martes, 1 de octubre de 2019

Basilio Martín Patino, "Libre te quiero" [2012]

Aquello que constituye la grandeza del movimiento del 15M…
ha surgido de forma imprevista y masiva y ha congregado una hermosa intensidad emocional colectiva, es imposible tipificarlo, rehuye del encuadramiento organizativo y doctrinal, no está gobernado por ninguna bandera, líder, himno o centro, usa la asamblea como instrumento de decisión, los individuos que participan no aceptan ser representados por nada ni por nadie, se ha apropiado de espacios públicos y ha generalizado la discusión en las plazas ocupadas, es heterogéneo, contradictorio y está permanentemente construyéndose a través de las luchas intestinales, de las tensiones y de los cambios continuos, ha optado de forma adecuada por una táctica no-violenta que permite su desenvolvimiento. 'Esto no va de izquierdas o derechas sino de arriba y abajo' dice uno de los eslóganes.
…también constituye su miseria
no se contempla a sí mismo como un episodio de la historia de la lucha social, la confusión reinante en las asambleas suele convertirse en cacofonía difícil de soportar, el miedo a la marginación o a la incomprensión se traduce en el miedo al conflicto, el fetichismo de la no-violencia desdeña una necesaria defensa de los campamentos para contrarrestar la brutalidad policial, la crítica se centra en exceso en unos caducos mecanismos de representación parlamentaria, se considera que los problemas políticos y económicos son en esencia éticos, no se cuestiona la libre circulación del dinero, el ilimitado desarrollo de la economía, la catástrofe que supone el normal funcionamiento del mercado.
La importancia de esta movilización social estriba, más que en sus posibles logros inmediatos, en su capacidad de transformar a quienes participan en ellas. La gente que vuelve a su casa después de una movilización, no es la misma que antes de participar en la lucha. Puede ser esta una de las victorias a considerar del 15-M.
No dialogar con los representantes de la democracia. Extender la autoorganización a los barrios, a los trabajos, a los colegios y a las universidades. No anclarse en las plazas principales. Plantear las asambleas como espacios de discusión enfocados a la acción directa. Llenar las plazas con conferencias, audiovisuales y actividades formativas relacionadas con lo que afecta a nuestras vidas: vivienda, salud-sanidad, migración, crisis energética, trabajo-paro, experiencias organizativas de base, luchas sociales actuales, Historia, etc.
La discusión política y la imaginación colectiva son elementos necesarios.


"Que hoy nos podamos preguntar sobre algo así como 'ganar una situación' hubiera sido imposible sin el acontecimiento que ha abierto el paso a estas preguntas y que no es otro que el 15M. Lo que sucedió a partir de ese día en las plazas de la gran mayoría de las ciudades del Estado español y lo que siguió en Europa y Estados Unidos ha partido en dos la historia reciente. Desde la aparición del movimiento de las plazas no sólo existe una contestación real al gobierno de las finanzas y la imposición suicida de la lógica de la austeridad, sino que también existe una demanda genuina de democracia, una palabra que ahora ha recuperado algunos de sus viejos sentidos como ejercicio directo del gobierno y denuncia de las oligarquías y sus privilegios, por escondidos que estén en sus formas modernas."

(Emmanuel Rodríguez, "Hipótesis Democracia. Quince tesis para la revolución anunciada.", 2013.)

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