jueves, 18 de julio de 2019

Alberto Conejero, "Rinconete y Cortadillo" [2016]

"Y así, se deja para otra ocasión contar su vida y milagros, con los de su maestro Monipodio, y otros sucesos de aquellos de la infame academia, que todos serán de grande consideración y que podrán servir de ejemplo y aviso a los que las leyeren",


Pedro del Rincón y Diego Cortado, el Rinconete y el Cortadillo de la novela ejemplar cervantina, existieron, han crecido, tienen cuarenta años y están muy enfadados. Han acudido a la coronación de Felipe IV, ¿o Felipe VI?, quieren expresarle su agravio para que lo repare, pero han sido encarcelados. Los errores cometidos en una disoluta juventud no deberían haberse convertido en clásico literario, no merecían el estigma glosado en la prosa ficticia del Manco de Lepanto: su pluma les condenó a una vida de adversidades, a una amarga existencia. Y allí estuvieron en el teatro Bretón de Logroño, ajustando cuentas con don Miguel. ¡Devoldedles sus honorables nombres!

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