domingo, 20 de octubre de 2019

Pablo Malo, "Lasa y Zabala" [2014]

El 15 de octubre de 1983, un comando integrado por agentes de la Guardia Civil se dirigió a Bayona, algo después de la medianoche, y abordó a Joxean Lasa y a Joxi Zabala, dos chavales de veinte años que pertenecían a ETA, y que tras atracar un banco en Tolosa, se refugiaron en Francia. Se hallaban en la calle Tonneliers, a punto de subir a un Renault 4, y después de reducirlos, se les introdujo en un coche, y se les trasladó al palacio de La Cumbre en San Sebastián. Salvo sus secuestradores, nadie volvió a verlos con vida: sus restos fueron hallados en Alicante dos años después enterrados en cal viva, y hasta 1995 no fueron identificados. Es considerado el primer acto realizado por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), un espeluznante caso de terrorismo de estado. Desconocía sus pormenores. La película se centra en el sumario judicial (sólo expone una somera contextualización), y su protagonista se inspira en Iñigo Iruin, representante legal de las familias de Lasa y Zabala, conocido abogado de la izquierda abertzale (también ha sido letrado en el caso Naparra, el caso Zabalza, en la legalización de Batasuna, en el caso Egunkaria o en el sumario 18/98). Y en ella se recrea lo acontecido (el secuestro, las torturas, los asesinatos, algunas vicisitudes del proceso), y se construyen ficciones (p.ej.: Fede, el ayudante de Iruin, que en el largometraje muere por un atentado con paquete bomba, a quien Pablo Malo califica en alguna entrevista de 'héroe de la historia', es una invención). No será una proeza fílmica, pero recuérdese el privilegiado trato que da el Estado a sus lacayos:
- Enrique Rodríguez Galindo, ex general de la Guardia Civil, condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala, cumplió cuatro años y medio de prisión, fue excarcelado por razones de salud.
- José Julián Elgorriaga Goyeneche, ex delegado del Gobierno en el País Vasco, condenado en el mismo caso también a 75 años, sólo estuvo un año y nueve meses y medio entre rejas.
- Enrique Dorado Villalobos, sargento de la Guardia Civil, condenado a 71 años por el caso Lasa y Zabala, estuvo en prisión seis años, y dos más de una condena anterior por robo en una tienda de Irún.
- Felipe Bayo Leal, condenado por Lasa-Zabala a 71 años, seis años en prisión.
- Ángel Vaquero Hernández, único condenado por este caso que sigue en prisión.


"Que la tortura es el mayor de los males concebibles no sólo se acredita por el sentimiento de la tradición popular, con el mito de Pedro Botero, donde los condenados son retenidos en calderas de pez hirviendo por los tridentes de esa especie de funcionarios de prisiones de la Justicia Divina que son los diablos rasos, de rabo rematado en punta de pincel, sino también por la tradición letrada, en la que Dante Alighieri representa su 'cittá dolente' como un gran Luna Park de diferentes clases de suplicios. Esto no tiene apelación posible: cuando los hombres han querido imaginarse el infierno, el mal supremo, no se les ha ocurrido más que la tortura. Sólo una sucia aberración positivista, más atenta a fraguar criterios de culpa o de disculpa para el torturador que a penetrarse del dolor del torturado, puede haber reputado el matar como un daño y un pecado mayor que el torturar. Mentalidad, al fin, de agente de seguros, porque el torturador se agarra a la presunción de que él, después de todo, deja viva una persona jurídica, siempre, en caso de error, pecunariamente indemnizable."

(Rafael Sánchez Ferlosio, "Vendrán más años malos y nos harán más ciegos", 1993.)

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