sábado, 9 de enero de 2021

Falconetti Peña, "El Forat (el agujero)" [2004]


Higienización de Ciutat Vella. ¿Quién arrancó El Abeto? Era el símbolo de la resistencia vecinal del barrio de la Ribera contra el proceso de transformación urbana del casco antiguo de Barcelona, allí en el Forat de la Vergonya, la plaza Mayor del barrio. Lo añoro cuando paseo por allí, ahora que un parque acorde a las prescripciones de lo que es un espacio público de calidad ocupa el lugar, ¿no será la premisa mayor de este tipo de espacios la voluntad de ahuyentar a aquellos para los que están planificados? Al menos no es un horrendo párking destinado al estacionamiento de los vehículos de los mirones urbanicidas. En los aledaños, desechables comercios para ricos, lofts para lameculos exitosos, apartamentos para turistas degenerados, y en los bares, incluso en aquellos que no son de inhóspito diseño, aplicados estudiantes charlan de las penosas exigencias que les impone un profesorado demente. Y es otra muestra del todopoderoso dominio de la mediocridad de la clase media, un fantasma impera Europa, tan conocida y detestada, ¿en qué familia tipo creen que fui criado?, en otra de aquellas que lega la atracción por una moderación canalla, que transfiere el aprecio a unas vacuas celebraciones multiculturales, que aviva la curiosidad por una inocua venerabilidad histórica. Y si sigo caminando la ciudad, es también por recoger pedazos de historias de vidas irredentas, por buscar rastros de pasiones silenciadas, por captar la energía histórica esbozada en los sucesos desobedientes pasados, por fantasear con cómo pudo ser la extensión de esa lucha perdida, que como mancha de aceite, como alzamiento de lo viviente en el juego de la historia, se convirtiera en el movimiento que disuelve toda separación. Que los anales de la ucronía queden al menos como entretenida compensación.

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