lunes, 18 de marzo de 2019

Andrew Morgan, "The True Cost" [2015]


¿Recuerdan la explosión de la fábrica textil de Dacca, Rana Plaza? Fue un 24 de abril del año 2013, la noticia saltó a la palestra mediática, y volvió a desvelar rasgos de la cara oculta de la industria de la moda: 1.130 muertos, 1.537 heridos, 316 desaparecidos. Los propietarios de la empresa obligaron a los trabajadores, conscientes del peligroso estado de las instalaciones, a entrar al destartalado edificio. ¿Recuerdan el incendio de la factoría de ropa pakistaní, Ali Enterprises? Fue un 11 de septiembre del año 2012, unas semanas antes de que el fuego la consumiera, la fábrica fue inspeccionada en nombre de la auditoría social italiana RINA, para un organismo conocido como SAI (Social Accountability International), y pasó sin problemas el examen, a pesar de que no tenía salidas de emergencia, de que tenía ventanas enrejadas no registradas, y de que había un entresuelo de construcción ilegal: murieron al menos 254 trabajadoras de la confección, y 55 fueron heridas. ¿Y la la fábrica Tazreen Fashions, situada también en Dacca? El 24 de noviembre de 2012 quedó arrasada por un incendio: 120 personas murieron atrapadas o tratando de escapar de las llamas, y otras 300 personas resultaron gravemente heridas. ¿Y la indsutrialización de la agricultura para abastecer al sector? La perversión del ciclo natural de las estaciones, los Organismos Genéticamente Modificados (el algodón Bt de Monsanto), los fertilizantes y los pesticidas, su toxicidad y los efectos en los organismos humanos. No me extraña que ir a comprar ropa me resulte un suplicio, y que tenga mi preferencia por un riguroso y enlutado negro.

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