miércoles, 31 de agosto de 2022

Robin Hessman, "My Perestroika" [2011]


Sin historiadores consagrados, ni narradores sabelotodo, este interesante documental nos presenta cómo a cinco moscovitas comunes, amigos desde los años escolares en época de Brezhnev, les afectaron los cambios sociales que se sucedieron tras la fallida Perestroika. Borya y Lyuba son dos profesores de historia que ven con preocupación la instrumentalización de la historia patrocinada por el ultranacionalismo de la era Putin; Andrei es un mediano y próspero empresario que mercadea con camisas de producción francesa; Olga, madre soltera, nostálgica de las certidumbres materiales soviéticas y atónita víctima del capitalismo mafioso de la era Yeltsin que segó la vida de su pareja, trabaja en una compañía de alquiler de mesas de billar; y Ruslan, un punkrocker antiguo intregante de la banda Naiv, viejo merodeador del "Moscow Rock Lab", sobrevive austeramente, despectivo hacia los hombres de negocios exitosos, tocando en el metro y dando clases particulares de banjo. Un curioso esbozo de la generación X moscovita.

lunes, 29 de agosto de 2022

un paseo nocturno por Barcelona

el solitario amargor de la noche me guía del Carmel al Arco del Triunfo, cruzando una desolada Gràcia, recorriendo un vacío Paseo San Juan -el aliento nocturno es tu sábana- indiferente, con los cascos puestos, enchufado al aparato reproductor de emepetreses -'The militia' de Gang Star, 'Transilvanian hunger' de Darkthrone, 'No time to cry' de Sisters of Mercy- perfilando las turbiedades de las opciones futuras, asumiendo agrio los errores cometidos, la absurda tristeza pasada -ya no eres el mismo, el que amó, el que se arriesgó- el asalto de los mil demonios que habitan los círculos -urrun maitasuna ta hurbil samina-, resbalo por el escapárate gotico hasta la Rambla, despectivo en los diferentes encontronazos con los seres urbanos de la madrugada -'I against I' de Bad Brains, 'She's lost control' de Joy Division, 'Hardcore' de Ideal J- el bastión imperial del sexo general, el decorado diseño ofrecido a la turba turista, las máquinas humanas expendedoras de latas de cerveza, el control policial de la calle -ciutat podrida ens portes la nit i la por ara que que ets adormida els carrers són plens de foc-, en el paseo Colón un control de alcoholemia, por la Barceloneta una cuadrilla de chavalas borrachas, veré el amanecer desde el mirador que esconde aquel horrible hotel de lujo -The Vicious 'Walking dead', Wipers 'Doom town', Siousxie and The Banshees 'Cities in dust'- celoso de la soledad -el sabor amargo del llanto eterno- la agua desventurada del Mediterráneo que se mancha de colores pálidos, el blanco transatlántico atestado de otra caterva de mirones zombis, el enorme galeón de mercancías presto para otra descarga en el muelle, las tempranas embarcaciones de pesca y recreo -aquí jo veig que el món se m'obre fred i terrible com la mort- ¿qué crímenes esconden sus profundidades? -Deafheaven 'Bring me to the water', Los Evangelistas 'La estrella', 'Abrázame' de Doctor Deseo- el salitre prueba mis labios, la sueva brisa marina, la estela anaranjada del sol navegando -...en las mañanas en las que temo la banalidad del día que viene como se teme a la cárcel...-

viernes, 26 de agosto de 2022

Frank Beauvais, "No creas que voy a gritar" [2019]


Una vez fracasado el proyecto conyugal, Alsacia será un lugar horrible para vivir. En región tan hastiante, abocado a una extrema soledad, el director transmutará en mórbido cinéfago, y, meticulosa terapia, confeccionará este diario fílmico de náufrago social, un mosaico encadenado de breves pecios visuales en que flotará la retahíla monótona de su discurso desencantado, mixtura de aristócrata desprecio por lo que sucede y compasivo autodesprecio por la vida quebrada, gobernado inapelablemente por el "I see a darkness" de Bonnie "Prince" Billy.

miércoles, 24 de agosto de 2022

El Bosco, "Tríptico de las tentaciones de San Antonio" [hacia 1501]

las infinitas fantasías y monstruos

"Pintó por veces las tentaciones de San Antón, por ser un sujeto donde podía descubrir extraños efectos. De una parte, se ve aquel santo príncipe de los eremitas con rostro sereno, devoto, contemplativo, sosegado y lleno de paz en el alma; de otra, las infinitas fantasías y monstruos que el enemigo forma para trastornar, inquietar y turbar aquella alma pía y aquel amor firme; para esto finge animales, fieras, quimeras, monstruos, fuegos, muertes, gritos, amenazas, víboras, leones, dragones y aves espantosas y de tantas suertes, que pone admiración cómo pudo formar tantas ideas; y todo esto para mostrar que un alma ayudada de la divina gracia y llevada de su mano a semejante manera de vida, aunque en la fantasía y a los ojos de fuera y dentro represente el enemigo, lo que puede mover a risa o deleite vano, o ira y otras desordenadas pasiones, no serán parte para derribarle ni moverle de su propósito."

("Origen de la orden de San Jerónimo", Fray José de Sigüenza, 1605.)

martes, 23 de agosto de 2022

viejos tristes días de resaca

vomitar, cerveza Estrella, vino del año, pipas Facundo, Filipinos, un gofre revenido, chocolate venenoso, manzanilla, cerveza Keler, vomitar, cuánta mierda podemos llegar a ingerir, fumar, un pitillo tras otro, fumar Winston, inhalar hasta la última calada, que se te quemen los dedos, fumar, fumar contra el poder, uno tras otro, 'la ceniza es decadencia / del claro beso de fuego', más antiácidos y menos Mallarmé, ardor de estómago, bicarbonato, Omeprazol, Almax, cualquier cosa, maldito ardor de estómago, rogar a la providencia consuelo, ya no tengo veinte años, la edad de Cristo, en la espiral de excitación-frustración cada vez son más breves las subidas y más pronunciadas las bajadas, uróboro, que alguien me ayude con el ardor de estómago, como soportar una cruz sobre la espalda, ¿cómo se llamaba ese nuevo producto milagroso que anuncian en televisión?, está cerrada la farmacia, vomitar, vomitar bilis amarilla, y quedarse bien, 'estar deprimido es una cobardía moral' es la frase más dura que he escuchado en los últimos meses,

domingo, 21 de agosto de 2022

Shon Faye, "Trans: un alegato por un mundo más justo y más libre" [2021]

La guerra sucia cultural aburre: un ofensivo despliegue de humor raramente ingenioso y de sobria lapidaria voluntad zasca, que habitualmente esgrime acusaciones taxativas sólo sustentadas en la reduccionista vehemencia fanática de quienes las escupen. Un deporte ya soporífero. O he envejecido. Cuando me enfado juego con otras vainas. O leo. El último libro ha sido de un tema de actualidad, recurrente materia de guerra cultural: el libro de la británica Shon Faye "Trans". Aun no pudiendo situarme como ducho conocedor de la materia, o precisamente por eso, lo recomendaría como digno representante de la experiencia contemporánea, obvio que múltiple, conflictiva y contradictoria, colectiva trans británica. Si existe título homólogo en el ámbito español agradecería que algún posible lector de estas líneas me lo hiciera saber.

"Hablar con gente trans de sus propias prioridades me mostró que se necesita urgentemente un cambio de enfoque y de energía política. El acoso escolar, el rechazo familiar, el sinhogarismo, la violencia en pareja y la discriminación en los servicios de atención social son problemas fundamentales que siguen afectando a muchísimas personas trans, incluso aunque la actitud social parece ser cada vez más tolerante. Estas dificultades afectan a las personas trans en su vida más íntima y determinan su alegría día a día. Todas sugieren preguntas profundas en torno a cómo la falta de aceptación de la familia o la comunidad, el ataque político constante de los gobiernos neoliberales a las redes de apoyo social, y la imposición social de un binarismo de género rígido que castiga o excluye a cualquiera que no encaje bien en el binarismo influyen notablemente en lo que significa ser trans en Gran Bretaña actualmente. La liberación y el futuro de la gente trans como grupo exige cambiar cómo la familia y la comunidad aceptan la diferencia y cómo se distribuyen los recursos adecuados -especialmente el dinero- a aquellas personas que han sido expulsadas de sus círculos familiares y sociales".

("Trans: un alegato por un mundo más justo y más libre", Shon Faye, 2021.)

sábado, 20 de agosto de 2022

ejemplares de fauna barrial

El Búlgaro

'todos los sindicalistas son comunistas o gitanos', el espontáneo entra con esplendor a la conversación; 'las cien familias que manejan el mundo son judías', la cosa se torna decididamente preocupante; '¿de qué país vienes?', 'Bulgaria', un algún país de más allá del telón de acero tenía que ser: 'en aquel entonces vivías amordazado, pero no se vivía mal, el gobierno suministraba educación, superior también, y sanidad gratuita', '¿en dónde trabajabas por aquel entonces?', 'en una fábrica de armas', 'maldición', ¿cómo torna un tipo tan rápido de furibundo filonazi a moderado crítico con el régimen soviético búlgaro?

El Hooligan

una mixtura de gerontocracia y de potestad que uno mismo se otorga para considerarse examinador, unos cuantos textos mal digeridos, otros tantos panfletos soporíferos, un triste olvido de lo que se hace experiencialmente en la vida cotidiana, la disociación entre teoría y práctica, una sobreidentificación con una serie de símbolos que ejercen como único sustento colectivo, la falta de preparación, la ausencia de comunicación directa, las ambiciones desmedidas mal disimuladas, y la incapacidad para resolver el diálogo de calle con quien no se ha empapado de los referentes confortables que otorgan autoridad: diría que por ahí vamos,

El de Mondragón

después de meses sin usar mis rudimentarios conocimientos euskérikos, los he empleado tímidamente en el bar de debajo de casa con un tipo de Mondragón, asunto que me ha alegrado: habré de reconocer que yo lo que quería era cantarle alguna estrofa de 'Aizkorak Zorroztu' de Fermín Muguruza eta Dut y que no ha querido extenderse demasiado en su conocimiento de la antigua lengua ibérica; por razones más o menos bobas de barra de bar, ha preferido contarme, con gracia elegante, un tipo interesante, la anécdota que le situó como objeto de deseo de uno de los integrantes de Locomía, no era cualquiera su pretendiente, quien con manifiesta lascivia le preguntó, '¿todo lo tienes tan grande como eres?'

El que me hablaba de Manuel Larramendi

a veces tengo conversaciones tan sorprendentes, como aquella de esa tarde, en la que el esporádico contertulio, destilando un acusado desdén por el euskera, cargaba contra la reactiva, o acomplejada, reivindicación de la lengua vasca esgrimida por el jesuita Manuel Larramendi en el siglo XVII, que el sacerdote andoaindarra llegó a confeccionar de su propia mano una falsa traducción de una placa de pretendido antiquísimo alfabeto, de los tiempos de la conquista romana peninsular, perseverar en el error es diabólico, en la que venía falsamente inscrito la consideración del euskera como idioma de la pura cristiandad, a diferencia de aquella lengua foránea, erderaz, con la que los extranjeros adoraban ridículos dioses, ¿recelan de que fuera la misma lengua usada por Túbal, hijo de Jafet, nieto de Noé, padre de Aitor?; pero olvidaba que, compañero en el oficio de gramático, un siglo antes, Bartolomé Jiménez Patón, escribía imperial que la lengua española era una de las setenta y dos lenguas que nacieron tras el hundimiento de la Torre de Babel, ¿podría acordarse la descendencia divina de ambos sistemas?, cuando la humanidad fue castigada por Dios, quedando expuesta a la confusión de las lenguas, dejándonos desnudos del habla del Edén,

miércoles, 17 de agosto de 2022

Carlos Taibo, "Rusia frente a Ucrania. Imperios, pueblos, energía" [2022]

viejos nuevos lemas

"Lo único claro a estas horas es que la intevención rusa en Ucrania constituye un regalo espléndido, en forma de un repentino fortalecimiento, de la OTAN. Al menos a título provisional, esta última ha obtenido pingües beneficios de tres décadas de presión sobre Rusia concretadas en la figura de un presidente, Putin, cuyo delirio presente es en una medida importante producto de esa presión. Al amparo del regalo que invoco parecen llamados a ganar terreno una activa militarización, el despliegue de procesos autoritarios y represivos, y un intervencionismo aún más descaradamente volcado al servicio de los intereses del capitalismo occidental. Repetiré una vez más que en la Ucrania de estas horas lo que se dirime es una colisión entre imperios, y no un choque entre ideologías o sistemas políticos. No sé qué tendrá que ver la actitud de las potencias occidentales con la defensa de 'la democracia' -la seudodemocracia ucraniana en mucho recuerda, por cierto, a la rusa-, como no sé qué querrá decir Vladimir Putin cuando anuncia su designio de desnazificar Ucrania. A través -supongo- de una nazificación paralela como la que lleva consigo el ejército ruso... En esas condiciones, bueno será que recupere un lema que ha reaparecido en algunas paredes, en los últimos días, tanto en Rusia como en Ucrania: 'No a la guerra entre pueblos; no a la paz entre clases'."

("Rusia frente a Ucrania. Imperios, pueblos, energía", Carlos Taibo, 2022.)

domingo, 14 de agosto de 2022

Tomasz Wolski, "1970" [2020]


Diciembre de 1970. Polonia, la costa báltica: Gdansk, Gdynia. Estalla una masiva huelga en los astilleros contra la subida de los precios de los alimentos decretada por el gobierno de la República Popular. '¡En huelga por razones económicas, no políticas!'. La movilización obrera se extenderá formándose comités obreros autónomos en los centros industriales. El grupo dirigente tildará a los trabajadores huelguistas de bandas de anarquistas y hampones. 'Igualar los salarios del Partido Comunista con los salarios de los trabajadores'. La élite gobernante desplegará el poderío militar, arderán oficinas del Partido Obrero Unificado Polaco, la represión saldará una cuenta sangrienta: oficialmente 41 manifestantes muertos y miles de heridos. 'Los culpables del derramamiento de sangre deben ser castigados'; 'policía, no disparen a los trabajadores'; 'no queremos una masacre, sino un recorte de precios'; 'la sangre de los trabajadores no se derramará en vano'; 'abajo la élite enconada en el poder'. La lección de 1970 no será olvidada. 'Familias, no se preocupen: prevaleceremos'. Gloria found footage.

jueves, 11 de agosto de 2022

Octavia E. Butler, "Parentesco" [1979]

Es una clave de bóveda inteligente, que no sólo atraviesa la obra, "Parentesco" de Octavia E. Butler, sino la vida bípeda, la incursión en 'las redes de poder y afecto en las relaciones humanas, el imperativo ético y el precio emocional de la empatía, la difícil pugna por pasar del aislamiento a la conexión', a veces con indeseables consecuencias, ¿cómo visitar la era de la esclavitud sin perder algo tuyo?, un brazo, una amiga, un amor o al menos la comodidad. Dígase que hoy tampoco puede asistirse impasible a la fase apocalíptica del capital, aunque a veces la desorientación, la cobardía o el cansancio imperen. El núcleo de la obra se centra en el viaje en el tiempo, de la California de 1976 al Maryland esclavista de la primera mitad del siglo XIX, y supone un revelador recorrido por las crueldades de la sociedad esclavista. 'Ah, me gustaría veros a vosotros padeciendo lo mismo que ellos. ¿Tendríais el mismo valor de seguir viviendo?'.

miércoles, 10 de agosto de 2022

Jim Goad, "Manifiesto Redneck. De cómo los hillbillies, los hicks y la basura blanca se convirtieron en los chivos expiatorios de Estados Unidos" [1997]

Un humor corrosivo, una ira que veces desprende destellos de lucidez y a veces te sumerge en una incómoda preocupación, ¿tendrá la cuestión racial una solución satisfactoria, que dicho sea, no es compatible con una culpa colectiva o un arrepentimiento autodespectivo? A menudo me venía una de las canciones de mi adolescencia, 'Guilty of being white', de Minor Threat. Es un libro muy polémico, como una llamada iracunda a la unión ínterracial de las clases bajas, o un rabioso intento de levantar un orgullo de basura blanca que desmonte estigmas condenatorios y plantee batallas políticas. ¿Será cierto que el único que ha tomado nota de este manifiesto redneck es ese trol twittero millonario que viajaba en el Air Force One? Jim Goad reemergió como icono de la derecha alternativa.

"Los Angeles 1994 era una ciudad enferma de tensión racial. Como la bruma tóxica, hacía que te llorasen los ojos y te dejaba un maligno regusto a quemado en las encías y en las fosas nasales. Sólo unos días antes de que se emitiese el veredicto del segundo juicio de Roadney King, todo el mundo parecía estar listo para una nueva ronda de disturbios. Y mientras esperaba sentado en mi coche en un semáforo en rojo para cruzar Sunset Buoulevard, noté que un hombre negro cabreado se me venía encima. Alto y cubierto por unos harapos andrajosos como de taller mecánico mucho aleteo de labios y cejas fruncidas, parecía un guerrero sahariano de la carretera dispuesto a matarme. Genial, pensé, me ha tocado un pequeño adelanto de la guerra racial unos días antes que a los demás. Se paró en seco a unos metros de la ventanilla y me fulminó con la mirada durante unos segundos. Le devolví la mirada sin estar muy seguro de qué iba a suceder a continuación. Entonces el tipo levantó un trozo de cartón en el que había garabateado la palabra SONRIE. Me hizo el signo de la paz y se largó partiéndose la caja de risa. Y que me parta un rayo si no sonreí yo también, a mi pesar.
Pues bien, son los negros hijosdeputa como ese los que dan esperanza a los gilipollas blanquitos como yo."

("Manifiesto Redneck. De cómo los hillbillies, los hicks y la basura blanca se convirtieron en los chivos expiatorios de Estados Unidos", Jim Goad, 1997.)

lunes, 8 de agosto de 2022

Rubika Shah, "White Riot: Rock Contra el Racismo" [2019]


Eric Clapton, 'el mayor colonizador del rock', desbarró aquel mes de agosto de 1976, sobre el escenario del Birmingham Odeon espetó: 'Enoch tenía razón. Deberíamos echarlos a todos'. Casi una década antes el diputado conservador Enoch Powell había alcanzado relevancia con un discurso apocalíptico en que llamaba a mantener Gran Bretaña blanca mediante repatriaciones forzosas: los 'ríos de sangre'. El Frente Nacional ascendía espoleando el racismo, las agresiones a minorías raciales y sexuales se intensificaban. Parte de la comunidad del rock reaccionó estableciendo Rock Against Racism: una red artistas, publicaciones, promotores, salas de conciertos y audiencia, que extendía sus nodos por toda la geografía británica. La peña se lo montaba a su manera, no había márgenes meticulosamente definidos. Como dice con aplomo Red Saunders, 'la gente normal puede hacer cosas, puede cambiarlas'. Aunque no pretendía encajonarse en expresiones estéticas cerradas, fundamentalmente dos culturas urbanas se cruzaron: la juventud desencantada punk y los hijos de las colonias del Caribe aglutinados en torno al reggae. Fueron alrededor de cinco años de actividad, con hitos sobradamente conocidos, con decenas de bandas implicadas, y con su indiscutible legado: el rastro Rock Against Racism permanece. Durante aquel lustro, si bien el National Front se convirtió en un partido residual, el empuje de Margareth Thatcher, sofisticada pupila de Enoch Powell, barrió la escena política británica: su rastro llega a la actualidad con próceres de la institucionalidad como Theresa May, Nigel Farage o Boris Johnson. 'Rock against racism, smash it'.

domingo, 7 de agosto de 2022

Hermann Hesse, "El lobo estepario" [1927]

autosatisfacción

"Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas. Ahora bien, conmigo se da el caso, por desgracia, de que yo no soporto con facilidad precisamente esta semisatisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerablemente odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas, a ser posible por la senda de los placeres y también por necesidad por el camino de los dolores. Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria, que al dormecino dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa. Entonces se inflama en mi interior un fiero afán de sensaciones, de impresiones fuertes, una rabia de esta vida degradada, superficial, esterilizada y sujeta a normas, un deseo frenético de hacer polvo alguna cosa, por ejemplo, unos grandes almacenes o una catedral, o a mí mismo, de cometer temerarias idioteces, de arrancar la peluca a un par de ídolos generalmente respetados, de equipar a un par de muchachos rebeldes con el soñado billete para Hamburgo, de seducir a una jovencita o retorcer el pescuezo a varios representantes del orden social burgués. Porque esto es lo que yo más odiaba, detestaba y maldecía principalmente en mi fuero interno: esta autosatisfacción, esta salud y comodidad, este cuidado optimismo del burgués, esta bien alimentada y próspera disciplina de todo lo mediocre, normal y corriente."

("El lobo estepario", Hermann Hesse, 1927.)

viernes, 5 de agosto de 2022

clase media consumista enfurecida

los extranjeros vienen con la oferta de servicios públicos aprendida, los progres os pensáis que esto es el país de Jauja, ojalá hubiera 2.000 tipos como Amancio Ortega, sólo hay que ver la demanda de camareros para saber que quien no trabaja es porque no quiere, a mí que soy muy ordenada me gusta que cada cultura se desarrolle en su propio espacio geográfico, míralos captando votos regaladamente con ayudas sociales absurdas que endeudan a las generaciones venideras, a tu edad ya deberías tener una familia formada, necesitamos atraer el turismo para crecer, ¿tus amigos son los asesinos de Bildu?, los jóvenes de hoy son unos quejicas irresponsables, perroflauta, el medio de transporte idóneo para irse de vacaciones es el avión, yo pondré el aire acondicionado a la temperatura que me dé la gana, a todos los que cobran la ayuda social los pondría a cavar zanjas, confundes libertad con libertinaje, ¿ahora nos van a regular todos los aspectos de nuestra vida sin dar ejemplo ellos?, no hay recursos públicos para los de aquí y esta gente ahí usándolos diariamente, como te entre un okupa en la vivienda no le sacas en años,

miércoles, 3 de agosto de 2022

Patricio Guzmán, "La cordillera de los sueños" [2019]


La majestuosidad de la cordillera de Los Andes, referente geográfico de la nación chilena, como testigo mudo de la trágica historia de Chile, allí donde fueron arrojados cadáveres de numerosas víctimas de la dictadura de Pinochet. 'En mi juventud no sentí ninguna curiosidad por los Andes, mi generación estaba demasiado ocupada en crear una sociedad nueva: la cordillera, eso, no era revolucionario'. Guzmán gira sobre su pasado obsesivamente, con una nostalgia irredimible: en 1973 era ese joven cineasta de 32 años que con la ayuda de un pequeño grupo filmó la épica "La batalla de Chile". Pero otro hombre de la cámara se lleva el protagonismo en el transcurso de esta cinta: el documentalista Pablo Salas. En los años del exilio, Salas permaneció cámara en mano en las calles de Santiago, y construyó un enjundioso archivo del mal (no filmó la tortura, las muertes, los amedrentamientos, pero sí la respuesta policial a las movilizaciones populares) de la represión pinochetista. Todo fue por convertir la libertad de empresa en la única libertad posible. 'Con los años, mi mirada se ha vuelto hacia las montañas, ellas me intrigan, tal vez son la puerta de entrada que me ayudarán a comprender el Chile de hoy'.

lunes, 1 de agosto de 2022

Emmanuel Mbolela, "Refugiado. Una odisea africana" [2017]

leed directamente las historias de los migrantes; leed, por ejemplo, la historia del periplo de Emmanuel Mbolela, escrito por su propia mano, valerosa voz de quienes quedaron en el camino, que abandonó la República Democrática del Congo en el año 2002, y que tras cruzar varios países del África negra, Congo-Brazzaville, Camerún, Nigeria, Benín, afrontó la severa travesía por el desierto del Sáhara, Níger, Mali, Argelia, para quedar bloqueado varios años en Marruecos: en el año 2008 consiguó llegar a Holanda;

"La llegada a Argel significó para mí el comienzo de una serie de adversidades mucho peores que las que había conocido en Camerún, Benín y Mali. En estos países nadie podía saber si era extranjero o no y, de serlo, de dónde venía o si tenía papeles o no. En Argelia, mi color de piel bastaba para delatarme. Pasé mi primera noche encima de un saco, bajo la manta que me había dado un amigo. Sin duda había tenido tiempo de acostumbrarme a este tipo de vida durante mi recorrido, pero lo que me consternaba era el escandaloso contraste entre esos edificios, esas carreteras, toda esa urbanización, y nuestra condición de sintecho. No tener papeles en Argelia es no tener valor, dignidad ni derechos. Sin embargo, los argelinos a menudo son también inmigrantes en Europa, a veces incluso ilegales como esos negros a los que maltratan, denigran, tratan de manera racista, rechazan. En Europa, a menudo se los señala como chivos expiatorios, responsables de la crisis económica y de todo lo que va mal. En Argelia, proceden de igual modo con nosotros. Por si fuera poco, el Gobierno instrumentaliza nuestra presencia para obtener créditos de la Unión Europea con el fin de 'frenar los flujos migratorios' lejos de las fronteras europeas. Ni a los niños pequeños les gustan los migrantes; están acostumbrados a vernos perseguidos, detenidos, esposados, cargados en el furgón policial. Recuerdo que nos gritaban: '¿Compañero, dónde está el pasaporte?'. Nos consideraban unos miserables, unas bestias sin educación.
Este desprecio se manifiesta incluso en los hospitales. Si estás enfermo y vas al hospital, el personal sanitario te denuncia a la policía, que viene a detenerte sin dejarte siquiera que recibas asistencia médica. En la calle, casi todas las miradas son miradas de desdén. No valemos más que para los trabajos más penosos y sucios. En Argel, sobre todo en los barrios populares, ser negro es estar expuesto a todo tipo de humillaciones. Nos tratan de 'azzi', que quiere decir esclavo. Algunos jóvenes no dudan en tirarnos piedras mientras gritan: '¡Azzi!'. En varias ocasiones he sido víctima y testigo de tales actos, que tienen su orginen en la época del tráfico negrero. Los discursos del odio son propagados también por la prensa argelina, que sistemáticamente ofrece una imagen negativa de los migrantes. Cuando más tarde, en Marruecos, comencé mi lucha contra estos actos, descubrí que el trato inhumano del que los subsaharianos somos víctimas en los países del Magreb está en gran medida alentado por la 'externalización de la gestión de los flujos migratorios', como dicen los eurócratas. La Unión Europea concede una cantidad considerable de medios a estos países para proteger sus fronteras, aun sabiendo que en ellos se pisotean los derechos humanos más elementales. La política europea contra la inmigración ilegal es directamente responsable de la muerte de los migrantes en el desierto, de los naufragios en el Mediterráneo y de la intensificación del racismo y la xenofobia."

("Refugiado. Una odisea africana", Emmanuel Mbolela, 2017.)