miércoles, 1 de noviembre de 2023

Virginie Despentes, "Querido capullo" [2023]

Tres asuntos de calado que han atravesado este vulgar y largo último lustro de nuestra existencia ha contado de manera fetén Despentes en su última novela "Querido capullo": las furias del # MeToo, la superación de la adicción drogata de los puretraps y el confinamiento de la pandemia del Covid-19. Y lo ha hecho de una manera audaz, aun sin mostrarse concesiva: poniendo a discutir a la esplendorosa y mordaz actriz llegada a la cincuentena Rebecca Latté, en lucha por mantener dominio en el feroz mercado cinematográfico, con el quejumbroso escritor de novela policiaca, Oscar Jayack, el cuarentón acosador capullo estándar de honra mancillada; una discusión custodiada por la colérica pluma de Zoé Kattana, juez y parte, antigua responsable de prensa víctima en desahogo torrente. Una larguísima relación epistolar de escasa fabulación que diserta sobre trabajo, salud mental, clase social, raza o cyberacoso, en que se alumbra asuntos relevantes relacionados con la masculinidad envenenante y las asfixiantes batallas intrafeministas. En su armazón básico, "Querido capullo" desarrolla la historia de dos personas ya maduras que se ayudan mutuamente para superar su politoxicomanía contándose las bienaventuranzas experimentadas en sus sucesivas asistencias a las reuniones de Narcóticos Anónimos. Y tratándose de una musiquera en constante expansión como Despentes ha de resaltarse el protagonismo otorgado al rap de la golden age estadounidense: Biggie Small, Snoop Dogg, Gang Starr, Nas, Prince Rakeem.

"¿Qué podemos hacer por el amigo que quiere recaer? ¿Exigirle que recupere el control? Qué podemos hacer por la amiga que conoce a la persona equivocada y tú ves que le va a caer una paliza del quince y sabes que no saldrá ilesa pero ella está poseída, magnetizada, no quiere saber nada de tu advertencia.
¿Qué puedes hacer por el amigo cansado de cometer siempre los mismos errores pero que nos dice que le divierte? ¿Qué vas a hacer? Esperar. Responder a sus mensajes demasiado rápido. Decir te quiero demasiado a menudo. Sugerirle: ¿y si lo dejas? ¿Y si cambias de estrategia? El amigo no te ha pedido que te metas en sus asuntos. El amigo no te ha pedido nada. ¿Qué puedes hacer por el amigo que está bien y al que ves construyendo su ruina?
La gente se va a la mierda. Eso no puedes evitarlo. Lo que puedes es no elegir a tus amigos entre los perturbados. La gente de mi entorno que acaba yéndose a la mierda no es gente sola, sin nadie que se preocupe. Al contrario, es gente amada. Es una forma de decirles a los que les rodean que son unos inútiles. Mirad, no podéis hacer nada por mí. Yo siempre me solidarizo con los no alineados. ¿Qué puedes hacer por ese amigo por quien temes lo peor? Nada. Si acaso enviarle un mensaje diciendo vamos a echar una partida de ping-pong, nos vemos en la terraza. Solo puedes esperar a que pase. Y luego estar ahí. Rezando para que quede algo del amigo que tenías. Y dejarlo estar. Un beso."

("Querido capullo", Virginie Despentes, Penguin Random House, 2023.)

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