"Hay que llegar a la gente y no quedarnos aislados. Esta es la obsesión de Pablo y para ello está abierto a ensayar todas las vías. La teoría es inútil si no sirve a este fin. Se sumerge en un activismo febril que no consigue engañar a la realidad. Las continuas discusiones políticas dejan un poso de amargura difícil de olvidar. La impaciencia que le posee siembra incertidumbre y acrecienta su hermetismo. Su malestar abre una llaga que no cicatriza. El veneno insidioso para soportar la vida enardece su sangre y enturbia sus ojos. Se enfrenta a sus amigos cuado lo que quiere es abrazarlos. Se hace daño a sí mismo al ahuyentar la ternura que desea fervorosamente. Rehén de su propia imagen. Fuerte e implacable ante los demás, si lo cree necesario. Siempre honesto y desinteresado. La fatiga aquieta sus pasos, y la tristeza devora poco a poco un cuerpo lleno de pasión. ¿Te pasa algo? 'No, es por todo'."
(Santiago López Petit, "El gesto absoluto. El caso de Pablo Molano: una muerte política", 2018.)
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