domingo, 27 de noviembre de 2022

Spike Lee, "When the levees broke: a requiem in four acts" [2006]


El debacle de una ciudad, la narración coral de la sucesión de desastres que acaeció en Nueva Orleans tras el azote del Katrina: el desastre natural de la tormenta, la ruina consiguiente a una deficiente construcción de los diques que no aguantaron, la devastación social provocada por dejación de responsabilidad o por incompetencia de las diversas administraciones, incapaces o directamente renuentes a ofrecer ayuda a los afectados, y la catástrofe de las autoridades armadas, tanto locales como federales, que vieron, por un racismo enfebrecido, en las víctimas a criminales, convirtiendo a Nueva Orleans en una ciudad carcelaria. El Katrina inundó el ochenta por ciento de Nueva Orleans, todos los servicios esenciales quedaron inutilizados o suspendidos y la superficie de la zona catastrófica abarcó más de doscientos treinta mil kilómetros cuadrados; la fuerza de la tormenta, por sí sola, provocó que el océano, una pared que en algún tramo alcanzó casi diez metros de altura, anegara varios kilómetros desde la línea de la costa. Sin embargo, buena parte de lo peor que ocurrió en la ciudad cuando reventaron los diques no era inevitable. Lo provocó el miedo, el pánico de las élites: miedo al desorden social; miedo a los pobres, a las minorías sociales y a los inmigrantes; obsesión con los saqueos y los delitos contra la propiedad; predisposición a recurrir a la fuerza letal; y toma de decisiones a partir de rumores. Como lo enseña Rebecca Solnit: 'el peor caso de pánico de las élites de la historia de Estados Unidos'.

jueves, 24 de noviembre de 2022

Simone Weil, "La agonía de una civilización y otros escritos de Marsella" [1940-1942]

Entre los textos marselleses de Simone Weil que la editorial Trotta ha reunido en un volumen de reciente publicación titulado "La agonía de una civilización y otros escritos de Marsella", resaltan dos inauditos ensayos, suerte de panegírico civilizatorio, que intentan alumbrar la belleza cultural del Languedoc del siglo XII. En la estela de su conocido entusiasmo por la ilustración griega, el primero de ambos textos, "La agonía de una civilización vista a través de un poema épico", ensalza una epopeya central testimonio del esplendor cultural occitano, un cuadro épico de 'toda una civilización, no hace mucho en pleno auge, mortalmente golpeada de repente por la violencia de las armas, destinada a desaparecer para siempre y representada en las últimas palpitaciones de su agonía': la segunda parte, escrita por mano anónima, de la "Canción de la cruzada contra los albigenses". Un poema en el que palpita el Toulouse caballeresco capital del país de Oc, tierra de felicidad, 'joi', 'merci' y 'parage', lugar de orden y armonía porque solo puede haberlos 'allí donde el sentimiento de una autoridad legítima permite obedecer sin humillarse'. El segundo texto, "¿En qué consiste la inspiración occitana?", ensalza a trovadores y trobairitz, desarrolladores del juego del amor cortés, rechazo divino de la fuerza contenida en la Bestia social, y los rastros románicos de las iglesias de los perdedores, vestigios de los cátaros, practicantes de 'la libertad espiritual hasta la ausencia de dogmas' que llevaron 'el horror a la fuerza hasta la práctica de la no-violencia y hasta la doctrina que hace proceder del mal todo lo que es del dominio de la fuerza'. A veces no sé si sigo, por mis lagunas, la sintética consideración de su análisis histórico-civilizatorio, pero siempre que la leo me suena a bella y sabia, a espíritu que ronda el milagro: 'Las ideas no chocan entre sí, circulan en un medio de algún modo continuo. Esta es la atmósfera que conviene a la inteligencia; las ideas no están hechas para luchar'.

martes, 15 de noviembre de 2022

Jean Flori, "El islam y el fin de los tiempos. La interpretación profética de las invasiones árabes en la Cristiandad medieval" III [2007]

de la abadía de Tegernsee, allá por Baviera, salió en 1160 una representación dramática que el propio Federico Barbarroja pudo conocer, bala política para el cargador propagandístico del emperador romano germánico, titulada "El juego del Anticristo", una obra que escenifica los principales poderes en liza en los tiempos coetáneos: el Anticristo, la sinagoga, el papa, el emperador, el 'basileus', los reyes de Francia y Jerusalén: el emperador germánico, conductor del juego, envía sus embajadas a los reyes de Francia y Grecia para pedirles su obediencia en nombre del antiguo Imperio romano, cuya herencia reivindica: debilitado el protagonismo papal, los monarcas ceden a la presión militar amenazante, concediendo al emperador la suprema soberanía de la Cristiandad: se perfilaba el 'rey de los romanos y de los griegos' de los relatos apocalípticos: el Emperador de los Últimos Días que se enfrentará al Anticristo antes de otorgar su poder al Altísimo; varios lustros después, en marzo de 1188, Federico Barbarroja convocará en Maguncia una corte imperial que será bautizada como 'la corte de Jesucristo': en un ambiente de piedad mística, tomará la cruz y enviará a Saladino un mensaje con el requerimiento de evacuar sin tardanza las tierras de los cristianos y devolver la Vera Cruz, bajo pena de estremecerse contra él 'el Imperio romano entero', 'el mundo mismo': Federico se presentaba como el mesías guerrero de la Cristiandad, encarnación de Carlomagno, el primero de los cruzados; los engranajes de la tercera cruzada, la Cruzada de los Reyes, quedaban engrasados

domingo, 13 de noviembre de 2022

Jean Flori, "El islam y el fin de los tiempos. La interpretación profética de las invasiones árabes en la Cristiandad medieval" II [2007]

no se caracterizó el siglo XII por su fervor escatológico, la primera cruzada, aun victoriosa, fue desilusionante, y aunque no se destierre la perspectiva historizante, que no tardará en recobrar fuelle, prevalece la ortodoxa espiritualización apocalíptica agustiniana: el monje benedictino Raúl de Flavigny deploraba que la mayoría de los cristianos coetáneos no creyera en la proximidad del fin del mundo o que lo situara en un tiempo en exceso hasta la banalidad lejano; un uso político de las profecías se abrirá paso con la intensificación del conflicto entre el Sacro Imperio Romano Germánico y el Pontificado, la querella de las investiduras entre los poderes universales, desarrollado por monjes como Ruperto de Deutz o Gherhoch de Reichersberg: los clérigos no utilizarán la historia para descifrar la aproximación del Anticristo sino que se servirán del Anticristo para posicionarse de manera partidaria sobre el tablero de la historia contemporánea; una sempiterna arma de propaganda ideológica para desacreditar al adversario: asociarlo al ámbito del mal; el esfuerzo por desenmascarar al Diablo y al Anticristo en el enemigo político se enmarca en el dominio cultural de la Cristiandad: la Iglesia ha de afrontar pura el final de los tiempos: ha de erradicar la herejía, combatir a los cismáticos, eliminar a los falsos hermanos y a los corruptos: no ha de permitir que los sostenedores de Satán infiltrados sigan causando daño

martes, 8 de noviembre de 2022

Jean Flori, "El islam y el fin de los tiempos. La interpretación profética de las invasiones árabes en la Cristiandad medieval" [2007]

imagínense qué varapalo; la victoriosa primera cruzada, año 1099, alcanzando el rango de guerra santa, no realizó la ansiada profecía escatológica: no apareció el Anticristo ni descendió Cristo redivivo: la Jerusalén terrena no fue testigo del maravilloso último combate de la historia; las señales celestiales fueron mal interpretadas, los entusiastas vaticinios de los predicadores mutaron en peroratas desconectadas del plan divino del mundo; ¿mintió el papa Urbano II en su discurso de Clermont? ¿mintió el beatífico y carismático Pedro Ermitaño a su devoto y pletórico rebaño? ¿y los caballeros que anhelaban ser coronados como mártires para ser admitidos entre los santos en el Paraíso? ¿y la sagrada e irredenta exaltación de los pobres caídos en una bendita peregrinación? ¿y el asombroso descubrimiento de la Santa Lanza durante el sitio de Antioquía? ¿y las visiones milagreras de los ejércitos celestiales durante la batalla en Jerusalén? y el cruento y desenfrenado ensañamiento contra los judíos y la furia sangrienta desatada contra los infieles derrotados; urgía una reinterpretación histórica, mundanal, épica, despojada de su dimensión escatológica: no es la cruzada la que da cumplimiento a las sacras profecías, son las profecías las que anuncian la cruzada; los cronistas obrarán esta inversión: Sigebert de Gembloux, Gilberto de Nogent, Balderico de Bourgueil; la conquista del Santo Sepulcro será obra de los francos; Urbano II quedaba resguardado del juicio histórico de las gentes: el papa nunca anunció explícitamente la llegada próxima del Anticristo y del final de los tiempos, sino solamente la necesidad de establecer previamente la autoridad de los cristianos en Jerusalén para que pudiese darse cumplimiento a la postrera profecía;

domingo, 6 de noviembre de 2022

Pseudo-Metodio, "Apocalipsis siríaco" [siglo VII]

comprobable es que la irrupción árabe en Europa actualizará las profecías escatológicas de la Cristiandad: el "Apocalipsis siríaco" del Pseudo-Metodio, compuesto a finales del siglo VII, falsamente atribuido al obispo Metodio de Olimpia, morador de las costas mediterráneas orientales durante el siglo III y principios del IV, será rápidamente traducido al latín y copiado y recompuesto múltiples veces durante toda la Edad Media; su versión latina básica fue establecida en el siglo VIII por un monje oriental llamado Pedro, que huyendo de la dominación sarracena se refugió en la Galia merovingia; el Pseudo-Metodio expresaba la esperanza de una victoria cristiana sobre los ismaelitas por medio de una reconquista militar: un emperador cristiano será el encargado de destruir a los paganos, liberará Jerusalén y la convertirá en capital de un mundo unificado bajo la verdadera fe, un reino cristiano que durará hasta que el emperador devuelva su corona a Dios en el Monte de los Olivos: la tierra entonces quedará temporalmente a merced del poder del Anticristo, que perseguirá a los justos, y que será destruido por el glorioso soplo de Cristo redivivo, quien pondrá fin a la historia del mundo e inciará el reino de los elegidos; el Pseudo-Metodio popularizaba una profecía exitosa, la próxima aparición de un mesías guerrero que guiará a la Cristiandad hacia la victoria definitiva frente a los árabes: el Emperador de los Últimos Días,

viernes, 4 de noviembre de 2022

José Guadalajara Medina, "El Anticristo en la España medieval" II [2004]

incluso el más exaltado admirador del supuesto prístino ejemplo de los Santos Mártires de Córdoba se ve abocado a asumir su inspiración apocalíptica: los héroes de una integrista resistencia cristiana ante la aculturación árabe durante el dominio del califato omeya vaticinaban la pronta ruina del poder musulmán en tierras españolas; el mismísimo san Eulogio se refería a Mahoma como 'precursor del Ánticristo' y 'ángel de Satanás', y le reprochaba proponer 'orgías y placeres de la carne en el Paraíso': una religión herética para un pueblo perdido; su más aventajado discípulo, Alvaro de Córdoba, quien se quejaba amargamente de la iletrada en lengua latina juventud mozárabe extraordinariamente hábil a su vez en el manejo de la árabe, se aventuró, guiado por enreverados cálculos bíblicos, a precisar la fecha del fin del mundo: el año 870 de nuestra era; fueron alrededor de cincuenta cristianos recalcitrantes de aquel noveno siglo los que martirizaron su vida ante el sumarísimo juicio de los cadíes andalusís, el mismo Eulogio entre ellos; depende del sesgo, la interpretación contemporánea bascula su consideración: ¿perfil de cristiano necio, fanático y despreciador de la vida o arquetipo de aguerrido defensor de la libertad de expresión?; sólo dios sabe

martes, 1 de noviembre de 2022

Juan Unay, "El libro de los grandes hechos" [segunda mitad del siglo XV]

quizá porque circuló alguna versión entre los pueblos y ciudades de Castilla, o por su matizado componente de subversión social, "El libro de los grandes hechos", que se atribuye a sí mismo un monje franciscano de la orden del Sancti Spiritus llamado Juan Unay, 'el alemán', de discutido origen germano, más probable de hispano nacimiento, morador del ruedo ibérico en las décadas de la segunda mitad del siglo XV, fue incluido por un anónimo copista dentro de una compilación de profecías que circularon durante la Guerra de las Comunidades, aunque decirse ha que dejó un rastro múltiple; es un texto que en su arco profético bebe de la apocalíptica bestial, el mesianismo milenarista en torno a la figura del Emperador escatológico y la crítica social y eclesiástica: la empresa conjunta del Nuevo David, un papa, y del Encubierto, un rey hispánico, ¿Fernando el Católico?, auxiliados por los 'pobres desollados', culminará en la conquista de Granada, el norte de África, diversos lugares de Europa y Asia, y la ciudad de Jerusalén, meta dorada de todo sueño milenarista medieval; ¿un panflexto mesiánico-político-apocalíptico de providencial exaltación de los Reyes Católicos?; y la exposición de una acentuada inquina contra moros y judíos,
'et éste [el Encubierto] destruirá todos los moros de Espanna, e todos los ebreos e los tornadizos, forçado serán cruelmente pereçidos, por quanto son engannadores e escarnidores e menospreçiadores de la fe de Jhesuchristo, lo cual todo quebrará en sus cabeças muy cruelmente, et alinpiará la tierra de todos los males';
ese matizado componente de subversión popular, ejemplificado en las apelaciones a 'los pobres desollados', da peculiar relevancia al libro: 'los viles e de poco poderío deven ser contra sus mayores por les tomar su poderío', un llamamiento a la revuelta social consecuente a la crítica sin ambages lanzada al estamento eclesial y nobiliario, máximos responsables, por pecadores impenitentes, del desorden de funestas consecuencias que acaecerá,
'Los saçerdotes de Dios, que deven vivir castamente, usan muy peor que non los legos, tomando dos o tres mugeres o más, semejante a lo que fazen los moros. Et del patrimonio de la Iglesiam que es para los pobres, tiene un omne muy muchos benefiçios, o por compra, o por pecho o serviçio que da o faze a los sennores de la tierra, o a cardenales, o a arcçobispos, o a obispos o a otras qualesquier personas que sean privadas del Papa o del rrey para que le paguen los benefiçios; et los pobres de Dios andan fanbrientos, que aún una pobre capellanía non pueden alcançar en que se puedan mantener. Tantas maneras fazen de simonías e de otros muchos pecados todos los que son governadores de la Iglesia de Dios, que en los ver las gentes así rricos, e encavalgados e bien vestidos, e sus putas bien gruesas e con nobles pannos, e las bolsas llenas de dineros, por lo qual todos, e por la mayor parte, torrnarán sus fijos falsos clérigos',