jueves, 16 de septiembre de 2021

Jerry Rubin, "Do it!" [1970]

Solían decir los yippies que tiene que ser más divertido hacer la revolución que no hacerla, pero mi habitual aspereza desencantada me lleva a recordar unas palabras atribuidas al Marqués de Sade: 'la lucha por la libertad es monótona y cruel'. Resulta reveladora la evolución posterior de los dos yippies más famosos, Jerry Rubin y Abbie Hoffman. Hoffman, que tenía diagnosticado un trastorno bipolar, tras pasar años en la clandestinidad perseguido por la justicia por un asunto de drogas, se suicidó ingiriendo decenas de barbitúricos. Jerry Rubin, tras acabar la Guerra de Vietnam, se convierte en exitoso hombre de negocios (es uno de los primeros inversores de Apple Computer), se obsesiona con llevar una vida saludable, y acaba atropellado por un coche cuando estaba haciendo deporte. Ambos, en los ochenta, hicieron una gira de debates que seguro fue interesante, "Yippie versus Yuppies". Leí hace tiempo "Do it!" de Jerry Rubin, la edición de Blackie Books, y recuerdo que lo que más me gustó fue la entrevista entre Daniel Cohn Bendit, aka Dany El Rojo, y el propio Rubin: 'Vete hoy a hablar con los pobres. ¿Qué quieren? ¡Triunfar! Quieren el éxito, no la revolución'. Los hitos yippies todavía me sonsacan una sonrisa.

"VISIÓN ÁCIDA:
La Convención Demócrata comienza tras una alambrada. El atrezzo incluye gas lacrimógneno y tropas armadas con bayonetas traídas expresamente desde Vietnam.
En la calle hay millones de personas buscando el gobierno que han perdido. Ven algo en el cielo que llama su atención.
Es un pájaro.
Es un avión.
No. Es SuperLBJ, aerotrasportado hasta el auditorio sitiado.
De pronto, alguine agita un pañuelo desde las ventanas superiores.
El Partido Demócrata se rinde.
Los yippies toman las riendas.
Éxtasis.
Fin de la visión.
El Festival de la Vida versus la Convención de la Muerte: una obra moral de teatro religioso que aborda emociones humanas elementales, pasadas y futuras: juventud y vejez; amor y odio; bien y mal; esperanza y desesperación. Yippies y demócratas.
Los medios se aprestaban a concentrar la conciencia del mundo entero en Chicago durante cinco días, cinco. Nuestra oportunidad de llegar al alma del mundo. El acto apropiado en el momento idóneo: comunicación instantánea. Nadie podía fingir que lo de Chicago no estaba ocurriendo. Una escaramuza local se convierte en una guerra global entre el bien y el mal.
Nuestra misión: tocarles las narices a los demócratas hasta tal punto que ellos mismo revienten su convención. Al mismo tiempo, mostrar al mundo una alternativa: nuestra cultura juvenil revolucionaria.
Los yippies estábamos dispuestos a soltar nuestra propia bomba H sobre los demócratas: un festival de comida y rock gratuitos.
¡Toma ya! ¿Una orgía de rock gratis capaz de llevar a Chicago a millones de jóvenes de todo el país? Teníamos previsto que acudieses todas las bandas de Estados Unidos e Inglaterra: los Rolling Stones, los Beatles, Country Joe and the Fish, incluso el misterioso Dylan.
Un festival de rock en Chicago supondría liberar nuestra propia cultura, sacarla de las carísimas y emparedadas salas de baile, arrebatárselas a los empresarios avariciosos y ponerla a disposición de la gente en los parques y las calles.
El beneficio ha domesticado a la bestia impulsiva que llevamos dentro, el espíritu de la Música Pura y Espontánea. A la mierda el beneficio. El rock'n'roll debe generar el orgasmo y la revolución."

(Jerry Rubin, "Do it!", 1970.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario