domingo, 19 de septiembre de 2021

Kale Gorria, “Narcos, la ruta de la impunidad. Del PP a Intxaurrondo” [2001]


Contrabando de tabaco, narcotráfico, redes de clubs de prostitución, guerra sucia. Un descarado ejemplo de utilización de los ilegalismos por parte de los grupos dominantes del estado español en la década de los ochenta y de los noventa. La desaparición de parte de un alijo de cocaína incautado en Irún en mayo de 1988, es el motor de esta investigación que marca la ruta de la impunidad: contrabandistas del tabaco gallegos mecenas de la creación política de la transición española Unión de Centro Democrático; narcotraficantes inversores y consejeros de ese naciente partido político Alianza Popular patrocinado por el inefable Fraga Iribarne; sicarios mafiosos al servicio de la financiación de la vieja guardia fascista de Fuerza Nueva; capos gallegos establecidos en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, donde las comprometidas informaciones relacionadas con las operaciones antiETA permitían una tácita impunidad; guerra sucia, proxenetismo y narcotráfico, actividades patrocinadas por uno de los cuerpos encargados de la vigilancia perpetua de la población: la Guardia Civil. El documental presenta una retahíla de nombres difícilmente digerible, algunos ya conocidos para el rastreador de los manejos del narcotráfico patrio; podéis probar: los hermanos José Antonio Oubiña Ozores y José Luís Oubiña Ozores, narcos confidentes de la policía; Pablo Vioque Izquierdo, antiguo secretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía y ‘narcoabogado’, hombre fuerte de Alianza Popular; Ángel Lores González, jefe de un grupo de sicarios violentos que arrancaba partidas presupuestarias para Fuerza Nueva; Ricardo Portabales y Manuel Fernández Padín, narcos arrepentidos que dieron el pistoletazo a la operación Nécora; Vicente Otero ‘Terito’, traficante condecorado con la medalla de oro y brillantes de Alianza Popular; Laureano Oubiña, que declaró en el Vanity Fair 'a finales de los años setenta, cuando pasamos a la democracia que dicen que vivimos, ayudé a financiar a Alianza Popular, del señor Fraga, y a UCD, del señor Suárez'; el Txofo Miguéliz, confidente que destapó la ‘trama verde’ en el cuartel de Intxaurrondo; José Antonio Santamaría, contrabandista de tabaco asesinado por ETA en 1993; Enrique Dorado Villalobos, narcotraficante, torturador, proxeneta, ladrón, sargento de la Guardia Civil, militante de los GAL, torturador reconocido; o Enrique Rodríguez Galindo, condenado en el año 2000 a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato en 1983 de Jose Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, salió de prisión en octubre del 2004. Un ejemplo de delincuencia útil para los grupos de poder, un caso de desviación de ilegalismo para provecho de los círculos de poder, una muestra de la necesidad de vigilar a los vigilantes. Un making of extendido de "Fariña".

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