viernes, 21 de junio de 2019

Angela Davis, "Mujeres, raza y clase" [1981]

Harriet Tubman a los mandos del Ferrocarril Clandestino, el carisma de Frederik Douglass, la revuelta de Nat Turner, la lucha por la universalización de la educación de Prudence Crandall, Margaret Douglass o Myrtilla Miner, las hermanas Grimke, sólidas abolicionistas y defensoras de los derechos de las mujeres, Sojourner Truth desmontando los prejuicios raciales y de clase del movimiento de mujeres cuando declamaba '¿Acaso no soy mujer?', W. E. B. Dubois ácido en su ensayo "La sirviente de la casa", Ida B. Wells y la oposición al creciente racismo en el movimiento sufragista, o cómo parar los linchamientos racistas y desmontar sus venenosas justificaciones (el mito del violador negro), Mary Church Terrell, las mujeres negras en los movimientos de los clubes, Lucy Parsons, Elle Reeve Bloor, Anita Whitney, Elizabeth Gurley Flynn y Claudia Jones, mujeres comunistas, la campaña del movimiento por el control de la natalidad, entre los derechos reproductivos y la eugenesia, y la perspectiva de clase que pone como objetivo alcanzable el fin del trabajo doméstico.


"Actualmente, para las mujeres negras y para todas sus hermanas blancas de clase obrera, la idea de que la carga del trabajo doméstico y del cuidado de los hijos pueda ser descargada de sus espaldas y asumida por la sociedad contiene uno de los secretos milagrosos de la liberación de las mujeres. La atención a la infancia y la preparación de la comida deberían ser socializadas, el trabajo doméstico debería ser industrializado, y todos estos servicios deberían estar al alcance de las personas de clase trabajadora."

(Angela Davis, "Mujeres, raza y clase", 1981.)

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