sábado, 29 de diciembre de 2018

Luisa Carnés, "Tea Rooms. Mujeres obreras" [1934]


¿En cuántas novelas que conocéis queda retratada la cotidianidad del mundo laboral? ¿Por qué los literatos son tan poco dados a sumergirse en alguna de las diferentes vicisitudes del trabajo asalariado? "Tea Rooms. Mujeres obreras" de Luisa Carnés, ha supuesto un hermoso descubrimiento. Con agudeza, plasma el Madrid de las camareras de las pastelerías de los años veinte y treinta del siglo pasado, el drama del colectivo de las mujeres que atendían sus requerimientos: el temor a la pérdida de trabajo, el salario miserable, los diferentes asuntos con la clientela, las huelgas del gremio de camareros y mozos de restaurantes, la subordinación de las mujeres en el entorno laboral y doméstico, o las a menudo mezquinas triquiñiuelas de la supervivencia diaria.

"La lluvia ha cesado, y las plantas han comenzado a florecer. Flores en los árboles, en las trepadoras madreselvas y en los vestidos de las mujeres. De las mujeres ricas, para las que es la primavera una ilusión más. Para la muchacha pobre el cambio de estación supone la adición de un problema a la suma de dramáticos problemas que integran su vida. Cada primavera requiere una renovación proporcional del indumento. La mujer rica desea el estío, que le permite cultivar su fina desnudez. La pobre lo teme. La pobre ve con temor la proximidad de los días radiantes de ese sol enemigo que descubre el zapato informe, que ilumina cada deterioro del atavío con la precisión del reflector a la 'estrella'. La mujer pobre ama el invierno, aunque el agua le entumezca los pies. En el invierno, la gente camina deprisa -cada uno a lo suyo-. Hace demasiado frío para fijarse en los demás. Llueve demasiado para detenerse a contemplar una pierna bonita. Y la muchacha modesta no se ve constreñida a caminar salvando el buen equilibrio de un zapato torcido. El invierno enerva los miembros y agrieta las manos desnudas; pero la mujer pobre lo prefiere al estío y a la primavera, porque ante todo tiene un sexo y un concepto de la feminidad, que cultiva como la mujer rica su fina desnudez en las playas cosmopolitas."

(Luisa Carnés, "Tea Rooms. Mujeres obreras", 1934.)

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