- Enrique Rodríguez Galindo, ex general de la Guardia Civil, condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala, cumplió cuatro años y medio de prisión, fue excarcelado por razones de salud.
- José Julián Elgorriaga Goyeneche, ex delegado del Gobierno en el País Vasco, condenado en el mismo caso también a 75 años, sólo estuvo un año y nueve meses y medio entre rejas.
- Enrique Dorado Villalobos, sargento de la Guardia Civil, condenado a 71 años por el caso Lasa y Zabala, estuvo en prisión seis años, y dos más de una condena anterior por robo en una tienda de Irún.
- Felipe Bayo Leal, condenado por Lasa-Zabala a 71 años, seis años en prisión.
- Ángel Vaquero Hernández, único condenado por este caso que sigue en prisión.
"Que la tortura es el mayor de los males concebibles no sólo se acredita por el sentimiento de la tradición popular, con el mito de Pedro Botero, donde los condenados son retenidos en calderas de pez hirviendo por los tridentes de esa especie de funcionarios de prisiones de la Justicia Divina que son los diablos rasos, de rabo rematado en punta de pincel, sino también por la tradición letrada, en la que Dante Alighieri representa su 'cittá dolente' como un gran Luna Park de diferentes clases de suplicios. Esto no tiene apelación posible: cuando los hombres han querido imaginarse el infierno, el mal supremo, no se les ha ocurrido más que la tortura. Sólo una sucia aberración positivista, más atenta a fraguar criterios de culpa o de disculpa para el torturador que a penetrarse del dolor del torturado, puede haber reputado el matar como un daño y un pecado mayor que el torturar. Mentalidad, al fin, de agente de seguros, porque el torturador se agarra a la presunción de que él, después de todo, deja viva una persona jurídica, siempre, en caso de error, pecunariamente indemnizable."
(Rafael Sánchez Ferlosio, "Vendrán más años malos y nos harán más ciegos", 1993.)
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