jueves, 28 de abril de 2022

Alberto Santamaría, "Un lugar sin límite. Música, nihilismo y políticas del desastre en tiempos del amanecer liberal" [2022]

A excepción de algún intento, incompleto o simpático, la crítica cultural molona ha ninguneado tradicionalmente el heavy metal callejero, la memorable comunidad de jebis de barrio de los ochenta, un menosprecio que a quienes crecimos escuchando los discos de Iron Maiden u Obús junto a los discos de Eskorbuto o The Clash no les pasa desapercibido. Por eso también las breves páginas que Alberto Santamaría dedica al "Killers" de Iron Maiden en "Un lugar sin límite" suenan tan justas y gratas. El jebi metal de los ochenta sonaba a calle, como el joven Eddie recogiendo 'todo el desarraigo en las oscuras escenas callejeras de las que es protagonista', como "Warthchild", que refleja 'la angustia de quien busca su lugar seguro pero no es capaz de encontrar nada, nunca jamás; sólo calles, rabia, noche, vacío'. Aunque no creo que situara al "Killers" como 'uno de los mejores discos de la década', demasiado material a clasificar, fijo entra dentro de lo que incluía en 'mi comunidad afectiva', especialmente de chaval, que ha llovido mucho sobre mojado. Y la portada del single de "Sanctuary", con Margaret Thatcher recién asesinada por un salvaje Eddie, que fue censurada en Reino Unido, es impagable.

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