres! ¡Pobres y ciegas víctimas! Como los esclavos, ellas arrastran pacientemente su cadena y bajan la cabeza bajo el yugo de las leyes humanas, sin otra guía que su corazón ignorante y crédulo eligen un dueño para toda la vida. El esclavo, al menos, puede cambiar de amo, puede esperar que juntando oro comprará algún día su libertad."
Rectamente, se trata de una novela romántica, sentimental, de pasiones amorosas exaltadas, que narra el amor imposible, prohibido y desgraciado del esclavo Sab por su ama Carlota. Sab, un esclavo instruido, aspirante a líder revolucionario, arrebatado por un amor funesto, declinará lo que el destino le aguardaba: emular a sus pares haitianos,
"He pensado en armar contra nuestros opresores, los brazos encadenados de sus víctimas; arrojar en medio de ellos el terrible grito de libertad y venganza; bañarme en sangre de blancos; hollar con mis pies sus cadáveres y sus leyes y perecer yo mismo entre sus ruinas."
La novela, junto con "Dos hermanas", fue retenida en la Real Aduana de Santiago de Cuba en septiembre de 1844, no podía 'introducirse por contener las primeras ["Sab"] doctrinas subversivas y contrarias a la moral y buenas costumbres, y la segunda ["Dos hermanas"] por estar plagada de doctrinas inmorales': faltaban más de cuarenta años para la abolición de la esclavitud en la isla caribeña.
Un personaje secundario de "Sab", Martina, de posible ascendencia india, afirma proféticamente,
"La tierra que fue regada con sangre una vez lo será aún otra: los descendientes de los opresores serán oprimidos, y los hombres negros serán los terribles vengadores de los hombres cobrizos".

domingo, 19 de septiembre de 2021

Kale Gorria, “Narcos, la ruta de la impunidad. Del PP a Intxaurrondo” [2001]


Contrabando de tabaco, narcotráfico, redes de clubs de prostitución, guerra sucia. Un descarado ejemplo de utilización de los ilegalismos por parte de los grupos dominantes del estado español en la década de los ochenta y de los noventa. La desaparición de parte de un alijo de cocaína incautado en Irún en mayo de 1988, es el motor de esta investigación que marca la ruta de la impunidad: contrabandistas del tabaco gallegos mecenas de la creación política de la transición española Unión de Centro Democrático; narcotraficantes inversores y consejeros de ese naciente partido político Alianza Popular patrocinado por el inefable Fraga Iribarne; sicarios mafiosos al servicio de la financiación de la vieja guardia fascista de Fuerza Nueva; capos gallegos establecidos en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, donde las comprometidas informaciones relacionadas con las operaciones antiETA permitían una tácita impunidad; guerra sucia, proxenetismo y narcotráfico, actividades patrocinadas por uno de los cuerpos encargados de la vigilancia perpetua de la población: la Guardia Civil. El documental presenta una retahíla de nombres difícilmente digerible, algunos ya conocidos para el rastreador de los manejos del narcotráfico patrio; podéis probar: los hermanos José Antonio Oubiña Ozores y José Luís Oubiña Ozores, narcos confidentes de la policía; Pablo Vioque Izquierdo, antiguo secretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía y ‘narcoabogado’, hombre fuerte de Alianza Popular; Ángel Lores González, jefe de un grupo de sicarios violentos que arrancaba partidas presupuestarias para Fuerza Nueva; Ricardo Portabales y Manuel Fernández Padín, narcos arrepentidos que dieron el pistoletazo a la operación Nécora; Vicente Otero ‘Terito’, traficante condecorado con la medalla de oro y brillantes de Alianza Popular; Laureano Oubiña, que declaró en el Vanity Fair 'a finales de los años setenta, cuando pasamos a la democracia que dicen que vivimos, ayudé a financiar a Alianza Popular, del señor Fraga, y a UCD, del señor Suárez'; el Txofo Miguéliz, confidente que destapó la ‘trama verde’ en el cuartel de Intxaurrondo; José Antonio Santamaría, contrabandista de tabaco asesinado por ETA en 1993; Enrique Dorado Villalobos, narcotraficante, torturador, proxeneta, ladrón, sargento de la Guardia Civil, militante de los GAL, torturador reconocido; o Enrique Rodríguez Galindo, condenado en el año 2000 a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato en 1983 de Jose Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, salió de prisión en octubre del 2004. Un ejemplo de delincuencia útil para los grupos de poder, un caso de desviación de ilegalismo para provecho de los círculos de poder, una muestra de la necesidad de vigilar a los vigilantes. Un making of extendido de "Fariña".

viernes, 17 de septiembre de 2021

Leobardo López Arretche, "El grito" [1968]


Aquel verano de 1968 en Ciudad de México: ni en París, ni en Praga, ni en Tokio, masacraron a los estudiantes. Funesto octubre en Tlatelolco. Los del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México filmaron el único testimonio audiovisual del interior del movimiento, respuesta parcial a algunas de las preguntas con que Paco Ignacio Taibo II comenzaba su magnífico libro, "68",
"¿Cómo se cocinó la magia? ¿Con qué se alimentaba la hoguera? ¿De dónde salieron los 300 mil estudiantes que llegaron al Zócalo el día de la manifestación del silencio? ¿Quién le puso parafina a la mano tendida? ¿Cuál fue el destino de Lourdes? ¿Quién estaba detrás de la puerta de prepa 1 el día del bazukazo? ¿Cómo fabrica una generación sus mitos? ¿Cuál era el menú diario en el comedor de Ciencias Políticas? ¿Qué cuestionaba el movimiento del 68? ¿De dónde salía todas las mañanas aquel autobús Juárez-Loreto? ¿Quién era el ala derecha y izquierda en septiembre del 68? ¿Quiénes radicales y quiénes mencheviques? ¿Cómo regresan envueltos en rumores los nombres de los desertores y de los suicidas? ¿Qué poema se escuchaba por el sonido local cuando entraron los tanques? ¿De dónde salió la idea del brigadismo? ¿Cómo se enamoró Fanny de un tira? ¿Y a qué horas llegó Toño a Topilejo? ¿Cuáles son los límites de la victoria y de la derrota? ¿Quién colgó el cartel de barrio de Ginza en la noche? ¿Cuándo reforma y no revolución? ¿Por qué el mejor café se tomaba en la voca 5? ¿Dónde estuvo el punto de no regreso?
¿Cómo se hacía un mitin relámpago bloqueando las cuatro esquinas? ¿Cómo se guardan volantes en las bolsas del pan? ¿Qué significaba el CNH? ¿Por qué cayó Romero a causa de una minifalda? ¿Dónde arrojaron nuestros muertos? ¿Dónde tiraron a nuestros muertos? ¿Dónde mierdas arrojaron a nuestros muertos?".
En la dirección del montaje del material registrado por los estudiantes de la escuela de cine estuvo Leobardo López Arretche, que se suicidó en julio de 1970. Funesto octubre en Tlatelolco.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Jerry Rubin, "Do it!" [1970]

Solían decir los yippies que tiene que ser más divertido hacer la revolución que no hacerla, pero mi habitual aspereza desencantada me lleva a recordar unas palabras atribuidas al Marqués de Sade: 'la lucha por la libertad es monótona y cruel'. Resulta reveladora la evolución posterior de los dos yippies más famosos, Jerry Rubin y Abbie Hoffman. Hoffman, que tenía diagnosticado un trastorno bipolar, tras pasar años en la clandestinidad perseguido por la justicia por un asunto de drogas, se suicidó ingiriendo decenas de barbitúricos. Jerry Rubin, tras acabar la Guerra de Vietnam, se convierte en exitoso hombre de negocios (es uno de los primeros inversores de Apple Computer), se obsesiona con llevar una vida saludable, y acaba atropellado por un coche cuando estaba haciendo deporte. Ambos, en los ochenta, hicieron una gira de debates que seguro fue interesante, "Yippie versus Yuppies". Leí hace tiempo "Do it!" de Jerry Rubin, la edición de Blackie Books, y recuerdo que lo que más me gustó fue la entrevista entre Daniel Cohn Bendit, aka Dany El Rojo, y el propio Rubin: 'Vete hoy a hablar con los pobres. ¿Qué quieren? ¡Triunfar! Quieren el éxito, no la revolución'. Los hitos yippies todavía me sonsacan una sonrisa.

"VISIÓN ÁCIDA:
La Convención Demócrata comienza tras una alambrada. El atrezzo incluye gas lacrimógneno y tropas armadas con bayonetas traídas expresamente desde Vietnam.
En la calle hay millones de personas buscando el gobierno que han perdido. Ven algo en el cielo que llama su atención.
Es un pájaro.
Es un avión.
No. Es SuperLBJ, aerotrasportado hasta el auditorio sitiado.
De pronto, alguine agita un pañuelo desde las ventanas superiores.
El Partido Demócrata se rinde.
Los yippies toman las riendas.
Éxtasis.
Fin de la visión.
El Festival de la Vida versus la Convención de la Muerte: una obra moral de teatro religioso que aborda emociones humanas elementales, pasadas y futuras: juventud y vejez; amor y odio; bien y mal; esperanza y desesperación. Yippies y demócratas.
Los medios se aprestaban a concentrar la conciencia del mundo entero en Chicago durante cinco días, cinco. Nuestra oportunidad de llegar al alma del mundo. El acto apropiado en el momento idóneo: comunicación instantánea. Nadie podía fingir que lo de Chicago no estaba ocurriendo. Una escaramuza local se convierte en una guerra global entre el bien y el mal.
Nuestra misión: tocarles las narices a los demócratas hasta tal punto que ellos mismo revienten su convención. Al mismo tiempo, mostrar al mundo una alternativa: nuestra cultura juvenil revolucionaria.
Los yippies estábamos dispuestos a soltar nuestra propia bomba H sobre los demócratas: un festival de comida y rock gratuitos.
¡Toma ya! ¿Una orgía de rock gratis capaz de llevar a Chicago a millones de jóvenes de todo el país? Teníamos previsto que acudieses todas las bandas de Estados Unidos e Inglaterra: los Rolling Stones, los Beatles, Country Joe and the Fish, incluso el misterioso Dylan.
Un festival de rock en Chicago supondría liberar nuestra propia cultura, sacarla de las carísimas y emparedadas salas de baile, arrebatárselas a los empresarios avariciosos y ponerla a disposición de la gente en los parques y las calles.
El beneficio ha domesticado a la bestia impulsiva que llevamos dentro, el espíritu de la Música Pura y Espontánea. A la mierda el beneficio. El rock'n'roll debe generar el orgasmo y la revolución."

(Jerry Rubin, "Do it!", 1970.)

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Mary Low, "Cuaderno rojo de Barcelona. Agosto - Diciembre 1936"

Poco después de que llegara George Orwell al ruedo ibérico, Mary Low, una mujer de biografía fascinante que se imbuyó en el fragor revolucionario barcelonés, lo abandonaba. En "Red Spanish Notebook", editado en 1937 conjuntamente con su compañero, el cubano Juan Breá, recogió su valioso testimonio, que engloba los seis primeros meses de la revolución.

Su pluma rememora a los limpiabotas de la Rosa de Foc,
"Más tarde, mientras te estás tomando tu bebida a sorbos, te miras los pies, adviertes que están llenos de polvo y, si no llevas alpargatas de esparto, decides ir a que te los limpie el limpiabotas. Los limpiadores acostumbran a llevar pantalones de pana negra, y reparas en ellos, acechando en las esquinas y en las entradas de los cafés con cajas bajo el brazo. Nos sentábamos y charlábamos con los limpiabotas, que eran casi todos anarquistas, mientras ellos se ponían de cuclillas a nuestros pies, moviendo sus dedos negros y hábiles alrededor de nuestros zapatos o sacándoles brillo con un harapo que agitaban con el equilibrado gesto de aserrar.
La primera vez que me limpiaron los zapatos quise darles una propina.
El limpia me la devolvió con mucho ringorrango.
- Tengo a mi sindicato -me dijo muy dignamente. No necesito tu caridad.
- Lo siento camarada -le dije. Sentía que me quemaban las mejillas de vergüenza -. Es una vieja costumbre capitalista.
Nos dimos la mano."

O a las prostitutas barceloninas,
"Al final, las mismas prostitutas empezaron a preocuparse por sus propios intereses. No pasó mucho tiempo antes de que se les ocurriera empezar a hacerse valer. Y un día comprendieron que también ellas tenían cabida en la revolución.
Se alzaron contra los patronos a los que pertenecían los prostíbulos y ocuparon los 'locales de trabajo'. Proclamaron su igualdad. Tras una serie de tempestuosos debates, formaron un sindicato y presentaron una petición de afiliación a la CNT (Confederación Nacional del Trabajo).
Compartían los beneficios igual que cualquier otro gremi. A partir de ese momento, en lugar de la acostumbrada imagen del 'Sagrado Corazón', en los burdeles había un cartel que rezaba:
'Se ruega que tratéis a las mujeres como camaradas'
'El comité (por orden)'."

(Mary Low, "Cuaderno rojo de Barcelona. Agosto-Diciembre 1936".)

José González Morandi y Paco Toledo, "Can Tunis" [2007]


Un momento conocido del documental patrio. Juan, el Demonio, siendo niño, conduciendo un coche robado charlando sobre la miserable vida de los yonquis y mostrando la incertidumbre de su futuro, durante los últimos meses del barrio Can Tunis, conocido por aquel entonces como 'el supermercado de la droga'. En el mismo año del estreno del documental, que fue filmado un lustro antes, Juan mató al hijo del comocido rumbero Tony el Gitano, y casi una década después se vio envuelto en el asesinato en el Port Olimpic del joven del clan de los Baltasares que provocó el éxodo de familias enteras de La Mina y Badalona temerosas de un posible ajuste de cuentas.

"Lo que yo sabía de Can Tunis me lo había contado el Chusmari. De los cortes de la Ronda Litoral, ¿tú te acuerdas de eso, primo? Cuando las gitanas viejas cortaban la Ronda con vallas metálicas y pancartas y palmas, y cantaban 'A la bim, a la bam, a la bim bom bam, viviendas dignas, viviendas dignas y na más' enfrente de los pitidos de los camiones y los coches y las motos... Cuando eso, las excavadoras seguían tirando chabolas en Can Tunis. Todavía no me coscaba de que el puerto quería jamarse nuestro descampao; pero sí de que las excavadoras no las paraban los jambos, de que venían pa protegerlas de los estoques de los gitanos viejos que, con los ojos húmedos cuando la pala hundía la uralita del tejao, decían 'Toa una vida habemos pasao ahí dentro. No semos na'; frases de entierro, ¿sabes? Cuando eso, yo me iba con los colegas de mi hermano hasta las huertas, donde a veces había un coche de algún espabilao. La mayoría venía en muleros hasta la Zona Franca o el cementerio de Montjuic, pero de vez en cuando llegaba un cholo y dejaba el coche por los alrededores. Ese era nuestro: reventábamos la puerta, le hacíamos el puente y le dábamos brea como si fuera un auto de choque. 'Ahora yo, ahora yo.' 'Me toca, me toca a mí.' Tos queríamos el volante pa estamparlo contra el quitamiedos o contra un montón de basura o contra lo que fuera. Trompo va, trompo viene; el freno de mano se quedaba pequeño pa tantas manos, primo. 'Haz un cero, haz un cero.' Hasta que nos fundíamos la gasofa, lo desvalijábamos, rompíamos la luna a patás, le endiñábamos a los cristales de los intermitentes y lo rematábamos a pedrás. Luego, nos fumábamos un piti en el capó y nos deshuevábamos de cómo sonaba el cristal al romperse y ahí se quedaba abandonao... Los últimos días de Can Tunis fueron la caña. Después nos dieron las viviendas de protección oficial aquí en el barrio, en el bloque en forma de U al lado de la calle del Fuego, tos con ventanas y un baloncito pa los geranios y las jaulas de canarios... Querían acabar con la basura, con la mala fama que le daba el barrio a la ciudad. La mierda debajo de la alfombra, que no llegue la peste al centro... Pero los gitanos no sabemos de vivir en los pisos, nos perdemos por los pasillos, nos ahogan las paredes y los techos. Por eso sacaron tol cobre, el hierro y la chatarra, y muchos se las piraron; cogieron lo que les servía de sus casas, cambiaron veinte años de recuerdos pol cobre de las nuevas casas, solo pol cobre... Y ya se nos dijo chorizos, tos los gitanos son unos mangantes, que se dice muy fácil. Que hasta los jambos buenos decían que no era justo lo que se hacía en Can Tunis... Que sí, primo, que había mucha droga, a toas las horas y tos los días de la semana, eso no se pue negar. Y los clichábamos al llegar, a los yonquis desmayaístos, que los yonquis cuando ya están asín de mal ya son como los zombis... Y se acercaban a cualquier hora, picaban en las ventanas de los bajos y, después de dejar la panoja o lo que fuera con lo que pagaban, les pasaban la droga... Eso era como un McAuto, ¿sabes, primo? Un negocio, y nosotros sabíamos cuándo llevaban parné o algo de valor por cómo nos miraban. Los yonquis solo pensaban en picarse, se les olvidaba to lo demás, hasta disimular; se les veía el canguelo cuando les decíamos que qeríamos la panoja o el anillo o el colgante que le habían birlao a sus mamás. Chorar a la mamá, qué vergüenza, ya no hay na más abajo... Y les decíamos: Saca to lo que lleves, atrapao. Y ellos nos miraban y ya sabíamos si llevaba algo o no, el yonqui ya no nos podía camelar, nos lo habían dicho sus ojitos rojos, y él se coscaba y, dependiendo de lo que dijera, se lo astillábamos o no. A veces solo le astillábamos algo para tenerle acojonao, un carné o la foto de los churumbeles. Asín, a la próxima, ya sabía quiénes mandaban allí. Éramos los más canijos del barrio, primo. Los jambos casi no pisaban por allí y, cuando eso, ni canguelo ni na. Cuando aquello, nosotros no respetábamos a los que nos tenían miedo."

(Miguel Ángel Ortiz, "La inmensa minoría", 2014.)

martes, 14 de septiembre de 2021

VV. AA., "El Movimiento del 77" [2007]

Los militantes de las organizaciones extraparlamentarias cuestionaban la forma habitual de hacer política, 'ya no es posible relacionarse entre vanguardia y vanguardia con un lenguaje de parroquia propio de 'expertos' de la política, saber todo el abc - y también la m y la l - del marxismo leninismo y no conseguir hablar concretamente de nosotros y de nuestras experiencia' escribía el Grupo Gramsci. En Milán, grupos de jóvenes del extrarradio de la ciudad que se sentaban en los bancos a la espera de algún trabajo infrapagado, deciden ser demasiado jóvenes para aceptar su lenta podredumbre: promueven la creación de los Círculos del Proletariado Juvenil y animan decenas de okupaciones para abrir centros sociales. 'Lo personal es político' sentenciaron las chavalas y los chavales, y con rabiosa certeza declaraban, 'nuestra vida es absorbida durante 8 ó 10 horas diarias de explotación; el tiempo libre se convierte en un escuálido gueto, a la desesperada búsqueda de evasión, estamos obligados a sentirnos inútiles en esta sociedad que destruye las relaciones sociales, las relaciones humanas'; eran acusados de drogadictos, delincuentes, violentos y vagos mientras discutían cómo organizarse, mientras se divertían en fiestas, hacían música y representaban teatro, y preparaban rondas de vigilancia por calles y fábricas para expulsar a los camellos de heroína, a los fascistas, para evitar la explotación de los aprendices y de los menores sin contrato, encontrar puestos de trabajo en los que imponer la colocación de parados, impedir las horas extraordinarias, requisar inmuebles y apartamentos para dárselos a los jóvenes en busca de casa, expropiar alimentos en los supermercados o improvisar encuentros callejeros por medio de los recursos dramáticos. Las contradicciones de la realidad estallan, la fiesta termina, los 100.000 jóvenes reunidos en el parque Lambro aquel verano se (re)encuentran con la soledad, la violencia y la miseria material, 'volvamos a los barrios y a las fábricas para que las flores de la revuelta que brotaron en Lambro se multipliquen en cien flores de organización, en mil episondios de expropiación, en sólidas bases de contrapoder, en la capacidad de organizar para el próximo año una gran fiesta: uestra fiesta contra la metrópoli.' Un tranquilo festival de pop que da miedo. Se acercaba el año de 1977. Por ahí se puede iluminar ese rastro rojo: los libros de Nanni Balestrini, los textos de la sección italiana de la Internacional Situacionista, las lúcidas proclamas tempestuosas de Gianfranco Sanguinetti, los diferentes análisis de lo que se conoció como Movimiento del '77, etc.

"El ‘77 fue, recordémoslo, anticipación e inicio del fenómeno llamado punk, que ha representado el alma más profunda de las culturas juveniles de los años ochenta y no venta. El punk no fue, en realidad, un puro y simple gesto inmediato de revuelta, aunque le encantase presentarse como tal. El punk fue el despertar de la conciencia tardomoderna frente al efecto irreversible de devastación producido por todo aquellos que los movimientos revolucionarios no supieron cambiar, eliminar, destruir. El punk fue una especie de desesperada y lúcida consciencia de un después sin salvación. No future, declaró la cultura punk contemporánea de la insurrección creativa de Bolonia y de Roma: «No hay ningún futuro». Aún estamos en ese punto, mientras la guerra más demencial que la humanidad haya conocido destruye las conciencias y las esperanzas de una vida vivible. Estamos aún allí, en el punto en el que nos dejó el congreso de septiembre de 1977. No future sigue siendo, hoy como entonces, el análisis más agudo y el diagnóstico más acertado. Y la desesperación el sentimiento más humano."

(Franco Berardi Bifo, “El año en el que el futuro se acabó”, 2002.)

domingo, 12 de septiembre de 2021

Aboozar Kaimi, "Kabul, City in the Wind" [2018]


La rutina diaria en el Kabul anterior a la victoria talibán mostrada a través de Abbas, un sorprendente conductor de ómnibus que valiéndose de ayuda psicoactiva intenta afrontar alegre las penalidades de la fortuna, y los hermanos Afshin y Benjamin, dos niños que ante la ausencia de su padre, un policía emigrado a Irán por amenazas de muerte, han de realizar las actividades propias del hombre del hogar. Un caótico ritmo urbano pautado por la sucesión de atentados suicidas. 'Este es nuestro amado país; esto es Afganistán, una patria de bandidos'.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Peter Watkins, "Evening Land" [1977]


Una huelga estalla en el astillero de Copenhage cuando los trabajadores se enteran de que la gerencia de la empresa, con el beneplácito del gobierno socialdemócrata en funciones, ha acordado la construcción para el ejército francés de cuatro submarinos con capacidad para portar armamento nuclear. Un grupo activista armado agudizará el conflicto secuestrando al ministro de exteriores danés durante una cumbre de la Comunidad Económica Europea en el mismo Copenhague. Las medidas represivas excepcionales harán fracasar la lucha.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Duque de Rivas, "Contestación del Excmo. Sr. Duque de Rivas al discurso leído ante la Real Academia Española en la recepción pública de Don Cándido Nocedal" [1860]

El excelentísimo duque de Rivas contra la novela decimonónica,

"El mal no está en que se apodere el novelista de los conocimientos modernos, ni de este espíritu de discusión que nos devora, sino que lo haga para predicar lo malo, para empujar los instintos depravados de la época, y para esparcir doctrinas disolventes, impías y corruptoras, y en que, aprovechando el interés de una fábula artísticamente combinada y diestramente vestida con las seductoras galas del ingenio, ataque a la familia, disculpe, si no encarezca, el adulterio, y se empeñe en probar que en la humanidad no hay más que materia e instintos, que la verdadera religión está en el corazón del hombre sin necesidad de la revelación, e inspire a las clases menesterosas, donde coloca todas las virtudes, odio mortal contra las acomodadas, en donde establece todos los vicios, preparando abundante cosecha de frutos de maldición. [...] ¿Quién infiltró en la masa los deletéreos principios del socialismo y de la revolución, que estallaron, como la lava de los volcanes, en medio de la revolución del 48, conmoviendo todos los tronos de Europa? No diré que los novelistas fueran sólo los autores de esos males; pero, ¿quién duda que la novela penetra allá donde no llegan las discusiones de partido ni las polémicas de periódico? Las mujeres, estos ángeles de la tierra que tan poderoso ascendiente ejercen en el corazón del hombre, en su mayor número no leen periódicos políticos ni asisten a lides parlamentarias; pero la novela es otra cosa; es su lectura favorita, es el encanto de su imaginación, es el embeleso de sus potencias. ¿Qué costurera de París no odia a los jesuitas porque ha leído "El judío errante"? ¿Qué cortesana no admira a Ninnon de Lanclos como tipo perfecto de hermosura física y moral, y las orgías de la Regencia como el más vivo y deleitoso entretenimiento a que puede dedicarse en vida? ¡Ah! Los propagadores de la mala semilla han calculado bien: las mujeres tienen la razón más flaca y el corazón más impresionable; pero sus medios de persuasión son poderosos. Eva convenció a Adán de que debía comer la fruta vedada; hagamos nosotros, dijeron, de las Evas actuales, misioneros indirectos de nuestras satánicas doctrinas. Sirvámosles, pues, la hiel de nuestras almas en tallada copa de cristal y de oro. Las mujeres gustan de relumbrón, y la belleza de la forma hechiza sus ojos; al fin beberán; el germen del mal se desarrollará en sus desprevenidos corazones, y los hombres comerán del fruto prohibido."

(Contestación del Excmo. Sr. Duque de Rivas al discurso leído ante la Real Academia Española en la recepción pública de Don Cándido Nocedal, el día 15 de mayo de 1860.)

lunes, 6 de septiembre de 2021

Sarah Hepola. "Lagunas" `[2015]

La periodista Sarah Hepola, una alcohólica rehabilitada, reflexiona en este fragmento sobre el consentimiento en noches etílicas.

"Para el 2014, el término 'cultura de la violación' ya había llegado a la revista "Time", que publicó un artículo de portada sobre un agresión sexual en un campus, ilustrado con la foto de una pancarta universitaria que lucía la palabra 'violación'. Al mismo tiempo empezaba a aprecer otro discurso mediático, en esa ocasión sobre las mujeres y el alcohol. CNN: "¿Por qué hay más mujeres que beben?" USA Today: "Chicas: los excesos alcohólicos son un problema muy serio para las mujeres".
Coectar públicamente esas dos informaciones era como entrar tan campante en un tendencioso campo minado. De vez en cuando aparecía algún columnista que sugería que las mujeres deberían beber menos para evitar las agresiones sexuales. Afirmaban que si las mujeres no bebieran tanto, no correrían tantos riesgos. Y cuando esos columnistas entraban como gladiadores em la arena del debate público, los destripaban. La respuesta fue de nuevo aplastante: 'Bebemos lo que nos sale del coño'.
Entendí ese contraataque. Las mujeres llevaban mucho tiempo oyendo cómo debían comportarse. Las mujeres estaban hartas de cambiar su comportamiento para agradar, para proteger, para defender, mientras los hombres escribían sus nombres en la historia, mientras meaban. La nueva consigna fue: 'No nos digáis cómo comportarnos, enseñad a los hombres a no violar'. No se puede culpar a las mujeres de que las violen. Las mujeres 'no van pidiéndolo' por la forma en que se visten o por lo que hacen.
Y las mujeres podemos beber lo que nos salga del coño. Yo lo hice, y no me refiero a quitarle a nadie su whiskey sour. Pero leer esas andandas desde campos de batalla atrincherados me hacía sentir muy sola. En mi vida, el alcohol había enturbiado muy a menudo la cuestión del consentimiento. Parecía mas una mancha de tinta que una línea bien definida.
Sabía por qué las mujeres que escribían sobre esas cuestiones no querían admitir las zonas grises; las zonas grises eran el lugar en el que la otra parte atacaba para afianzarse. Pero seguía deseando mantener una conversación a solas, lejos de los patíbulos de internet, sobre lo difícil que resulta combinar la claridad de los temas de debate política con la complejidad de la vida vivida hasta la última ronda.
Quizá el activismo desafía los matices, pero el sexo los exige. Para mí, el sexo era un complicado acuerdo. Era persecución y era caza. Era el juego del escondite, enfrentamiento y entrega,y el péndulo podía oscilar en mi cabeza toda la noche: sí, no; debería, no puedo.
Bebía para ahogar esas voces porque deseaba tener la valentía de una mujer sexualmente liberada. Quería liberarme de mis conflictos personales con la misma facilidad que parecían mostrar mis amigos. Así que bebía hasta llegar a un lugar en el que me daban igual, pero me despertaba siendo una persona que se preocupaba mucho. Muchos síes de viernes por la noche se convertían en noes los sábados por la mañana. Mi lucha con el consentimiento estaba dentro de mí."

(Sarah Hepola, "Lagunas. Recuerdo lo que bebí para olvidar", 2015.)

domingo, 5 de septiembre de 2021

Nelly Arcan, "Puta" [2001]

Un texto fantástico de vuelo vertiginoso. Este extracto resulta un bálsamo entre el amargo sufrimiento por la propia imperfección corporal corolario de una asfixiante tiranía de la belleza, el resentimiento hacia los sempiternos y dominantes fantasmas familiares y las miserias de las relaciones en el comercio sexual,

"[...] y mientras debatimos sobre estas cuestiones nos maquillamos, nos peinamos, nos prestamos vestidos las unas a las otras con el deseo de que no les quepan a las que querrían llevarlos, con el deseo de que les hagan el culo más gordo, más caído, nos preparamos para el Black and Blue o para el Bal en Blanc, en fin, para la siguiente 'rave' en el estadio olímpico, que es como un cascarón de cemento que protege a los asistentes, y qué felicidad arreglarte para todos, para veinticinco mil personas fulminadas por el sonido y la luz, manos desconocidas que te agarran por la cintura al paso, besos húmedos en el cuello, que solo te quieren a ti, y vamos en grupo, vestidas de plumas y lentejuelas, vamos para perdernos entre la multitud, para vagar entre la gente que baila con una sonrisa inquietante, con las pupilas dilatadas por las drogas, el mundo es tan hermoso bajo los efectos del éxtasis, la gente está transfigurada por la alegría, los rostros crispados por las anfetaminas y pletóricos de amor, los ojos desorbitados por un sentimiento de fraternidad, te quiero tanto, eres tan guapa, tan guapo, miles de personas hechizadas por el ritmo que se repite hasta el infinito, y tienes que ver a la multitud de lejos, tienes que mirarla desde lo alto de las gradas para tener una visión de conjunto, para ver las luces multicolores proyectándose sobre la multitud que late como un enorme pulmón formando un solo cuerpo, un órgano caliente y musculoso, una masa compacta y bulliciosa descompuesta en una marea de puntos que saltan, y a ese volumen inaudito, impensable en otra circunstancia, la música parece venir de dentro, surge del vientre como un orgasmo 'in crescendo', y todos se besan y se manosean indiscriminadamente, dicen que es tribal, orgiástico, la reactivación del principio de los tiempos, la comunidad humana tal y como era antes, mucho tiempo atrás, la humanidad de los rituales y las posesiones, de lo sobrenatural y del exceso, la humanidad de antes de las leyes, de las pulsiones y de las diosas, el culto a la luna antes de que su misterio fuera desvelado, de la bóveda celeste, a cuya benevolencia nos encomendábamos para que no nos aplastara, para que cayera desde lo alto con su fuego sobre la cabeza de los galos, el sol que corría el riesgo de no presentarse al alba, la magia del mundo que amenazaba en todo momento con atraparnos de un bocado."

(Nelly Arcan, "Puta", 2001.)

Agustín Durán, "Romancero general" [1851-1854?]

Así explica Agustín Durán el motivo de la popularidad de los romances de ciego y las jácaras en tierras castellanas. Uno puede recordar los discursos forenses de Meléndez Valdés o las imprecaciones contra el gangsta rap. Las jácaras modernas las dominan los emecés.

"¿Qué pudo hacer el pueblo bajo el imperio de la casa de Austria, sino enviar lo mas selecto de él a verter su sangre en otros climas, y convertir en frailes la otra parte? Reducido a tal extremidad, el antiguo y fiero castellano dobló su cerviz al yugo del despotismo. Vencido en Villalar y privado de toda esperanza de ser libre, dejó de existir como poder público, y se trasformó en vulgo miserable. Como tal aceptó un género de poesía conforme a sus nuevos pensamientos, y el antes noble y patriota castellano fue después el siervo fanático de sus opresores, el verdugo de los pocos que intentaban sacarle de su estado. Supersticioso, se dedicó á cantar los falsos milagros: esclavo en su pensamiento, todo lo creía sin examen; pero valiente todavía, y no teniendo héroes de buena ley que celebrar, celebraba los malhechores y bandidos que burlaban la justicia de los hombres. Así retoñaban aún contra la tiranía los instintos del fiero carácter castellano. Privado de cuanto estimula y engrandece el alma, extraviada su imaginación y su razón torcida, olvidado de sus antiguas glorias, se corrompió y degradó hasta el punto de apasionarse de lo que era mas deforme y despreciable. Demasiado abatido para que desde su bajeza alcanzase a mirar las clases mas altas de la sociedad en que vivía; entregado al desaliento y la pereza; contento entre la inmundicia que le rodeaba; indiferente a los asuntos públicos con relación a sí propio, solo veneraba, al través del prisma de sus errores, a la hipocresía como virtud, a la barbaridad como valor, al desenfreno como heroísmo, a la charlatanería como ciencia, y a las creencias falsas como parte integrante del dogma verdadero. La mentira mas absurda era para él la verdad mas evidente, si se acomodaba a sus instintos supersticiosos, y desde luego creía con toda su alma cuanto era imposible y absurdo. Este cenagal de corrupción, de falsa ciencia y de fe extraviada, sirvió de materia a los romances que los ciegos empezaron a propagar desde mediados del siglo XVII, y que simpatizan tanto con el vulgo alucinado, que constituyen su catecismo, su encanto, sus delicias, y puede decirse que hasta su único modelo ideal y su verdadero retrato. Gratos le eran estos romances, porque personificaban el denuedo en un contrabandista vencedor de un regimiento, y que se burlaba de las autoridades que persiguiendo el crimen lo hacían bajo las formas odiosas del despotismo: interesabanle aquellos cuadros lascivos, donde una dama resuelta dejaba la casa, y ultrajaba la autoridad paterna por seguir a un valentón rufián, á quien encubría en sus robos y favorecía en sus asesinatos; batía las palmas de gozo cuando se le presentaba un enjambre de alguaciles huyendo de un desaforado malhechor con visos de valiente; se entusiasmaba en pro del ladrón que socorría a los pobres con los despojos de los ricos; placíale verle subir animoso al cadalso, donde después de confesado, echaba un sermón muy tierno a los espectadores, y moría, tan persuadido como ellos de que iba sin tropezar a gozar de Dios, cual si fuera un santo; y en fin gustaba con desatino de hallar en estos romances un diluvio de milagros, de brujerías y encantamientos, una gaceta de terremotos y tempestades, incendios, pestes y castigos extraordinarios de la Providencia contra personas y pueblos enteros, sobre todo si eran judíos, moros o herejes. Todas o casi todas estas composiciones , consideradas como poesía, son detestables; pero ofrecen mucho interés, porque conservan los vestigios de una civilización degradada, y forman el contraste mas notable entre el carácter y costumbres del antiguo pueblo ignorante con el del nuevo vulgo humillado y envilecido; de la barbarie que camina a la cultura, con la civilización que desciende á la barbarie."

(Agustín Durán, prólogo al "Romancero general o colección de romances castellanos anteriores al siglo XVIII", 1851-1854.)

jueves, 2 de septiembre de 2021

Heura Negra, "Anti-rumors" [2020]

Ni en mis proyecciones más ingenuas he pensado que todo el mundo en un ámbito determinado pueda llevarse bien. Probable que con cierta ingenuidad, sí que considero que la gente que se lleva realmente mal puede mantener una sana distancia, especialmente cuando la cosa está caliente y un rencor fantasmal azuza y amenaza con empeorar las cosas: ya saben que vivir con rencor es un incordio. Una amiga me hizo llegar un texto relevante: el "Anti Rumors" del colectivo libertario de Vallcarca Heura Negra. Al comprobar experiencialmente lo dañinas que pueden resultar algunas habladurías, casi siempre parciales, el colectivo ha elaborado un sencillo protocolo anti-rumores. Los maledicentes siempre los usarán para echar mierda a espuertas, y para colmo hoy día está de moda ser más papista que el papa. Son dos sencillos pasos. El primer paso: preguntarles directamente a las personas implicadas. El segundo paso se aplica cuando por cualquier razón el primer paso no es viable, y desarrolla un autocuestionario de cuatro preguntas: 1. ¿es verdaderamente fiable el rumor que me ha llegado? 2. ¿qué necesidad tengo de saber realmente qué ha pasado? 3. ¿me interesa saber lo que ha pasado porque quiero ayudar a solucionar el conflicto? ¿o porque el chafarderío me da gustillo? 4. ¿por qué motivo me hace sentir bien criticar a otras personas, o escuchar cómo las critican?. Es algo simple y efectivo, al menos cuando no te interesa demasiado enmierdar.