martes, 31 de marzo de 2020

Alberto Marqadt, "La Nueve: los olvidados de la victoria" [2004]


'La Nueve', la Novena Compañía de la Segunda División Blindada, la División Leclerc, la primera compañía aliada en entrar en París aquel agosto de 1944: en sus calles ya combatía la Resistencia.

"Al amanecer de este día [25 de agosto] de 1944, París enloqueció.
La ocupación nazi había terminado.
Los primeros tanques y carros blindados habían entrado unas horas antes:
-¿Son americanos?- preguntaba el gentío.
Pero los nombres de esos tanques y esos blindados, torpemente escritos con pintura blanca, decían: Guadalajara, Ebro, Teruel, Brunete, Madrid, Don Quijote, Durruti...
Los primeros liberadores de París fueron los republicanos españoles. Vencidos en su tierra, se habían batido por Francia.
Ellos creían que después España sería rescatada.
Se equivocaron."

(Eduardo Galeano, "Los hijos de los dias", 2011.)

viernes, 13 de marzo de 2020

José Luis Carretero Miramar, "Eduardo Barriobero. Las luchas de un jabalí" [2017]


De una manera amena, mezclando documentos históricos y narración novelada, Carretero Miramar nos conduce por la vida de uno de nuestros riojanos ilustres del siglo pasado: Eduardo Barriobero y Herrán. Republicano federal cercano al anarcosindicalismo, abogado obrerista, letrado de reputados pistoleros de la clase obrera, sorprendente jurista, escritor de multitud de novelas, reconocido masón, colaborador habitual en una importante cantidad de publicaciones republicanas, traductor de autores clásicos, fue una personalidad destacada de la vida pública española del primer tercio del siglo XX. Con el advenimiento de la Segunda República, fue elegido presidente de un reconstituido Partido Democrático Republicano Federal, organización heredera de los postulados de Pi i Margal, que durante aquella conflictiva década pretendió convertirse en un altavoz parlamentario de la CNT, promoviendo la formación de una República Social. Sus diputados se convirtieron en los 'jabalíes', una suerte de 'Montaña' jacobina patria, diputados de las Cortes vehementes en la crítica de las tímidas reformas sociales del pacato republicanismo burgués y denunciantes de sus brutales medidas represivas. Ángel Samblacant, Ramón Franco, hermano del Generalísimo, Rodrigo Soriano o Eduardo Ortega y Gasset, fueron eminentes 'jabalíes'. En la contradictoria dualidad de poderes del bando republicano durante la guerra civil, Eduardo Barriobero se puso al frente de la Oficina Jurídica dependiente de la Generalidad catalana, se ocupó de una diversidad de materias legales atento al nuevo Derecho acompañante de la ebullición revolucionaria; destituido tras las jornadas de Mayo '37, fue apresado y juzgado por un tribunal republicano acusado de robo; muy enfermo, se negó a acompañar los convoyes del exilio: fue fusilado por las tropas franquistas a principios de febrero de 1939.

"No habrá gobierno propiamente dicho. La sociedad será como una vasta asociación cooperativa, teniendo al frente un consejo administrativo nacional para los asuntos nacionales -que también podrá entonces darse el nombre de naciones a las grandes agrupaciones humanas- consejos de administración comunal para los asuntos locales, consejos de administración particular para cada taller, explotación agrícola, almacén público, etc. En cada taller, en cada explotación agrícola, en cada almacén público, los trabajadores estarán asociados en sindicatos que nombrarán el consejo de administración, fijarán por sí mismos el reglamento del taller, de igual modo que lo hacen hoy los obreros de una cooperativa de producción. En cada consejo de administración comunal, todas las corporaciones o todos los sindicatos estarán representados. El consejo de administración se ocupará de la luz, del agua, de las vías locales de comunicación, del servicio local de transportes, de las casas con habitación, que serán todas de propiedad comunal, y que los municipios cuidarán de mantener confortables y en condiciones higiénicas. A la cabeza de la agrupación nacional, el Consejo de administración será como una especie de Parlamento del Trabajo, donde todos los oficios enviarán sus delegados. [...]
Como se ve, el comunismo libertario no es el fin del mundo, la vuelta de Atila; sus proyectos no pueden asustar a quien tenga una inteligencia normalmente ordenada. Por el contrario, como nueva organización del trabajo, podría ocupar dignamente un sitio en el programa de cualquier partido política de orden."

(Eduardo Barriobero y Herrán, "Delitos de la multitud", 1934.)

domingo, 1 de marzo de 2020

Eurípides, "Hipólito" [428 antes de Cristo]


Amor vs castidad, Afrodita vs Ártemis, Fedra vs Hipólito. La terrible pasión de una mujer enamorada, Fedra, que se enfrenta a la enfermiza firmeza de un muchacho aparentemente perfecto, su hijastro Hipólito. En medio, la Nodriza, una alcahueta bienintencionada que no cree que el amor sea una maldición de los dioses y que en su ingenuidad piensa que todo tiene arreglo. Fedra, atormentada moralmente, traicionada por su nodriza, que revela el secreto de su pasión, se sucidará cuando sea consciente de que su amor no será colmado y de que ha perdido su buen nombre a cambio de nada. Fedra no perderá su honor cometiendo una infidelidad, pero una presión maldita, la recuperación de su buen nombre, le inducirá a escribir una tablilla en la que acusará falsamente a Hipólito de violarla. Hipólito, casto, entregado a la veneración de la diosa Ártemis, virtuoso hasta la jactancia, será desterrado por un iracundo Teseo, que le maldice para su perdición ante las fuerzas de Poseidón. Y así, en un célebre pasaje cargado de misoginia, hace expresarse a Hipólito Eurípides, cuando se entera por la revelación de la Nodriza del deseo de Fedra,

"HIPÓLITO. ¡Oh, Zeus!, ¿por qué a la luz del sol sacaste a las mujeres, metal de falsa ley para la raza humana? Pues si querías propagar la raza de los mortales, no tenías que haber recurrido a las mujeres para ello. Bastaba con que los mortales, depositando bronce o hierro en sus templos, o cierta cantidad de oro, compraran, cada uno por una suma proporcional a su rango, simiente de hijos, y vivieran en casas libres, sin mujeres. [...] He aquí lo que demuestra que la mujer es un gran mal: el propio padre que la engendró y crió, tiene que asignarle una dote para que cambie de residencia y quitársela, así, de encima. Y, en cambio, quien recibe en su casa a esta perniciosa criatura se complace en cubrir de bellos adornos a su funesto ídolo y la engalana con vestidos, malgastando así, ¡desdichado!, su hacienda. [...] Mejor es tener en el hogar a una nulidad, a una estúpida que para nada sirva. Odio a la mujer sabia. ¡No haya en mi casa hembra que sepa más de lo debido! Porque donde mayor maldad suele poner Cipris es en las sabias, mientras que a la mujer sin recursos su corto entendimiento libra de locuras. A una mujer nunca debería acercársele una criada; fieras y mudas bestias tendrían que convivir con ellas, para que no pudieran hablar con nadie ni recibir respuesta de nadie. Pero la realidad es que, dentro de casa, estas malvadas urden siniestros planes que sacan a la calle sus criadas."

(Eurípides, "Hipólito", 428 antes de Cristo.)