viernes, 15 de julio de 2022

Éric Vuillard, "14 de julio" [2016]


14 de julio, día de guardar

"Cuentan que, al concluir la jornada del 14 de julio, llovió. No estoy muy seguro. Existe división de opiniones. Lo que es indudable es que hubo una lluvia de papel. Volaron toda suerte de archivos judiciales, resgistros, demandas no atendidas, libros de cuentas, que se vio planear, revolotear, depositarse en los tejados, en el barro, sobre los árboles, en los sucios fosos de la fortaleza. Los curiosos observaban aquellas brazadas de hojas y de cuadernos arrojados por las ventanas. Parecían una especie de limosna, de ofrenda superflua e inútil. Caían los libros y nevaban las hojas.
Deberíamos abrir más a menudo las ventanas. De cuando en cuando, así como así, de improviso, mandarlo todo a hacer puñetas. Sería un alivio. Deberíamos, cuando se nos encoge el corazón, cuando el orden nos envenena, cuando el desasosiego nos asfixia, forzar las puertas de nuestros Elíseos irrisorios, donde los últimos vínculos terminan por pudrirse, y birlar las carteras, camelar a los alguaciles, morder las patas de las sillas y buscar por la noche, bajo las corazas, la luz como un recuerdo.
Sí, a veces, cuando el tiempo es demasiado gris, cuando el horizonte es demasiado mortecino, deberíamos abrir los cajones, romper los cristales a pedradas y arrojar los documentos por la ventana. Los decretos, las leyes, los atestados, ¡todo! Y todo eso caería, se vendría abajo lentamente, llovería sobre la calle. Y revolotearía en la noche, como esos papeles grasientos que, después de la feria, se arremolinan bajo el tiovivo. Sería bonito, y divertido, y regocijante. Los miraríamos caer, felices, y deshacerse, hojas volantes, muy lejos de su temblor de tinieblas."

("14 de julio", Éric Vuillard, 2016.)

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