sábado, 28 de octubre de 2023

Maud Mabillard, "La flor roja. Natacha Klimova y los maximalistas rusos" [2020]

He flipado con el sacrificio revolucionario de los maximalistas rusos. Recordaba la lectura de unos párrafos escuetos sobre ellos en un clásico de la Revolución Rusa, "La Revolución desconocida", en los que su escritor, Volin, señalando su desgajo del tronco de los socialistas revolucionarios y su deriva hacia al anarquismo, decía, 'los maximalistas no formaban un partido político, sus adeptos fueron poco numerosos y su influencia nula, desarrollaron, sobre todo, una fuerte actividad terrorista y participaron en todas las luchas revolucionarias: muchos de sus miembros murieron como verdaderos héroes'. Natacha Klimova fue una de esos héroes. Su actividad armada se sitúa en los años posteriores al Domingo Sangriento de 1905 y el posterior estallido revolucionario: Mijaíl Sokolov fue líder de la comuna en el barrio moscovita de Presnya. Su acción terrorista más destacable y espantosa: el fallido atentado contra el Ministro del Interior del zar Nicolas II, Piotr Stolypin: después de 1905 se generalizó el uso de la 'corbata Stolypin': entre 1906 y 1907 mil cien revolucionarios fueron colgados: los maximalistas computan en la cifra. Atentados, atracos, agentes dobles, traiciones, prisiones, ejecuciones, fugas, suicidios, exilio: las furiosas vicisitudes del terror agrario. Maud Mabillard ha escrito en "La flor roja. Natcha Klimova y los maximalistas rusos" una absorbente biografía hermoso rescate de un escondido grupo integrante de la asombrosa generación de revolucionarios rusos trágicamente caídos tanto en las prisiones zaristas como soviéticas. Entre las estremecedoras historias de sus páginas, refulgen como llamas ardientes de sublime vida los escasos escritos de Natacha Klimova,

"No hay personas buenas o malas. Las personas no son más que el reflejo de las condiciones en las que han crecido y se han desarrollado. Nosotros nos batimos contra las condiciones, nos batimos por mejorarlas. Debemos batirnos sin piedad contra nuestros enemigos en la medida en que esto sea necesario para la mejora de dichas condiciones, y para nuestra victoria. Pero al mismo tiempo, debemos tratar a nuestros enemigos con amor, con atención (ternura), recordando que todos somos seres humanos y que ellos son así porque reflejan ciertas condiciones de vida sombrías y difíciles, y recordando que nosotros mismos no tenemos ningún mérito y no somos en absoluto mejores que ellos, pero hemos sido mimados por la vida y por unas condiciones dichosas. Así fue como me comporté con el hombre que era el autor principal de mi condena a muerte, y esta actitud mía le perturbó profundamente y le resultó difícil de vivir. Me lo dijo él mismo. Pero yo no comprendí hasta más tarde el sentido de mi actitud hacia él. Sólo más tarde comprendí su significado y lo formulé.
No hay personas buenas o malas. Las personas solo son malas porque expresan la influencia negativa de la vida, de las circunstancias de la vida, de sus condiciones; lo contrario también es cierto. Cuando hay que luchar por la vida, por sus valores, hay que luchas con las personas. Y luchar sin piedad. Y luchar sin piedad cuando es preciso para hacer triunfar los valores de la vida. Hay que comprender y sentir constantemente que esos 'enemigos' que luchan contra nosotros no son más que un juguete de la vida, el reflejo de circunstancias particularmente difíciles, y en la mayoría de los casos, el reflejo de la pobreza. En su caso, hay que tener en cuenta, por un lado, la expresión y el reflejo de dichas condiciones negativas, que hacen de ellos malas personas, 'nuestros enemigos', y por otro, que se trata de personas igual que nosotros, dotadas de un espíritu, de un elemento divino, partes de un todo que es el mundo. Y esto significa que hay que comportarse con ellos, incluso en pleno combate, con toda la humanidad, la atención, la ternura, todo el amor del que sea capaz nuestra alma. Y al mismo tiempo, ser implacables en la lucha por la destrucción de esas condiciones de vida negativas, que han mutilado, sojuzgado, desvalorizado esas almas tan cercanas a nosotros."

jueves, 26 de octubre de 2023

Jean Delumeay, "En busca del paraíso" II [2010]

continuaba la lectura de "En busca del paraíso" de Jean Delumeau y llegaba a un interrogante, recórrase al menos si no puede responderse, que funciona como formulación básica de mi interés apocalipticista de inclinada pendiente milenarista: '¿cómo se pasó de la nostalgia del jardín del Edén a la Esperanza en un nuevo paraíso terrenal, y cómo esta esperanza, al volverse laica, dio origen a la noción de progreso y al socialismo?', dicen los sabios que los sueños humanos también constituyen una parte sustancial de su historia y que explican gran cantidad de sus actos;
la perspectiva de una esperanza de mil años de felicidad terrenal no siempre se formulará con el herbívoro pulso profético de Isaías apasionado,
"Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño será su pastor. La vaca y el oso pacerán, juntas acostarán a sus crías, el león, como los bueyes, comerá paja. Hurgará el niño de pecho en el agujero de áspid, y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano. Nadie hará daño, nadie hará mal, en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yavhé, como las aguas colman el mar",
sino también con el séquito de sangrientos jinetes prestos para el combate escatológico revelados a San Juan en Patmos como nuncios de tribulaciones y catástrofes preludio del descenso terrenal de la radiante Jerusalén Celeste,
"Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novie ataviada para su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: 'Esta es la morada de Dios, que compartirá con los hombres. Pondrá su morada entre ellos. Ellos serán su pueblo, y él, Dios-con-ellos, será su Dios. Enjaguará las lágrimas de sus ojos, y no habrá ya muerte ni llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo habrá pasado'."
Amén.

martes, 24 de octubre de 2023

Jean Delumeay, "En busca del paraíso" [2010]

iba leyendo las páginas de "En busca del paraíso" de Jean Delumeay que tratan sobre las melancólicas nostalgias de los curas eruditos renacentistas al evocar con dulce ingenuidad el paraíso terrenal, Jardín de las Delicias devorado por las aguas del Diluvio,
'¿en qué año se creó? ¿dónde se localizó? ¿cuál fue su extensión? ¿cuánto duró la estancia en él de los Primeros Padres? ¿qué edad tenían cuando comieron el Fruto Prohibido? ¿en que día de la semana se cometió la Fatal Falta? ¿cómo un Dios tan bueno y tan misericordioso impuso como castigo a la humanidad tan larga y tan grande condena hasta el Final de los Tiempos?',
comentaristas del Génesis que imbuidos de rigurosa ensoñación recreaban la brillante felicidad de Adán y Eva en el Edén, lugar encantador, tierra fértil, frutos en abundancia, animales dóciles, clima ideal, salud inalterable, trabajo agradable y sin cansancio, suave transición de la vida terrenal a la eternidad; Vegan Reich, '¿por qué los animales tendrían que ser agresivos con nuestros Primeros Padres?; panas del mismísimo Dios, ¿en qué lengua les hablaba y en cuál se expresaban entre sí?; prodigios de sabiduría en estado de inocencia, 'no había posibilidad de equivocarse ni de ser engañados, pues la ignorancia y el error constituyeron un castigo del pecado';
un litigio clave se desplegaba cuando, sacerdotes católicos o pastores protestantes, surgía el gran interrogante alrededor de la sexualidad en la Edad de Oro: ¿follaron Adán y Eva antes de La Caída?;
si el pecado original no hubiera existido, ¿cómo habría vivido el amor la humanidad?,
'sin que se mezclen los aterradores excesos del deseo' dirá Lutero, 'sin el aguijón de una pasión seductora ni ardor inquietante' sentenciará san Agustín, 'sin la pasión-castigo ni el deleite indigno' afirmará san Buenaventura, 'sin el impetuoso dominio del placer ni una conscupiscencia ardiente y desordenada' acordarán los acólitos,

domingo, 22 de octubre de 2023

Fermín Muguruza, "Bidasoa 2018-2023" [2023]


Como África empieza en los Pirineos establecer estrictos controles migratorios en la frontera franco-española bajo el pretexto de la seguridad antiterrorista no vulnera el espacio Schengen ni provoca respuesta diplomática alguna. A Irún llegan alrededor de ciento cincuenta migrantes en tránsito cada semana desde países francófonos africanos, Guinea, Mali, Costa de Marfil, que anhelando reunirse con familiares y amigos y conseguir empleo, buscan vías de acceso a Francia que burlen la vigilancia policial: más de dos cientos gendarmes que custodian medios de transporte y pasos habituales vigilan exhaustivamente la población negra avistada. Cuando la desazón por la inflexibilidad de los controles migratorios arrecia, el cruce por el río Bidasoa se presenta como aun arriesgada opción, que ha sido en estos últimos años que varios cadáveres han aparecido en sus aguas. Suena estremecedor lo que en "Bidasoa" canta Willis Drummond, 'guretzat ez zira sekulan muga izan / ez dugu onartuko hilerri bihur zaitezen'. En el docu Fermín Muguruza rescata del anonimato las nueve muertes de migrantes que en total se contabilizan en este último lustro en la frontera entre Irún y Hendaya, asunto que por sí solo ya merece ser elogiado. Imagínense que se rescataran los nombres de todos los caídos en la Frontera Sur, o que al menos nos acordáramos del nombre de uno solo del centenar de asesinados en junio de 2022 en la valla de Melilla...

jueves, 19 de octubre de 2023

Juanma Agulles, "La negación de la virtud, una historia sobre la pobreza y el progreso" [2023]

Renegar de lo superfluo para que todos tengan lo necesario. O la meta que establece como victoria social Ramón Andrés: 'llegar a un reparto justo de la pobreza'. Consciente de que 'la clase media es un lujo que el capitalismo contemporáneo ya no se puede permitir', la tensión de los propios dilemas laborales suele bascular en un similar eje constante: la consecución de un periódico ingreso suficiente para tener cubierto lo básico, con alguna esporádica curda como exceso predilecto. Obvio que los exigidos lubricantes de la supervivencia ampliada y la noche disoluta desbordan y quiebran esta mi regla básica del monacato urbano de ciudad de provincias. '¿Qué es la pobreza?' es la pregunta clave en torno a la que se desarrolla esta sintética historia sobre la pobreza y el progreso: "La negación de la virtud" de Juanma Agulles, un cuestionamiento a pecho descubierto de la noción hegemónica del término pobreza, cuyo debate contemporáneo extrae sus ecos de las querellas que se remontan a los orígenes del cristianismo, posteriormente perfilados por la reforma de los actos de la beneficencia en los siglos XVI y XVII, mediante las concepciones burguesas de las clases peligrosas o por los llamamientos terapéuticos e higienistas para reeducar a los desposeídos.

"Pero lo que se contabiliza habitualmente mediante los 'umbrales de la pobreza' y las 'dimensiones de la exclusión social' es algo totalmente distinto de la carencia vivida. Es un dato, algo dado, que no tiene relación aparente con un proceso de desposesión histórico. Para el Estado, la pobreza es una variable económica. Para la Beneficencia, una condición moral. Para la Sociedad, un lastre. Y, para los propios pobres, una injusticia o una fatalidad que otros pueden merecer, pero no ellos. Para las teorías revolucionarias, la condición necesaria en la formación de una nueva clase que heredará el mundo. Para los terapeutas de la miseria, un déficit de recursos personales y de socialización y, en algunos casos, hasta una forma de enajenación mental. Para las clases medias de los países desarrollados, el abismo que se abre bajo sus pies y del que deben escapar a toda costa. Para poetas, pensadores y profetas de toda laya, el sustrato del que germinan las obras más elevadas de la humanidad. Para sociólogos y reformadores, un campo de estudio que ya no está de moda, pero que puede volver a estarlo. Y, en términos generales, una 'problemática' para la que nunca faltan recetas y los remedios de urgencia que aplicar con tal de aliviarla, erradicar o reeducarla."

("La negación de la virtud, una historia sobre la pobreza y el progreso", Juanma Agulles, 2023.)

lunes, 9 de octubre de 2023

Mark Neocleous, "Maderos, chusma y orden social, una teoría del poder policial" II [2021]

delitos

"Podría decirse que las instituciones del sistema judicial penal buscan más 'ocultar' que esclarecer los delitos de los poderosos, y ello a pesar del costo mucho más alto, en términos tanto humanos como económicos, de los delitos empresariales. Este 'cálculo de costes' tendría que tener en cuenta lo siguiente: en primer lugar, la fenomenal magnitud del fraude en el impuesto sobre la renta en comparación con el fraude perpetrado por los solicitantes de prestaciones de la seguridad social. [...] En segundo lugar, las deliberadas medidas de recorte de gastos que desoían las normas de salud y seguridad en el trabajo, y que ocasionaron lesiones y muertes -en algunos casos en 'accidentes' y en otros tras prolongados periodos de intoxicación- de una enorme cantidad de trabajadores, desde las muertes masivas de Bhopal, la explosión de la plataforma petrolífera Alpha, el hundimiento del ferry P & O, y otras muchas, hasta las muertes individuales que apenas se mencionan en la prensa. [...] Y en tercer lugar, la colocación de productos en el mercado cuando estos se saben peligrosos. Por mencionar solo un ejemplo: en 1970 Ford lanzó su nuevo modelo Pinto, cuyos test de evaluación preliminares habían verificado que estallaba ante un impacto trasero. El análisis de la relación costo-beneficio reveló que instalar las medidas de seguridad pertinentes suponía un costo de $135 millones, mientras que las posibles demandas por muertes y lesiones probablemente no llegaría a los $50 millones. Se estima que entre quinientas y novecientas personas perdieron la vida como consecuencia de eses problema. La acusación formal por homicidio imprudente de 1978 no prosperó.
Al considerar 'el delito' de las empresas como un mero incumplimiento de los reglamentos y procedimientos y. por tanto, no como un 'delito', la clase dominante se ha definido a sí misma y a sus poderes policiales prácticamente como inimputables. Quienes tienen poder social por definición no pueden ser miembros de la clase de los delincuentes. Al estar 'a favor' del régimen de propiedad privada, la clase dirigente se encuentra, por definición, del 'lado correcto de la ley'."

("Maderos, chusma y orden social, una teoría del poder policial", Mark Neocleous, 2021.)

jueves, 5 de octubre de 2023

Mark Neocleous, "Maderos, chusma y orden social, una teoría crítica del poder policia" [2021]

En un extraordinario texto David Graeber se sorprendía de que los estudiantes de posgrado que se pasan el día en las bibliotecas universitarias leyendo tratados teóricos inspirados por Foucault acerca de la disminución de la importancia de la coacción como factor constitutivo de la vida moderna no reflexionen ni siquiera un momento que de haber insistido en entrar en la biblioteca universitaria sin una tarjeta identificativa debidamente validada alguien habría llamado a unos hombres armados para que los expulsaran físicamente empleando toda la fuerza necesaria. Una observación que sirve para explicar someramente la escasez de tratados teóricos críticos del poder policial, clave de bóveda identificable que sostiene el orden burgués desde sus albores, protagonista de aquella primera violencia que posibilitó el proceso de acumulación originaria y el corolario disciplinamiento salarial de las masas desposeídas de sus medios de subsistencia. Sobre este poder policial central para la cohesión social versa "Maderos, chusma y orden social, una teoría crítica del poder policial" del británico Mark Neocleous, un estudio sobre la función primordial de la policía: la fabricación del orden capitalista. Haber sido golpeado por todos los cuerpos de seguridad del Estado, igual nacionales centralistas que nacionales periféricos, imparte una sobria como-pelota-de-goma-disparada-a-una-distancia-de-menos-de-veinte-metros lección. Como dicen en mi pueblo 'no hay más cera que la que arde'.