jueves, 22 de septiembre de 2022

ojalá tengas razón

como suelo decir cosas que a la peña le disgusta escuchar, no discuto demasiado, además tengo que reconocer que con el tiempo estoy perdiendo paciencia y soltura para mantener debates sustanciales, y estos últimos meses me estoy expresando peor que de cosumbre, tengo mis momentos, tengo mis destellos, estoy currando demasiado, y ya hace tiempo que asumí una máxima relevante que no incita a la disputa entusiasta: a cada cual le gusta pensar lo que más le conviene; en lo demás me limito a vivir la cotidianidad que se me va presentando, música, cine, literatura mediante, y alguna curda, con una perspectiva catastrófica integrada, rollo 'tranquilos que sólo queda lo peor', sé que puedo resultar bastante pesado, por suerte todavía tengo ganas de reírme, y si alguien se enfada cuando razono agorero observando la sucesión de indicadores aciagos, inflacción de dos dígitos, erosión del salario real, contracción de la demanda, endeudamiento público en máximos, agudización de las consecuencias del cambio climático, agotamiento de las materias primas energéticas, agravamiento de los conflictos internacionales, escalada de la tensión nuclear, suelo zanjar el asunto con un deseo no completamente deshonesto: 'ojalá tengas razón'; ojalá tengas razón y la vida no se haga completamente insoportable; ojalá que la catástrofe en curso no nos haga peores de lo que ya somos: que perdure la belleza, la bondad, las ganas de pasarlo bien, la comprensión inteligente, toda la vaina hermosa que hace la vida si no siempre tan divertida al menos llevadera e interesante,

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