viernes, 15 de noviembre de 2019

Esquilo, "Prometeo encadenado" [siglo V antes de Cristo]

"Bien, pues, vuestra pregunta, por qué causa
[Zeus] me está ultrajando, paso a contestaros.
Cuando el trono del padre hubo ocupado,
repartió entre los dioses sus prebendas,
a cada cual lo suyo, organizando
su imperio así. Mas de los pobres hombres
en nada se ocupaba, pues quería
aniquilar toda la raza humana
y crear una nueva. A estos deseos
nadie supo oponerse; yo tan sólo
tuve el valor de hacerlo, así salvando
a los hombres de verse destruidos
y bajas al Hades. Y por ello
me veo sometido a estas injurias
que si causan dolor al soportarlas
provocan compasión al contemplarlas.
Y yo que me ablandé por los mortales
compasión no logré para mí mismo.
Y ahora me somete a este tormento,
para Zeus espectáculo infamante."


Prometeo, 'el primer santo mártir del calendario filosófico' como lo celebraba Karl Marx, el titán benefactor de la humanidad. Los más tenebrosos tiranos de la historia han pretendido emprender una cruenta obra de purificación social. ¿Cómo amar las flaquezas de la humanidad? O cómo integrar el sufrimiento en el sentido de la existencia. 'Lo viejo se hace nuevo, pero lo nuevo acepta el legado de lo viejo'. Tal es la sabiduría de Esquilo integrada a las actividades concretas humanas. La furia libertaria pintaba plena de pasión en las calles de Logroño: 'volver a empezar desde el principio'. No hay un Génesis localizado, como no existirá el Día del Juicio Final. En el proceso surgen las posibilidades.

"Prometeo, como sabemos, compadecido de la raza humana, que no era más que una muchedumbre de sombras adormecidas, con el fin de librarla de la extinción le otorgó el fuego junto con las artes vinculadas a él, le concedió el recto entendimiento, la memoria, la escritura, los números, la distinción de las estaciones, los remedios curativos, etcétera, etcétera. De esto modo, él mismo, símbolo inmortal del rebelde y del mártir, encarna en idéntica medida el progreso, el genio del trabajo, de la civilización y del libre pensamiento creador. Por curioso que parezca, Promoteo se nos presenta a un tiempo como innovador y como conservador. Innovador, cuando le abre al género humano nuevos horizontes. Conservador, cuando lo preserva de la metamorfosis envilecedora. Sin embargo, cabe decir, que para la imaginación humana él es, ante todo, el desafiador de los dioses, el indomable, el mártir milenario. No sólo no teme ni hace concesión alguna a Zeus, sino que tiene el coraje de calificarle de odioso tirano y de predecir incluso hasta su caída. Por todo ello, y sobre todo por no revelar el secreto que Prometeo guarda sobre el fin del señor del Olimpo, a cambio del cual sería liberado por Zeus (en cuántas ocasiones habrán descendido los tiranos a las mazmorras en las que mantenían aherrojados a sus oponentes para arrancarles cualquier mensaje relacionado con ellos mismos, mensaje que en la mayoría de los casos no era producto sino de sus mentes enfermas), debido a todo ello, pues, Prometeo es azotado por el rayo de Zeus y precipitado al abismo."

(Ismaíl Kadaré, "Esquilo", 1988.)

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