sábado, 29 de enero de 2022

Sven Lindqvist, "Exterminad a todos los salvajes" II [1992]

el jardín de infantes del imperialismo europeo

"¿Quiénes eran los guanches?
Los guanches eran un pueblo noble que hablaba una lengua bereber, culturalmente en la Edad de piedra. Fue el primer pueblo exterminado por la expansión europea. Eran de origen africano, pero hacía mucho que vivían en las 'islas felices', las actuales 'Islas Canarias', y habían perdido contacto con la tierra firme. Se ha calculado su población en unos 80 mil habitantes, antes del arribo de los europeos.
En 1478 Fernando e Isabel enviaron una expedición militar con cañones y caballos a la Gran Canaria. Las llanuras fueron ocupadas muy rápidamente por los expañoles, pero en las montañas los guanches continuaron una obstinada guerra de guerrillas. En 1483 capitularon finalmente 600 guerreros y 1.500 mujeres, criaturas y ancianos, todo lo que restaba de aquel numeroso pueblo.
La Palma se rindió en 1494. Tenerife se mantuvo hasta 1496. Finalmente, una solitaria mujer nativa les hizo señas a los españoles de que podían aproximarse: 'No queda ninguno con quien luchar, ninguno a quien temer, todos están muertos'.
Sus palabras se convirtieron en leyenda. Vivían todavía, 400 años más tarde, cuando Cunninghame Graham escribión "Higginson's Dream". No fueron ni los caballos ni los cañones los que determinaron el resultado de la guerra.
Las bacterias triunfaron. Los nativos llamaron 'modorra' a la desconocida enfermedad.
De los 15.000 habitantes de Tenerife, sobrevivió un puñado. El bosque fue talado, la flora y la fauna europeizada, los guanches perdieron sus tierras y sus posibilidades de manutención. La 'modorra' retornó varias veces, la disentería, las pulmonías y las enfermedades venéreas hicieron estragos. Los que sobrevivieron a las enfermedades sucumbieron, en cambio, por causa de la propia suminisión, la pérdida de los parentes, amigos, idioma y estilo de vida. Cuando Girolamo Benzoni visitó La Palma en 1541, encontró todavía un guacnhe, de 81 años de edad y siempre borracho. Los guanches habían sucumbido.
Este archipiélago en el Atlántico oriental fue 'el jardín de infantes del imperialismo europeo'.
Aquí aprendieron los pioneros que los hombres, las plantas y los animales de Europa se las arreglaban muy bien en lugares donde no se encontraban originalmente.
Aprendieron también que aun cuadno un pueblo nativo es superior en número y ofrece tenaz resistencia, es finalmente sometido; en realidad exterminado, sin que ninguna sepa, realmente, cómo sucede."

("Exterminad a todos los salvajes", Sven Lindqvist, 1992.)

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