miércoles, 10 de julio de 2019

Luis Buñuel, "La Vía Láctea" [1969]


¿Emprenderán el peregrinaje hacia Compostela? Ojalá se convierta en una travesía tan fascinante como este viaje por la Vía Láctea, que los saltos espacio-temporales os lleven por la antigua Palestina, la Europa medieval, la Edad de la Razón, por los restoranes de lujo y las supercarreteras actuales, que atravesando el itinerario os encontréis misteriosos y excéntricos individuos que lancen enigmáticas profecías que se cumplirán, que se topen con Priscialiano redivivo, con crueles libertinos como el Marqués de Sade, con quienes pecan de soberbia intelectual, sean ortodoxos o herejes, ¿hubo alguna vez una Santísima Trinidad? ¿fue Cristo Dios, hombre y Espíritu Santo simultáneamente, en secuencia o sólo fue, en todo momento, Dios padre disfrazado de ser humano a fin de ser reconocido por los hombres?, que escuchen cómo María aconseja a Jesucristo que no se afeite la barba, y presencien a quien padeció en la cruz dirigir a su concurrencia parábolas blasfemas, que sueñen con participar en el pelotón de fusilamiento que ejecutará al Sumo Pontífice, que asistan a los concilios que edificaron la doctrina de la cristiandad católica, y repudien sus sagrados acuerdos, y abracen los anatemas, como un cura escapado de un psiquiátrico, que demonios fugados de su prisión cumplan vuestros más viles deseos; ved cómo las monjas se mortifican para sufrir como Cristo sufrió, cómo jansenitas y jesuitas se enfrentan en un duelo a muerte, ¿tiene el humano en el momento de la acción la gracia suficiente para hacer el bien, o el alma humana está supeditada a la delectación imperante?; el sacrílego cazador que disparó despectivo a un rosario se postrará ante la virgen María cuando se le aparezca emanando bienaventuranza, la fe no se alcanza con la razón, penetra en el corazón, los milagros ocurrirán aunque la Guardia Civil siga custodiando las posadas, y en ellas curas fervientes del Dogma de la Asunción, se afanen en relatar las bonanzas de los sublimes milagros marianos... Escribía Gonzalo de Berceo, que el humano 'es en esti sieglo huéspet e peregrino', en la Vulgata una locución latina dice 'peregrini et hospites sunt super terram': los humanos, que somos peregrinos y extranjeros sobre la tierra... 'Gracias a Dios, soy ateo', decía Buñuel, 'mi odio hacia la ciencia y mi horror hacia la tecnología, me llevarán finalmente hacia la absurda creencia en Dios'.

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