lunes, 24 de junio de 2019

Christian Ferrer, “La curva pornográfica: el sufrimiento sin sentido y la tecnología” [2006]

La voluntad dominante en nuestros días es el anhelo, urgente, de huir del dolor. Y son las industrias formateadoras del cuerpo las que destacan en la capacidad de absorber las expectativas de anulación del sufrimiento. El espacio paradisiaco y feliz proyectado por las utopías del siglo XIX reveló su frustrante reverso tenebroso, y las ciencias sociales y su pretensión de reducir las aflicciones asociadas a la injusticia social, o la ciencia y su ambición de reducir las angustias ocasionadas por el imprevisible poder del azar, renquean ante el magno edificio de las industrias de la metamorfosis carnal y sus confortables propuestas: el irritador que impera por el campo social y estimula la búsqueda de amortigüadores del sufrimiento es la insatisfacción con respecto a nuestra imperfección corporal.


"Tradicionalmente, el diferenciador social por excelencia era el dinero, a su vez reemplazo del honor estamental. En una coordenada vertical en la que eran arrojados todos los recién nacidos, la posesión o desposesión de riqueza regía el destino vital. Quien disponía de fortuna pasaba por la vida pertrechado de placeres y comodidad. Quienes subsistían en la parte inferior de la coordenada solo podían esperar, luego de una lucha intensa y de resultado incierto en el campo de batalla definido por la economía, ascender unos escalones de la pirámide. Pero en los últimos cuarenta años otra coordenada que recién comienza a desplegarse inserta a las personas en otro diferenciador social, que cruza al anterior: la coordenada que contiene valores definidos por la belleza y el cuerpo joven. Quien dispone de esos atributos y de un mínimo de audacia puede ascender socialmente con inusitada celeridad, posibilidad que antes estaba sometida a variadas restricciones. El mundo de la prostitución de lujo y algunas facetas de subculturas gay podrían ser considerados laboratorios que apuntalan y extienden esta coordenada. Pero quien está ubicado en el otro extremo de esta nueva coordenada, y mucho más si carece de otros recursos, se encuentra sometido a intensas presiones que sólo pueden agravar su malestar existencial. Pero justamente las industrias del cuerpo se dedican a compensar la posición desfavorecida de quienes están ubicados en el extremo débil de la nueva coordenada. Antidepresivo, viagra, cirugía estética, turismo sexual, diagnóstico de preimplantación seguido de anhelos de remodelación de la dote genética de quien aún no ha nacido: tales son las ofertas actuales de amortiguación del sufrimiento. Flujos de capital se encuentra con flujos libidinales sobre una mesa de disección del cuerpo."

(Christian Ferrer, “La curva pornográfica: el sufrimiento sin sentido y la tecnología”, 2006.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario