domingo, 29 de enero de 2023

Waad al-Kateab, Edward Watts, "Para Sama" [2019]


A demasiados no les resultaba evidente el doble carácter de la batalla impuesta a los sirios: contra los fascistas asadistas y contra los fascistas islamistas barbudos. Robin Yassib-Kassab y Leila al Shami se hacían eco de la perplejidad entre los sirios del sur de Rojava: '¿por qué, se preguntaban, Occidente (sus aviones de guerra más que sus activistas) se preocupaban por la pequeña ciudad de Kobane, pero no de la enorme ciudad de Alepo, donde la zona liberada sufría duras presiones tanto por parte del Estado Islámico como por Al Asad?'. Esta durísima cinta, una hermosa y ruda carta de amor de una madre a su hija, retrata la resistencia de la zona liberada de Alepo, ahogada por la furia asadista, la progresiva fanatización de los sunís resistentes, la saña de las potencias regionales y la cruel obra destructiva de los bombarderos rusos. La historia de una digna derrota.

sábado, 28 de enero de 2023

Amin Maalouf, "Las cruzadas vistas por los árabes" [1983]

casualmente estos días ando zanjando la cuenta pendiente lectora que contrae todo apocalipticista medianamente honrado: interesarse por 'el otro lado' de las cruzadas, asomarse a la visión de los cronistas árabes y judíos, un acercamiento aquí establecido a través de un libro absorbente: "Las cruzadas vistas por los árabes" de Amin Maalouf; cuenta el escritor libanés en la primera parte, las sangrientas peripecias del fanatizado contingente franco, aka los franys, en su tránsito sangriento desde Constantinopla, atravesando Asia Menor y Siria, hasta tomar Jerusalén, aquel viernes 22 del Sha'bán del año 492 de la Hégira: fue el saco de Jerusalén, punto inicial según algunos para reconstruir una hostilidad milenaria, que en el momento de suceder pasará sin pena ni gloria en los reinos musulmanes: la guerra santa con ardor escatológico era un asunto de rostro-pálidos; poco espacio guarda Amin Maalouf para la desastrosa peregrinación armada de los desheredados comandada por Pedro Ermitaño, que a lo sumo sirvió para otorgar una incauta impresión de seguridad militar al joven rey selyúcida Kilij Arslan: el siguiente contingente frany, el que engrosaban los temibles jefes cristianos, Raimundo de Saint-Gilles, Godofredo de Bouillón o Bohemundo de Tarento, avanzará bárbaro y enardecido hacia la santa ciudad; la heroica guarnición de Antioquía opondrá larga resistencia, ¿qué fraile astuto preparó el escenario para que convenientemente fuera hallada la presunta Lanza de Longino?, el enclave de Maarat an-Numan testimoniará las cotas de terror cruzado, las catapultas lanzarán cabezas decapitadas de musulmanes a la ciudad y se llegará a despiezar cuerpos humanos para prepararlos como alimento, '¡A los nuestros no les repugnaba comerse no solo a los turcos y a los sarracenos que habían matado sino tampoco a los perros!'; en su llegada a Jerusalén, los ojos de Iftikhar ad-Daula, 'orgullo de la nación', no darán crédito: el primer movimiento de las huestes cruzadas será una inusitada procesión en torno a los muros encabezada por sacerdotes que rezaban y cantaban a voz en grito, prolegómeno de un ardor guerrero escatológico ansioso por precipitar el fin de los días, lanzado poseso y sin miramientos a las murallas; un fanatismo ciego sorprendente y victorioso, anticipo del saqueo y del asesinato: 'A los judíos los reunieron en su sinagoga y allí los quemaron vivos los frany. Destruyeron la tumba de Abraham -¡la paz sea con él!'

lunes, 23 de enero de 2023

Isaac Puente, "Un médico rural" [1923-1936]

Un célebre poeta decía que una sociedad que exigiera a los hombres una especial moralidad, una virtud superior, no puede ser justa, que allí donde las instituciones son buenas las mujeres y los hombres no tienen por qué ser particularmente buenos. No puede negarse que es muy complicado hacer siempre lo correcto, que por ahí no suele importar demasiado hacer lo correcto, quizá por ello demasiada gente denosta con malsano rencor cualquier tipo de voluntad de perfeccionamiento individual, y colectivo, o quizá detestan que la deshonestidad sea demasiado frecuente, que sean demasiado los impostores, o la peña cansa, que alardean de una presunta superior moralidad.
Isaac Puente representa lo mejor del anarquismo ibérico. Un inteligente y culto afán libertario, de generosidad admirable, en las antípodas de las pretensiones acomodaticias de la izquierda institucional y de la vehemente autorreferencialidad del ámbito movimentista. Un médico naturista extraordinariamente crítico con los corsés contemporáneos de la disciplina sanitaria, sensato impugnador de la deificación de la ciencia, un neomalthusiano que consigue hacer sonar la alarma eugenésica, un revolucionario intransigente que pisó varias veces la cárcel, también engrosó el comité central revolucionario de la huelga de diciembre de 1933, inspirador central de esa hermosa obra colectiva del anarcosindicalismo ibérico: el "Concepto confederal del comunismo libertario". Y un tipo que anduvo relacionado con La Rioja: de madre de Lanciego, tras cursar sus estudios médicos, pasó consulta en Cirueña, el municipio al lado de Santo Domingo de la Calzada, antes de afincarse como médico titular en Maeztu, el pequeño pueblo alavés entre Vitoria y Estella. Isaac Puente fue fusilado por los fascistas, suele indicarse que en las inmediaciones de Pancorbo, en septiembre de 1936. La antología "Un médico rural", otra excelente coedición de la Biblioteca de la Anarquía de Pepitas de Calabaza y de la FAL, recoge una reveladora selección de textos.

"La medicina es una profesión, un título de propiedad sobre conocimientos necesarios que permite ocupar una posición favorable en la lucha por la vida. Pero, al mismo tiempo, es una ciencia consagrada a combatir el dolor humano. Y, por lo tanto, se en médico lo mismo cuando se ejerce la profesión cerca del enfermo que cuando se consagra la vida a la investigación de las causas del dolor y de los remedios para el mismo. La investigación de las causas de sufrimiento físico y psíquico nos lleva al campo de la sociología, mostrándonos la miseria como una enfermedad en sí, madre del 70% de las enfermedades que tratamos a diario, más nociva que los microbios, a los que ofrecen campo abonado para reproducirse. La investigación de los remedios para enfermedades como la tuberculosis nos lleva a buscar un régimen social que haga posible la nutrición suficiente, la habitación sana y el reposo adecuado. Y la dedicación científica con el mismo motivo puede llevarla a la investigación deshumanizada del laboratorio que a la lucha pasional de las reivindicaciones sociales; igual puede conducirla a estudiar las condiciones de vida de un germen microbiano que concretar una forma de organización social que haga posible el culto de la salud y afirme como postulado elemental el derecho a la vida."

Isaac Puente, "¡Usted debe ser médico!", 1933.

viernes, 20 de enero de 2023

Octavio Monserrat, Rubén Vega y Francisco G. Orejas, "Hay una luz en Asturias... Testigos de las huelgas de 1962" [2002]


"«Sancionaron a siete picadores»; «despidieron a siete de la Nicolasa».El 6 de abril de 1962, como una corriente eléctrica, gritos en forma de rumores recorrían el mercado y las calles de Mieres, la villa hundida en el centro de la cuenca del Nalón. Al día siguiente, no se trabajó en el pozo. Los mineros acudieron a la bocamina, se miraron, se contaron y confirmaron su determinación. El 9 apagaron los hornos de la Fábrica de Mieres, 3.300 trabajadores en huelga. La escena se repitió los días siguientes: los obreros concentrados en los pozos, a la hora de su turno, se sostenían con la mirada, se comunicaban con ojos brillantes y decididos, y se volvían por donde habían venido. El ritual recibió el sobrenombre de «huelga de silencio».
Pocos días después, los paros se habían extendido a la cuenca contigua del Caudal, luego a Gijón, a los pozos más lejanos del otro lado de la Montaña, a León. Las noticias llegaban cada vez de más lejos: huelgas de solidaridad en Vizcaya, Guipuzcoa, Barcelona, Madrid. El 15 de mayo, el mismísimo ministro secretario del Movimiento y de Relaciones Sindicales, José Solís Ruíz, se personó en Oviedo. Autorizaba las asambleas en los centros para que eligieran comisiones y representantes legítimos. Lo insólito: el gobierno estaba dispuesto a negociar. Conviene recordar: la huelga era entonces «delito de sedición». Con una situación que se deslizaba por derroteros inciertos, Franco dictó una importante subida del precio de la hulla. En la práctica daba cumplimiento a las reivindicaciones."

("Por qué fracasó la democracia en España. La Transición y el régimen del '78", Emmanuel Rodríguez López, 2015.)

sábado, 14 de enero de 2023

Martille, Gimenóloga, "Los caminos del Comunismo Libertario en España (1868-1937)" I [2022]

No tan irónicamente, cuando leo sobre las elucubraciones referentes a la sociedad futura del anarquismo ibérico, me viene a la memoria aquel verso, inencontrable, que suele atribuirse a Lenin, ¿Lenin poeta?, y que dice: 'es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños, de examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía'. "Y el anarquismo se hizo español (1868-1910)", el primer sintético volumen incluido en la serie, escrita por mano de Myrtille, ilustre Gimenóloga, "Los caminos del comunismo libertario en España (1868-1937)", desarrolla escuetamente un temprano jalón de la duradera disparidad establecida en el anarquismo ibérico entre el posibilismo sindicalista y la intransigencia revolucionaria: la polémica sostenida en torno a las condiciones de redistribución posrevolucionaria de los bienes producidos, puesto que habría acuerdo en la socialización de los medios de producción, dada entre los colectivistas, partidarios de que el obrero recibiera el 'producto íntegro de su trabajo', compendiables en el axioma 'a cada cual según su trabajo', próximos a las "Ideas sobre organización social" de James Guillaume, y los comunistas anarquistas, defensores de la puesta en común total e inmediata de los productos del trabajo entre todos los hombres y de la supresión del salario y de la propiedad privada, 'de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades', próximos a "La conquista del pan" de Piotr Kropotkin. No se reducía a una polémica libresca y teórica. La disputa, con su reguero de publicaciones, cuya sombra se alargaría hasta las realizaciones prácticas de la guerra civil, estuvo atravesada por una ruda corriente de batallas: la huelga insurreccional de los diez mil obreros en Alcoy durante la estrictamente política sublevación cantonalista, la clandestinidad de la Federación Regional Española y la Alianza secreta, la mutación en Federación de Trabajadores de la Región Española, los saqueos de los campesinos jerezanos, la Mano Negra, los Desheredados, la fiebre huelguística, las ocupaciones de tierras, las tendencias dispares entre el campo andaluz y la ciudad catalana, los pioneros anarco-comunistas de Gràcia-ciudad, el fin de la FTRE, los atentados sangrientos, la represión feroz, Montjuic, las revueltas del hambre, la formación de Solidaridad Obrera, la Semana Trágica, el congreso fundacional de la CNT.

"Basta de fórmulas ambiguas, como la del 'derecho al trabajo', con la cual se engañó al pueblo en 1848 y con la que se trata de engañarlo aún hoy. [...] Cuando los trabajadores reclamaban en 1848 el 'derecho al trabajo', se organizaban en talleres nacionales o municipales. [...] Y cuando menos lo pensaban, les dijeron: '¡O se van a colonizar África, o los fusilamos!'. ¡Muy diferente sería el resultado si los trabajadores reivindicasen el 'derecho al bienestar'! Si proclamasen su derecho a apoderarse de toda la riqueza social. [...] Al afirmar su derecho al bienestar declararán, lo que es más importante, su derecho a decidir por ellos mismos en qué ha de consistir ese bienestar, lo que es preciso para asegurarlo y lo que, en lo sucesivo, deberá abandonarse como desprovisto de valor. [...] El 'derecho al trabajo' es el derecho a continuar siendo siempre un esclavo asalariado, un hombre de labor, gobernado y explotado por los burgueses del mañana. El derecho al bienestar es la revolución social; el derecho al trabajo es, a lo sumo, un presidio industrial. [...] Reconocer y proclamar que cada uno, cualquiera que haya sido su lugar en el pasado o su incapacidad, tiene ante todo el 'derecho a vivir', y que la sociedad debe repartir entre todos, sin excepción, los medios de existencia de que dispone."

("La conquista del pan", Piotr Kropotkin, 1892.)

miércoles, 11 de enero de 2023

Jorge Riechmann, "27 maneras de responder a un golpe" [1993]


9

No dejes nunca de desconfiar de las instituciones

No dejes nunca de confiar en las personas

No dejes nunca de confiar
en que las personas
crearán instituciones
en las que quizá podrás dejar de desconfiar

No dejes nunca de desconfiar
en que el triste proceso
por el cual las instituciones
cambian a las personas tristemente
pueda ser cambiado

No dejes nunca de confiar en las personas

No dejes nunca de desconfiar de las instituciones.

("27 maneras de responder a un golpe", Jorge Riechmann, 1989.)

domingo, 8 de enero de 2023

Miquel Amorós, "Los Amigos de Durruti en la Revolución Española" [2022]

La Revolución Española fue la prueba de fuego del anarquismo ibérico, que entregado a la colaboración interclasista bajo consigna antifascista, no logró superar airoso la encrucijada que la revolución establece en torno a la cuestión del poder. Tanto el esplendor proletario de Julio del '36 como la respuesta barricadas mediante al golpe estalinista de Mayo del '37 fueron timoratamente replicados por las cabezas visibles del anarcosindicalismo patrio, que temerosas de una posible definitiva intervención extranjera y de implantar un cruento autoritarismo dictatorial, se decantaron por la colaboración entre clases, incurriendo en un desazonador entreguismo de la fuerza proletaria al progresivo avance de la contrarrevolución. La colaboración con los partidos prequeño-burgueses, la disolución de los Comités Antifascistas, el golpe de la URSS en la Generalidad, el boicot a las columnas confederales, la militarización, el desmembramiento de las Patrullas de Control y de los Comités de Defensa, el arrebatamiento de Orden Público y Defensa, la desaparición y muerte de Andrés Nin, el asalto a las colectividades, el encarcelamiento de obreros revolucionarios, el aherrojamiento de la prensa revolucionaria, la disolución del Consejo de Aragón, el asesinato de militantes revolucionarios, los abundantes pertrechos armamentísticos de la policía en retaguardia, las constantes conspiraciones partidistas, los desproporcionados emolumentos de los burócratas, la escasez alarmante de alimentos, el lujo descarado, el enchufismo, la progresiva indefectible derrota de la guerra. Miquel Amorós lleva lustros afanándose en reconstruir la historia de los grupos anarquistas que denunciaron la ceguera burocrática de los líderes de la CNT-FAI, entre los que destaca la Agrupación Los Amigos de Durruti, que ocupa un incuestionable honroso lugar. Con más profundidad que en "La revolución traicionada", la biografía de Jaime Balius, la pluma principal del periódico de difusión durrutista "El Amigo del Pueblo", habiendo podido consultar los documentos del archivo del Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam, en el libro "Los Amigos de Durruti en la Revolución Española" Amorós rescata la evolución de la agrupación anarquista que con más determinación, lucidez y honradez se situó en la oposición al disgregador colaboracionismo de los dirigentes del movimiento libertario español.

"La ilusión sostenida más o menos explícitamente en el anarquismo auténtico es la inminencia permanente de una revolución que deberá dar razón a la ideología y al modo de organización práctica derivado de la ideología, llevándose a término instantáneamente. El anarquismo ha conducido realmente, en 1936, una revolución social y el esbozo más avanzado que ha existido de un poder proletario. En esta circunstancia todavía hay que hacer notar, por una parte, que la señal de insurrección general fue impuesta por el pronunciamiento del ejército. Por otra parte, en la medida en que esta revolución no había sido concluida en los primeros días, por el hecho de la existencia de un poder franquista en la mitad del país, apoyado fuertemente por el extranjero mientras que el resto del movimiento proletario internacional ya estaba vencido, y por el hecho de la supervivencia de fuerzas burguesas o de otros partidos obreros estatistas en el campo de la República, el movimiento anarquista organizado se ha mostrado incapaz de extender las semi-victorias de la revolución e incluso de defenderlas. Sus jefes reconocidos han llegado a ser ministros y rehenes del Estado burgués que destruía la revolución para perder la guerra civil."

("La sociedad del espectáculo", Guy Debord, 1967.)

miércoles, 4 de enero de 2023

deleite de burócrata menor

andaba en mi ventanilla en modo profesional total, con tono y disposición adecuadas, exquisitamente diligente en la atención a la recua de peticiones de un usuario exigente, mentor de la cuadrilla de residentes del centro Reto, cando tras lanzarme una mirada de soslayo, sin mediar más palabra, extendió el brazo con un flyer que rezaba en letras gigantes: DEBES SABER QUE EN ASOCIACIÓN RETO A LA ESPERANZA HAY SOLUCIÓN PARA LAS DROGAS, y al menda lerenda, que no ha perdido su vena ingenua, sólo se le ocurrió contestar, '¿está sugiriéndome algo señor?', y ahí quedó, tras una silenciosa despedida, como otra anécdota para la gloria antológica de la última cotidianidad laboral

continuaba en mi ventanilla en modo óptima gestión automática, burócrata menor ducho en lengua y literatura, solvente nivel de capacidad expresiva, notable competencia para adaptarse a cualquier situación comunicativa, explicando por enésima vez a una usuaria por qué no podía darle con la prontitud deseada cita con la médica, maldito sea el colapso de la sanidad pública, máximo respeto a quienes están en primera línea sosteniéndola, cuando, pequeña bomba de odio comprimido, años de experiencia en brujería, veneno condensado por trabajos penosos y/o ristra de disgutos maternales o maritales, experta en artes oscuras, hábil vaticinadora de aciagos augurios, resonó su voz con grave solemnidad: 'a mí no me dirijas la palabra que te meto un guantazo que te desnuco', finta que, obvio, fue recusada, '¿no se da cuenta de que usted es demasiado bajita para semejante golpe?'

seguía otro día más en mi ventanilla en modo no-hay-citas-a-ver-cómo-me-lo-monto, señor le llamará un médico del San Pedro para activarle la medicación, señora ahora intento llamar a la médica a ver si puede atenderle, perdone pero no puedo citar con su médica hasta dentro de ocho días, me es imposibile citarle porque la especialidad no tiene agenda abierta, cuando, maldita la hora, viene el gran zalamero, sería tan amable de citarme con el médico para renovar el medicamento, entiéndame que sólo quiero conseguir cita, ¿no pueden llamarme para activarme otros parches más potentes?, mire a ver si hay un hueco al final del día; no puedo darle cita, qué ha hecho con la medicación, esos parches ya se los activó un doctor hace pocos días, no puede demandar recetas por capricho; esto es tercermundista, quiero poner una reclamación, voy a avisar a los medios: haga usted lo que tenga que hacer,

persistía tenaz en mi ventanilla en mor del día de paga, lamentando no haber hecho de joven caso a mi madre, 'haber estudiao' proclaman inistentes los diablos menores, 'ya estudié' respondo airado a querubines y trasgos, 'pero no te lo montaste bien' sentencia inapelable todo el coro de ángeles y demonios, cuando otra vez, de nuevo, qué paciencia Jesús, aparece el sacro enredador, apóstol de la Buena Nueva ungido de energía desbordante y dotado de invencible superpoder, es único oyente de Dios o de Sí Mismo, admirablemente incapacitado para comprender los entresijos oficinescos que regulan agendas y turnos, arduo reino del bucle: el jueves es muy tarde, ¿no hay cita para hoy?, ya le he dicho que no hay cita para hoy, ¿cómo que no hay cita para hoy?, está la agenda completa, ¿y no puedo subir a hablar con el médico?, no puede subir a hablar con el médico, pues voy a subir a hablar con el médico, pues ya le he dicho que no puede subir a habar con el médico, ¿y por qué no hay cita para hoy?, porque está la agenda completa, pues voy a subir a hablar con el médico, ya le he dicho que no puede subir sin cita a hablar con el médico,

Erri de Luca, "Después"

DESPUÉS

No los de dentro del búnker,
ni aquellos con las provisiones de alimentos, ninguno de ciudad,
se salvarán indios, baltis, masáis,
beduinos protegidos por el viento, mongoles a caballo,
y después uno de Nápoles escondido en el Vesubio,
y un judío envuelto en un enjambre de palabras,
por tradición ilesos dentro de hornos ardientes.
Se salvarán más mujeres que hombres,
más peces que mamíferos,
desaparecerá el rock and roll, quedarán las oraciones,
se extinguirá el dinero, volverán las conchas.
La humanidad será escasa, mestiza, gitana
y caminará a pie. Tendrá como botín la vida
la riqueza más grande que transmitir a los hijos.

("Solo ida. Poesía completa", Erri de Luca, 2014.)

domingo, 1 de enero de 2023

Paco Cerdà, "14 de abril" [2022]

Paco Cerdà empuña la antorcha del "14 de julio" de Éric Vuillard para alumbrar un retrato vívido del día de la proclamación de la Segunda República española: el "14 de abril" de 1931. Como enviado especial de lujo, Delorean mediante, acomete una mirada óptica de la historia diminuta de aquel día convulso, pleno de entusiasmo y temor, en que la muerte rondó los tumultos de las calles. 'Crepúsculo de los bueyes / está despuntando el alba'. Rebasando la alegría desbordante que el folclore asocia a la proclamación, el retablo de la jornada recoge un reguero relevante, aun a menudo disimulado por una frágil memoria, de personajes y episodios: la proclamación unilateral de la República en Eibar, la angustia incierta de los presos de la prisión de Jaca, el obituario laudatorio de la anarcosindicalista recién fallecida Teresa Claramunt, la huida pactada del aterrado séquito de Alfonso XIII, el asalto obrero a la cárcel Modelo y a la cárcel de mujeres de Barcelona, las manifestaciones esperanzadas al compás de "La Marsellesa" en varias ciudades ibéricas, los pinitos periodísticos de un jovencísimo socialista llamado Santiago Carrillo, la negativa a izar la bandera republicana en la dirigida por Francisco Franco Bahamonde Academia Militar de Zaragoza, la proclamación de la República Catalana en la plaça Sant Jaume, el temor de la Azurra fascista que aquel día estaba varada en Madrid, la terquedad teórica de un entonces desconocido PCE, la sorpresa de Josep Pla por la incomparecencia de uno de los dos bandos a la terca lucha de clases, o la infrahistoria del asesinato último del régimen monárquico, Emilio Arauzo Honorio. Una lectura apasionante.

"Detrás de la retórica, del nuevo escudo y del marco orlado late un mensaje implícito: Hay un nuevo gobierno en España con plenos poderes, que se declara investido directamente por el pueblo, y que está dispuesto a suspender los derechos necesarios sin intervención judicial con tal de proteger a la República de sus enemigos, ya sean monárquicos, comunistas o anarquistas. Es el orden. Lo que todo poder codicia."

("14 de abril", Paco Cerdà, 2022.)