jueves, 31 de diciembre de 2020

Albatros Flández, "Fontarrón: 25 años de un barrio" [2006]


Fontarrón es un barrio del distrito Puente de Vallecas. En los tiempos del éxodo rural, Vallecas fue destino de multitud de migrantes que se instalaron en chabolas e infraviviendas (en Palomeras, El Pozo del Tío Raimundo, el Cerro del Tío Pío, etc.), y que sufrieron el acoso de los urbanistas del franquismo. Entre los años 1974 y 1976, una severa lucha barrial, unidos bajo las consignas 'Vallecas es nuestro' y 'vivienda por vivienda y aquí', consiguió la paralización de los planes diseñados por el organismo gestor entonces llamado COPLACO (Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid): pretendían el desalojo y la expropiación de los habitantes para construir un nudo logístico y polígonos de vivienda nueva de iniciativa privada. Los planes parciales de expulsión de la Administración fueron doblegados por la autoorganización popular del barrio, y en 1977 una comisión mixta formada por técnicos de los vecinos y del Ayuntamiento elaboró un nuevo Plan Parcial que dictaminaba el realojo de los vecinos en el propio barrio y unas tipologías de vivienda previamente aprobadas por la asamblea vecinal. En esto contexto, se levanta el barrio de Fontarrón.

martes, 22 de diciembre de 2020

Gustavo Adolfo Bécquer, "Pereza" [1863]

El periodismo fue una importante ocupación de Bécquer durante el último decenio de su vida, principalmente en el "El Contemporáneo", un periódico madrileño de tendencia conservadora dirigido por José Luis Albareda cuyo primer número se publicó en diciembre de 1860. Hubo de ser cuestión de supervivencia, en otros párrafos el poeta trasluce su aversión a 'ese abismo de cuartillas' que llamamos 'periódico', esa 'especie de tonel que, como al de las Danaides, siempre se le está echando material y siempre está vacío'. Entre las colaboraciones localizadas en los diarios en que escribió, en su día todas anónimas, llama la atención un elogio de la pereza que hubiera sido aplaudido por el mismísimo Paul Lafargue. El artículo, titulado "Pereza", está fechado el 10 de marzo de 1863, y en el acostumbrado tono melancólico, con su consabida elegancia y exquisita ironía, escribía,

"La mejor prueba de que la pereza es una aspiración instintiva del hombre, y uno de sus mayores bienes, es que, tal como está organizado este pícaro mundo, no puede practicarse, o al menos su práctica es tan peligrosa, que siempre ofrece por perspectiva el hospital. Y que el mundo tal como lo conocemos hoy, es la antítesis completa del paraíso de nuestros primeros padres, también es cosa que por lo evidente no necesita demostración. Sin embargo, el cielo, la luz, el aire, los bosques, los ríos, las flores, las montañas, la creación, en fin, todo nos dice que subsiste la pereza. ¿Dónde está la variación? El hombre ha comido la fruta prohibida; ha deseado saber: ya no tiene derecho a ser perezoso.
—¡Trabaja, muévete, agítate para comer! Esto es tan horrible como si nos dijeran: —¡Da a esa bomba, suda, afánate para coger el aire que has de respirar!
Cuántas veces, pensando en el bien perdido por la falta de nuestros primeros padres, he dicho en el fondo de mi alma, parodiando a Don Quijote en su célebre discurso sobre la Edad de Oro: —¡Dichosa edad, y dichosos tiempos aquellos en que el hombre no conocía el tiempo, porque no conocía la muerte, e inmóvil y tranquilo gozaba de la voluptuosidad de la pereza en toda la plenitud de sus facultades! —Caímos del trono en que Dios nos había sentado; ya no somos los señores de la creación, sino una parte de ella, una rueda de la gran máquina, más o menos importante, pero rueda al fin, y condenada por lo tanto a voltear y a engranarnos con otras, gimiendo y rechinando, y queriéndonos resistir contra nuestro inexorable destino. Algunas veces la pereza, esa deidad celeste, primera amiga del hombre feliz, pasa a nuestro lado y nos envuelve en la suave atmósfera de languidez que la rodea, y se sienta con nosotros y nos habla ese idioma divino de la transmisión de las ideas por el fluido, en el que no se necesita ni aun tomarse el trabajo de remover los labios para articular palabras. Yo la he visto muchas veces flotar sobre mí, y arrancarme al mundo de la actividad, en que tan mal me encuentro. Mas su paso por la tierra es siempre ligerísimo; nos trae el perfume de la bienaventuranza, para hacernos sentir mejor su ausencia. ¡Qué casta, qué misteriosa, qué llena de dulce pudor es siempre la pereza del hombre!"

(Gustavo Adolfo Bécquer, "Pereza", artículo de "El Contemporáneo" de marzo de 1863.)

lunes, 21 de diciembre de 2020

Juan Meléndez Valdés, "Discursos forenses" [1797]

Por el año 1798, cuando Meléndez Valdés ejercía de fiscal, elaboró uno de sus más enjundiosos, aun poco leídos, discursos forenses, titulado, agárrense, "Sobre la necesidad de prohibir la impresión y venta de las jácaras y romances vulgares por dañosos a las costumbres públicas, y de sostituirles con otras canciones verdaderamente nacionales, que unan la enseñanza y el recreo". En el discurso, básicamente, con sus santos bemoles, el poeta reclama a la corona la prohibición de la divulgación del romancero popular, una de las joyas de la literatura ibérica, y su sustitución 'por canciones y romances verdaderamente españoles' que narren 'los inmortales hechos y la fidelidad y la honradez de nuestros venerables abuelos'. ¿Se imaginan las razones que esgrime? Un moralismo que se remonta a la expulsión de los poetas de La República, y que todavía sostiene hoy todo el pelaje aspirante a reformador de los indecentes vicios de la plebe.

"Reliquias vergonzosas de nuestra antigua germanía, y abortos más bien que producciones de la necesidad famélica y la más crasa ignorancia, o a veces de otros tales como los héroes que celebran, nada presentan al buen gusto ni a la sana razón que las deba indultar de la proscripción que solicito. Son sus temas comunes guapezas y vidas mal forjadas de foragidos y ladrones, con escandalosas resistencias a la justicia y sus ministros, violencias y raptos de doncellas, crueles asesinatos, desacatos de templos, y otras tales maldades, que aunque contadas groseramente y sin entusiasmo ni aliño, creídas cual suelen serlo del ignorante vulgo, encienden las imaginaciones débiles para quererlas imitar, y han llevado al suplicio a muchos infelices. O son historietas groseras de milagros supuestos y vanas devociones, condenados y almas aparecidas, que dañando la razón desde la misma infancia con falsas e injuriosas ideas de lo más santo de la religión y sus misterios, de sus piadosas prácticas y la verdadera piedad, la hacen el resto de la vida supersticiosa y crédula. O presentan en fin narraciones y cuentos indecentes, que ofenden a una el recato y la docencia pública, corrompen el espíritu y el corazón, y dejan sin sentirlo en uno y otro impresiones indelebles, cuyos funestos resultados ni se previeron al principio, ni acaso en lo futuro es dado el reparar aun a la atención más cuidadosa."

(Juan Meléndez Valdés, "Sobre la necesidad de prohibir la impresión y venta de las jácaras y romances vulgares por dañosos a las costumbres públicas, y de sostituirles con otras canciones verdaderamente nacionales, que unan la enseñanza y el recreo", 1797.)

jueves, 17 de diciembre de 2020

Eléonore Weber, "Il n'y aura plus de nuit" [2020]


Fue el ataque aéreo que cambió nuestra percepción de la guerra. El 12 de julio del 2007 en Bagdad, en el distrito de Al-Amin al-Thaniyah, bajo la presunción de que se trataba de insurgentes, dos helicópteros estadounidenses Apache eran autorizados a abrir fuego contra un grupo de doce personas, entre los que se encontraban dos empleados de la agencia Reuters, los únicos nombres conocidos de los ejecutados: el fotógrafo Namir Noor-Eldeen y su ayudante Saeed Chmagh. El vídeo fue filtrado por Chelsea Manning y difundido por Wikileaks con el título "Collateral Murder".
En este perturbador documental, construido exclusivamente con imágenes grabadas por tropas estadounidenses y francesas en escenarios de guerra (Irak, Afganistán y Pakistán), recogidas de plataformas como YouTube, DailyMotion o Military.com, Eléonore Weber escudriña la mecánica mirada vigilante de los pilotos de los helicópteros en combate, convertida en imponente arma letal presta a segar vidas.

martes, 8 de diciembre de 2020

Eugene Jarecki, "The house I live in" [2012]


Un análisis del desorbitado coste de la “Guerra contra las Drogas" en el interior de EEUU desde que en 1971 Richard Nixon las declarara enemigo público número uno. Miles de millones de dólares destinados a combatir la compraventa de sustancias ilegales, decenas de millones de arrestos. Una ingente proporción de la población carcelaria estadounidense (Estados Unidos es el país con mayor número de presos del mundo) cumple condena por la aplicación de las draconianas leyes antidroga, un central acicate del complejo industrial-penitenciario norteamericano cimentado en la devastación de las comunidades pobres. Y esto, no se olvide, mientras su disponibilidad y consumo se extendían profusamente.

"Por tanto, en relación con el proyecto de oposición al papel que juega la llamada guerra contra las drogas en la introducción de un gran número de personas de color en el sistema carcelario, las propuestas para despenalizar el consumo de drogas deberían vincularse al desarrollo de programas comunitarios independientes y accesibles a todos aquellos que quieran afrontar sus problemas con las mismas. Con esto no insinúo que todos aquellos que consumen drogas -o que solo la gente que consume drogas ilegales- necesiten dicha ayuda. Sin embargo, cualquiera, sin importar su estatus económico, que quiera vencer su adicción a las drogas debería poder encontrar programas de tratamiento."

(Angela Davis, "¿Están las prisiones obsoletas?", 2003.)

viernes, 4 de diciembre de 2020

José de Espronceda, "Igualdad, Libertad, Fraternidad" [1836]

Es un poeta fascinante. Para algunos segundo don Juan Tenorio, para otros un petimetre hipócrita de vicio e impiedad. La leyenda roja le acusa de crápula partidario del trueno, la leyenda blanca pretende suprimir su actividad pública para domesticarlo como poeta, 'siendo un gomoso inofensivo representaba a las mil maravillas el papel de revolucionario y bohemio'. Aunque se me atraganta alguna de sus composiciones célebres, le echo la culpa a Tierra Santa, su precoz y ruidosa actuación política, sus frecuentes arrestos o su atormentada pasión amorosa, le encumbran en la borrasca de la patria poesía. Y a lo que iba, toparse con sus escritos políticos sedimenta la contundencia de su breve y azarosa vida. Las acusaciones atinadas al turbio Mendizábal en el folleto "El Ministerio Mendizábal", el ataque violento a las especulaciones bursátiles en "El Gobierno y la bolsa", o la exposición programática de demócrata liberal en "Libertad, Igualdad, Fraternidad", en que con marcada tendencia obrerista, llama a izar la bandera internacional de la perenne divisa republicana,

"La igualdad significa que cada hombre tiene una misión que llenar según su organización intelectual y moral, y que no debe encontrar trabas que le detengan en su marcha, ni privilegio que delante de él pongan hombres que nada valieran sin ellos; significa, en fin, que todo sea igual para todos y que la facilidad o dificultad de su merecer esté en razón de la igualdad o desigualdad de las capacidades y no de los obstáculos, que antiguos abusos o errores perjudiciales establecieron.
En la igualdad consiste por último la emancipación de las clases productoras, hasta ahora miserables siervos de una aristocracia tan inútil como ilegítima. Ella es sola la fianza de la Libertad, así como la fraternidad es el símbolo de su fuerza. Formen una santa alianza entre los pueblos cultos, a la manera que sus enemigos, comprendiendo mejor sus intereses, se aprietan mutuamente las manos para ayudarse a oprimirlos. Sea su primer grito el de fraternidad para que el triunfo de la Libertad sea cierto. Sea la 'igualdad' el pensamiento fuerte que impela en su marcha a la humanidad. ¡Pueblos! todos sois hermanos; sólo los opresores son extranjeros."

(José de Espronceda, "Igualdad, Libertad, Fraternidad", periódico "El Español", 15 de enero de 1836.)

jueves, 3 de diciembre de 2020

José Cadalso, "Noches lúgubres" [1789-1790]

En la leyenda de su génesis reside la fascinación que suscitan las "Noches lúgubres": muerta su amante, la actriz María Ignacia Ibáñez, José Cadalso, desesperado, dio en visitar noche tras noche la tumba de la madrileña iglesia de san Sebastián en que había sido inhumada, y en su delirio febril, intentó desenterrar su cadáver, proyecto abortado por el influyente conde Aranda, que enterado de la locura del poeta lo desterró a Salamanca. Por leyenda y obra, atravesada de noche macabra, macerada en un sepulcro fresco, impregnada de una pasión arrebatada, Cadalso fue distinguido como heraldo patrio de la nueva sensibilidad romántica.

"Objeto antiguo de mis delicias... ¡hoy objeto de horror para cuantos te vean! Montón de huesos asquerosos... ¡en otro tiempo conjunto de gracias! Oh tú, ahora imagen de lo que yo seré en breve; pronto volveré a tu tumba, te llevaré a mi casa, descansarán en un lecho junto al mío, morirá mi cuerpo junto a ti, cadáver adorado, y expirando incendiaré mi domicilio, y tú y yo nos volveremos ceniza en medio de la casa."

(José Cadalso, "Noches lúgubres", 1789-1790.)

martes, 1 de diciembre de 2020

José Cadalso, "Cartas marruecas" [1789]

No se puede considerar un argumento honrado: ustedes, ilustres escritores de Europa, acusan de bárbara a España por sus desmanes en la conquista de América, pero olvidan que sus propios comerciantes son mercaderes de carne humana. Lo esgrime José Cadalso en la famosa carta IX de sus "Cartas marruecas", en los párrafos previos a la semblanza elogiosa de Hernán Cortés, obviando la implicación de prohombres ibéricos en la trata de esclavos,

"[...] los pueblos que tanto vocean la crueldad de los españoles en América son precisamente los mismos que van a las costas de África a comprar animales racionales de ambos sexos a sus padres, hermanos, amigos, guerreros victoriosos, sin más derecho que ser los compradores blancos y los comprados negros; los embarcan como brutos; los llevan millares de leguas desnudos, hambrientos y sedientos; los desembarcan en América; los venden en público mercado como jumentos, a más precio los mozos sanos y robustos, y a mucho más las infelices mujeres que se hallan con otro fruto de miseria dentro de sí mismas; toman el dinero; se lo llevan a sus humanísimos países, y con el producto de esta venta imprimen libros llenos de elegantes inventivas, retóricos insultos y elocuentes injurias contra Hernán Cortés por lo que hizo;"

(José Cadalso, "Cartas marruecas", 1789.)