VV.AA., "Alianzas rebeldes. Por un feminismo más allá de la identidad" [2021]

No dejo de ser un tipo de barrio. Aunque ya no tan asiduamente, sigo yendo a los bares de alrededor de mi casa a echar unas cervezas, y cuando se tercia, que habitualmente se tercia, discuto con los parroquianos más procaces. Como podrán imaginar, no son conversaciones muy sofisticadas, no se suele mostrar gran refinamiento en las posturas esgrimidas, y dependiendo del contertulio, dios mío cómo anda alguna peña por ahí, la sucesión de comentarios venenosos, ingenios miserables u ocurrencias resentidas puede tornarse abrumadora: en no pocas ocasiones resuenan los ecos de las voces de los maestros de la inquina de algunas célebres emisoras de radio o de algunos canales de youtubers patrios. A veces resulta tremendamente divertido el jaleo apasionado de la discusión; otras veces me reconozco en un temor o en una preocupación expresadas con serena honestidad; con frecuencia me ha exasperado constatar la vil metástasis de sentido común facha propagada en el último lustro. No es pretensión mía convencer a nadie, tampoco creo que esté al alcance de mi ocasional labia hacerlo, sino más bien representar otra perspectiva, y, por envanecerme, crean que en mis destellos puedo resultar hábil representándola. En cualquier caso, es un modesto hábito que me funciona como antídoto contra el rabioso hooliganismo de lo que Mark Fisher denominaría ‘la izquierda burguesa identitaria’, y su tendencia acusatoria dominante, transversal a todas las escuelas que la engrosan, su soporífero, cuando no flagrantemente deshonesto, puritanismo, o su permanente posición de superioridad elitista, lubricante de una atmósfera macarthista presta a irradiar culpa. Ojalá se editen más libros que traten sobre la trampa de la identidad.

Sergei Loznitsa, "The Event" [2015]

A las seis de la mañana del 19 de agosto de 1991, la radio y la televisión soviéticas comenzaron a retransmitir el comunicado del Comité Estatal para el Estado de Emergencia, el GeKaChePé, integrado por altos dirigentes de la burocracia central disgustados por las reformas de la Perestroika en general y por el nuevo encaje de las Repúblicas Soviéticas en el Nuevo Tratado de la Unión en particular; la "Declaración de la [autodenominada] dirección soviética" establecía como motivaciones del golpe de Estado 'la defensa de la soberanía, integridad territorial, libertad e independencia de nuestra patria' y prefiguraba como proyecto político la vuelta a un unificado e incuestionable estado autoritario; los golpistas detuvieron a Gorbachov amparándose en cínicas razones de salud, proclamaron el estado de excepción, nombraron comandantes militares en las principales ciudades del país, prohibieron huelgas y manifestaciones, restablecieron la censura en prensa y clausuraron todos los canales de radio y televisión, a excepción del central, en el que por orden del presidente de la radiotelevisión soviética, Leonid Kravchenko, se emitió, sin cesar, música clásica. La incompetencia de los golpistas hizo famoso entre la población rusa aquel adagio que decía, 'los comunistas, que no han sabido dirigir la economía del país durante setenta años, tampoco saben dar un golpe de estado'.
En esta cinta, Loznitsa, maestro del found footage, rescata imágenes de archivo de lo acontecido en la todavía entonces Leningrado durante los tres días del fallido golpe, hiladas, no casualmente, por la música de "El lago de los cisnes" de Chaikovski. Algún momento del documental resulta memorable. Como la aparición del alcalde de un Leningrado en trance de renombrarse San Petersburgo, Anatoli Sobchack, catalizador de la respuesta social contra el golpe, que rápido sentenciaba 'estamos asistiendo a la agonía del régimen comunista', custodiado por un advenedizo de la política insitucional, Vladimir Putin, su mano derecha, de quien fue mentor y padrino político; o como la litúrgica sustitución de la bandera de la URSS por la bandera de la Federación Rusa en el Palacio Mariinsky, sede de la Asamblea Legislativa de San Petersburgo, ceremonia también regentada por un exultante Anatoli Sobchack, que también será alcade del San Petersburgo transitando a 'capital criminal de Rusia' durante las legislaturas de Boris Yeltsin, años en los que se produjo el gran asalto de la vieja mutada nomenclatura al supermercado nacional.

Sergei Loznitsa, "Maidán" [2014]

Una descripción entusiasta del Maidán realizada por el héroe del found footage y furibundo antibolcheviqe Serguéi Loznitsa. El punto de inflexión en la fractura entre las dos influencias geopolíticas en Ucrania. ¿Sería lícito hablar de dos maidanes? Un primer maidán de impulso genuinamente popular que expresaba elementales deseos de regeneración democrática, civil y nacional, al que el gobierno de Yanukóvich respondió con represión y juego sucio (llegando a movilizar a bandas que apalizaban activistas); y un segundo maidán, cimentado con el apoyo de la facción oligárquica tendente a EEUUropa, amplificado por los medios afines locales e internacionales, por el que se pasearon primeras figuras de la política occidental (EEUU, Alemania, Polonia, países bálticos) y engrosado por las fuerzas de choque de la ultraderecha acólita de Stepan Bandera, que culminaría con la masacre de manifestantes el 20 de febrero de 2014, oscuro suceso que precipitó la caída del gobierno. El cambio de régimen en Kiev conllevó la revuelta del este de Ucrania con padrinazgo ruso, primero en Crimea, luego en el arco de Nueva Rusia.

Werner Herzog y André Singer, "Conversando con Gorbachov" [2018]

A Gorbachov, premio Nobel de la Paz, se le conoce como 'el artífice del fin de la Guerra Fría'; celebrada fue en EEUUropa occidental la unilateral retirada de la URSS de varios hoy países independientes de Europa central y oriental y el extraordinario desarme armementístico promovido y practicado durante la Perestroika: en Moscú se apuntaba, ingenuamente, a una pacificada casa común europea y a un 'nuevo orden internacional' desmilitarizado y democratizado. La entrevista de Werner Herzog es un expreso homenaje a Gorbachov por posibilitar la diplomática reunificación alemana, que supuso la absorción de la RDA por la RFA con la pactada adhesión de la resultante Alemania unificada a la OTAN y la CCE. Hace una semana, en una entrevista para Democracy Now!, rememoraba Noam Chomsky el acuerdo,
'Gorbachov aceptó que Alemania, la Alemania unificada, se uniera a la OTAN, que era una alianza militar hostil. Fue una concesión bastante impresionante, teniendo en cuenta la historia del siglo anterior. En el último medio siglo, Alemania prácticamente había destruido Rusia en varias ocasiones y ahora él aceptaba que Alemania se uniera a una alianza militar hostil encabezada por la única superpotencia que quedaba. Pero pedía algo a cambio: que la OTAN no avanzara ni un centímetro hacia el este. Esa fue la frase que se utilizó en las negociaciones, refiriéndose al este de Alemania, Alemania Oriental.'

Steven Forti, "Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla" [2021]

una síntesis política de la extrema derecha contemporánea

"¿La inmigración es percibida como una amenaza por parte de la población? Orbán construyó una valla en la frontera con Serbia para bloquear la ruta de los Balcanes que seguían los migrantes en 2015, Trump prometió construir un muro con México para parar la 'invasión' de latinoamericanas y Salvini proclamó el 'cierre' de los puertos italianos. ¿La gente se siente insegura? La ultraderecha propone endurecer el código penal y expulsar a los extranjeros considerados los responsables del aumento de robos, violaciones y delitos. ¿La globalización amenaza nuestra cultura y nuestra economía? La respuesta que ofrece la extrema derecha es proteccionismo, abandono del multilalteralismo y una mezcla de identitarismo y etnodiferencialismo, además de una imagen nostálgica y mitificada del pasado. ¿A parte de la población le cuesta entender las políticas que reconocen los derechos de las personas homosexuales o transexuales? La ultraderecha le dice que la 'ideología de género' es un proyecto mundialista para destruir a las familias y a aplica políticas reaccionarias, socavando los derechos de las minorías. ¿Los países occidentales pierden población y siguen envejeciendo, haciendo que el sistema de pensiones sea difícilmente sostenible dentro de un tiempo? La solución está en las políticas demográficas: se tienen que hacer más hijos y las mujeres deben quedarse en casa y dejarse de sueños de emancipación. Por esto, donde gobierna, la extrema derecha financia planes de ayudas para las familias numerosas. ¿La gente se siente sola, frustrada y abandonada? La ultraderecha le dice que no están solos y que son miembros de una gran comunidad nacional: la nación protege y cuida de todos sus hijos."

("Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla", Steven Forti, 2021.)