Viv Albertine ha escrito un tremendo testimonio de los días gloriosos del punk londinense, "Ropa música chicos". La crónica de una vida intensa, que no feliz. Una inteligencia honesta e incómoda que da cuenta de sus sueños y fracasos, de caídas y nuevos entusiasmos. La crónica de una mujer fuerte y carismática que sobrevivió a la mugre y la furia de los años del estallido punk. O cómo perderse, cómo reencontrarse, cómo persistir.
"Quiero que los chicos vengan a vernos y a escucharnos tocar y que piensen: 'Quiero formar parte de esto'. No quiero que piensen: 'Qué guapas son', ni tampoco: 'Me gustaría follármelas', sino: 'Quiero formar parte de esa pandilla, tocar en ese grupo'. Quiero que los chicos deseen 'ser' nosotras y no tener que escuchar la conversación de siempre, como la que tuve que aguantar en la fiesta de Islington la otra noche, cuando un tipo me contó que tocaba la guitarra. -Yo también toco la guitarra- le dije. -¡Genial! Nos vendría bien alguna titi en nuestro grupo... Se llamaba Paul Weller. Mick quería romperle la cara cuando se lo conté, pero pensé que si lo hacía yo quedaría como una debilucha, así que no le dejé. Creo que la ropa de las Slits tiene la suficiente genialidad, nuestra actitud, la rebeldía necesaria, y nuestra música es tan única y potente que, con todo ello, lograremos mejorar comportamientos de ese tipo."
(Viv Albertine, "Ropa música chicos", 2014.)
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