miércoles, 4 de enero de 2023

deleite de burócrata menor

andaba en mi ventanilla en modo profesional total, con tono y disposición adecuadas, exquisitamente diligente en la atención a la recua de peticiones de un usuario exigente, mentor de la cuadrilla de residentes del centro Reto, cando tras lanzarme una mirada de soslayo, sin mediar más palabra, extendió el brazo con un flyer que rezaba en letras gigantes: DEBES SABER QUE EN ASOCIACIÓN RETO A LA ESPERANZA HAY SOLUCIÓN PARA LAS DROGAS, y al menda lerenda, que no ha perdido su vena ingenua, sólo se le ocurrió contestar, '¿está sugiriéndome algo señor?', y ahí quedó, tras una silenciosa despedida, como otra anécdota para la gloria antológica de la última cotidianidad laboral

continuaba en mi ventanilla en modo óptima gestión automática, burócrata menor ducho en lengua y literatura, solvente nivel de capacidad expresiva, notable competencia para adaptarse a cualquier situación comunicativa, explicando por enésima vez a una usuaria por qué no podía darle con la prontitud deseada cita con la médica, maldito sea el colapso de la sanidad pública, máximo respeto a quienes están en primera línea sosteniéndola, cuando, pequeña bomba de odio comprimido, años de experiencia en brujería, veneno condensado por trabajos penosos y/o ristra de disgutos maternales o maritales, experta en artes oscuras, hábil vaticinadora de aciagos augurios, resonó su voz con grave solemnidad: 'a mí no me dirijas la palabra que te meto un guantazo que te desnuco', finta que, obvio, fue recusada, '¿no se da cuenta de que usted es demasiado bajita para semejante golpe?'

seguía otro día más en mi ventanilla en modo no-hay-citas-a-ver-cómo-me-lo-monto, señor le llamará un médico del San Pedro para activarle la medicación, señora ahora intento llamar a la médica a ver si puede atenderle, perdone pero no puedo citar con su médica hasta dentro de ocho días, me es imposibile citarle porque la especialidad no tiene agenda abierta, cuando, maldita la hora, viene el gran zalamero, sería tan amable de citarme con el médico para renovar el medicamento, entiéndame que sólo quiero conseguir cita, ¿no pueden llamarme para activarme otros parches más potentes?, mire a ver si hay un hueco al final del día; no puedo darle cita, qué ha hecho con la medicación, esos parches ya se los activó un doctor hace pocos días, no puede demandar recetas por capricho; esto es tercermundista, quiero poner una reclamación, voy a avisar a los medios: haga usted lo que tenga que hacer,

persistía tenaz en mi ventanilla en mor del día de paga, lamentando no haber hecho de joven caso a mi madre, 'haber estudiao' proclaman inistentes los diablos menores, 'ya estudié' respondo airado a querubines y trasgos, 'pero no te lo montaste bien' sentencia inapelable todo el coro de ángeles y demonios, cuando otra vez, de nuevo, qué paciencia Jesús, aparece el sacro enredador, apóstol de la Buena Nueva ungido de energía desbordante y dotado de invencible superpoder, es único oyente de Dios o de Sí Mismo, admirablemente incapacitado para comprender los entresijos oficinescos que regulan agendas y turnos, arduo reino del bucle: el jueves es muy tarde, ¿no hay cita para hoy?, ya le he dicho que no hay cita para hoy, ¿cómo que no hay cita para hoy?, está la agenda completa, ¿y no puedo subir a hablar con el médico?, no puede subir a hablar con el médico, pues voy a subir a hablar con el médico, pues ya le he dicho que no puede subir a habar con el médico, ¿y por qué no hay cita para hoy?, porque está la agenda completa, pues voy a subir a hablar con el médico, ya le he dicho que no puede subir sin cita a hablar con el médico,

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