lunes, 23 de enero de 2023

Isaac Puente, "Un médico rural" [1923-1936]

Un célebre poeta decía que una sociedad que exigiera a los hombres una especial moralidad, una virtud superior, no puede ser justa, que allí donde las instituciones son buenas las mujeres y los hombres no tienen por qué ser particularmente buenos. No puede negarse que es muy complicado hacer siempre lo correcto, que por ahí no suele importar demasiado hacer lo correcto, quizá por ello demasiada gente denosta con malsano rencor cualquier tipo de voluntad de perfeccionamiento individual, y colectivo, o quizá detestan que la deshonestidad sea demasiado frecuente, que sean demasiado los impostores, o la peña cansa, que alardean de una presunta superior moralidad.
Isaac Puente representa lo mejor del anarquismo ibérico. Un inteligente y culto afán libertario, de generosidad admirable, en las antípodas de las pretensiones acomodaticias de la izquierda institucional y de la vehemente autorreferencialidad del ámbito movimentista. Un médico naturista extraordinariamente crítico con los corsés contemporáneos de la disciplina sanitaria, sensato impugnador de la deificación de la ciencia, un neomalthusiano que consigue hacer sonar la alarma eugenésica, un revolucionario intransigente que pisó varias veces la cárcel, también engrosó el comité central revolucionario de la huelga de diciembre de 1933, inspirador central de esa hermosa obra colectiva del anarcosindicalismo ibérico: el "Concepto confederal del comunismo libertario". Y un tipo que anduvo relacionado con La Rioja: de madre de Lanciego, tras cursar sus estudios médicos, pasó consulta en Cirueña, el municipio al lado de Santo Domingo de la Calzada, antes de afincarse como médico titular en Maeztu, el pequeño pueblo alavés entre Vitoria y Estella. Isaac Puente fue fusilado por los fascistas, suele indicarse que en las inmediaciones de Pancorbo, en septiembre de 1936. La antología "Un médico rural", otra excelente coedición de la Biblioteca de la Anarquía de Pepitas de Calabaza y de la FAL, recoge una reveladora selección de textos.

"La medicina es una profesión, un título de propiedad sobre conocimientos necesarios que permite ocupar una posición favorable en la lucha por la vida. Pero, al mismo tiempo, es una ciencia consagrada a combatir el dolor humano. Y, por lo tanto, se en médico lo mismo cuando se ejerce la profesión cerca del enfermo que cuando se consagra la vida a la investigación de las causas del dolor y de los remedios para el mismo. La investigación de las causas de sufrimiento físico y psíquico nos lleva al campo de la sociología, mostrándonos la miseria como una enfermedad en sí, madre del 70% de las enfermedades que tratamos a diario, más nociva que los microbios, a los que ofrecen campo abonado para reproducirse. La investigación de los remedios para enfermedades como la tuberculosis nos lleva a buscar un régimen social que haga posible la nutrición suficiente, la habitación sana y el reposo adecuado. Y la dedicación científica con el mismo motivo puede llevarla a la investigación deshumanizada del laboratorio que a la lucha pasional de las reivindicaciones sociales; igual puede conducirla a estudiar las condiciones de vida de un germen microbiano que concretar una forma de organización social que haga posible el culto de la salud y afirme como postulado elemental el derecho a la vida."

Isaac Puente, "¡Usted debe ser médico!", 1933.

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