miércoles, 29 de enero de 2020

Sófocles, "Las traquinias" [siglo V antes de Cristo]


"En efecto, el que a Eros se enfrente como un púgil con los puños, no está en su sano juicio. Éste es el que manda sobre los dioses como quiere, y sobre mí al menos, y cómo no también sobre cualquier otra igual que yo. De tal manera que, si algo reprocho a mi marido poseído de esta enfermedad, muy loca estoy, o igual si lo hago contra esta mujer, la cómplice de lo que de ningún modo es vergonzoso ni de desgracia alguna para mí."

Deyanira que cree poder recuperar el amor de su esposo Heracles mediante procedimientos mágicos, termina por matarle. Craso error. Heracles que creía, tras sus victoriosas gestas, que le sería posible terminar en paz sus días. Amarga será su muerte. Deyanira, tan gentil y afectuosa, no vaciló en tratar de recuperar por turbios medios mágicos el amor de su marido; Heracles, el gran héroe griego, carcomido por la ira, en su agonía, no mostrará compasión hacia Deyanira, ni siquiera tras entererarse de su suicidio. La tragedia de los desvelos amorosos, de los celos, de las ansias por reconquistar el amor perdido; la tragedia de la caída de un héroe, del derrumbamiento de su grandeza.

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