martes, 5 de noviembre de 2019

Ernesto Castro, "El trap. Filosofía millenial para la crisis en España" [2019]


Hace ya nos cuantos años, cuando el sultán del reino subterráneo del rap madrileño era Charlie Hijos Bastardos, tiraba una mañana gaupasera en un piso de Embajadores con una chavala, charlando de nuestros emecés favoritos, y fue inevitable nombrar a Crema, referencia ineludible en aquella época, que acababa de sacar, ya como C Tangana, el álbum "LO▼E'S". La chica no sabía nada del proceso de renovación que Pucho había emprendido, y cuando le puse el vídeo de "Bésame mucho", me miró sorprendida y me dijo, 'no, no puede ser él'. Aunque molaba más cuando era Crema, me encanta el "LO▼E'S", es el álbum de Tangana que más he escuchado.
Un célebre dejota local, rastreador impenitente de nuevos y viejos sonidos, estaba fascinado con la novedosa escena musical que se iba formando en Barcelona, eran los tiempos en que se estaba macerando la ruptura de Cecilio G con Pxxr Gvng, muy implicado, me iba poniendo al día de las novedades que se sucedían, me pasaba los temas de los Pobres, los temas de Kinder Malo, las locuras de Ceclio G. Especialmente recuerdo el vídeo de "Gucci Shane", seguramente el inicio de la cierta leyenda: Cecilio siempre gana. La letra, repasaba con descaro divertido, conocedor de referencias poco honrosas, alguna vergüenza de algunos rappers admirables: Elio Toffana, la SDJ Crew o NY de Mde Click. Rappers que todavía admiro.
La movida quinqui la revitalizó El Coleta. En las eternas noches en el local de Blue Planet, solían sonar sus canciones antiguas, como "Nainai Nanaina", reíamos mucho con aquel estribillo ya célebre, 'Delincuencia y drogadicción / petando Las Grecas y cortando jamón / a la escena le pego un tirón / le doy tol palo al rap español'. Lo siguiente que fue sacando este neoquinqui de Moratalaz no me interesó, aplaudí cómo denominó algunas de sus siguientes canciones, como "MdeMO" o "Contad los muertos", pero rápidamente me cargó la compresión de referencias y la monotonía del flow.
Podría seguir contando alguna anécdota relacionada con la oleada de músicos urbanos que han florecido durante esta década, que aunque a mí la movida me ha pillado pasando la treintena, han sido una parte importante de la banda sonora de estos dos últimos lustros. Sencillamente, he disfrutado de muchas canciones que han ido saliendo, que la música la manejo para disfrute, me mola vacilar con ella, y algunos temas se han convertido en auténticos himnos vitales, como "100k pasos" de Agz, paseando por Barcelona sin rumbo de madrugada, o "La vida es" de Dellafuente y Maka, aguantando el tirón en mi última vuelta a Logroño. 'La vida es un contratiempo'.
Ernesto Castro, que es uno de los tipos inteligentes e instruidos que sigo por las redes, ha sacado una guía pormenorizada y lúcida para adentrarse en la ética y la estética de este género sonoro, que se ha convenido en llamar trap, la metamúsica de la crisis, la mandanga sonora que hacen los chavales y las chavalas que están en paro mientras los demás trabajamos, a veces, el vehículo de expresión para las angustias, las tristezas, las ambiciones y los vaciles de una parte importante de la nueva escuela milénica.

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