apocalipticismo diletante

entre otros varios más o menos insidiosos reproches, cuando pretenden desacreditarme, me sueltan que soy un apocalíptico agorero; como apocaliptólogo diletante, y riojano, habitualmente me veo obligado a remitirme al propio insigne Gonzalo de Berceo para contagiarme de su estimación y establecer la genealogía en la que mal que bien cualquier fulano puede incluirme: nadie parece recordar que una de las obras conservadas del de Berceo es aquella intitulada "Los signos del Juicio", en la que el riojano, en recta cuaderna vía, y heredero del apocalipticismo mozárabe, describe, en lengua romance, con gran detalle, los quince signos que anunciarán la llegada del Juicio Final y su desarrollo, con la radiante venida del 'Rei Glorioso': terror didáctico destinado a los incrédulos y los curas iletrados, catequesis del miedo para modificar las actitudes en mor de la gloria eterna; OG