La gran ilusión se esfumó cuando los partidos socialistas de la Segunda Internacional votaron a favor de los presupuestos militares nacionales en la Primera Guerra Mundial, abandonando el internacionalismo. Surgió la intransigencia bolchevique y la integridad de alemanes como Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. 'A las fronteras las dibujan los hombres. A la naturaleza le da igual.'
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