domingo, 24 de marzo de 2019

Hernán Zin, "La guerra contra las mujeres" [2013]


En las nuevas formas de la guerra, informales, difusas, asimétricas, la violencia extrema contra las mujeres se presenta como objetivo estratégico central, comportamiento militar planificado, estrategia deliberada de guerra, los manuales de estudios militares recomendarán la violencia sexualizada: 'eliminad a las figuras enemigas prominentes, derribad sus construcciones significativas, forzad el embarazo de las mujeres, cometed atrocidades y difundid temor'. Los perros de la guerra andan sueltos, esquivos, discontinuos, constituyen facciones, bandos, maras, gangs, patotas, mafias, fuerzas paraestatales o estatales, ejércitos de mercenarios corporativos: las insignias, los uniformes, los rituales de identificación, probablemente sean de simple rudimento, no se escucharán solemnes discursos de declaración de guerra, no se inmortalizará en un retrato la sentida capitulación oficial, y los armisticios no serán respetados, alguno de los subgrupos de las corporaciones en liza actuará sin acatar directriz central. Sólo una anexión identitaria densa y vacía exige la correcta representación que renueva la alianza. Las consecuencias de una estremecedora pedagogía de la crueldad, quiebra moral, siembra de desconfianza, ruptura de la solidaridad comunitaria, abatimiento anímico, se desarrolla violenta a través de las redes afectivas que componen el entramado social: en el cuerpo femenino, convertido en campo de acción bélica, los enemigos de una red graban con saña las señales de su antagonismo. Pretensiones generales: extender el proyecto de poder, afianzar la alianza, atesorar nuevos recursos humanos, materiales y simbólicos, copar un considerable volumen de mercado en los negocios ilícitos de constante expansión: narcotráfico, mercadeo de armas, contrabando de riquezas minerales, piedras preciosas o maderas exóticas y animales casi extintos, trata consentida o engañosa de adultos y niños, tráfico de órganos, intercambio sumergido de grandes cantidades de bienes de consumo, su correcta presentación en los escaparates del comercio reglado no escandalizará al consumidor-objetivo, apertura y gestión de casas de juego, prostíbulos, casinos clandestinos, promoción de servicios de seguridad privada, protección mafiosa o compra de servicios policiales; próxima ambición a colmar, ganar la voluntad de algunos influyentes representantes políticos, invertir en grandes obras inmobiliarias, contratar una avezada agencia de blanqueo de dinero. En la guerra carnicera se aniquilan los pobres, carne de cañón de la primera línea de fuego, pretendidos emuladores de Tony Montana, tan ingenuos como voraces; serán los peces gordos quienes jueguen en las dos realidades de la esfera del éxito: la primera realidad, limpia, transparente, de aseada y ejemplar contabilidad pública, ellos la sabrán interferida, alimentada, lubricada, por alguno de los múltiples canales que los ingentes caudales de la segunda realidad mueven, en constante renovación mediante la sanguinaria obscenidad ejecutada en la guerra no convencional. ¿A qué huele el dinero sucio que se dona para una campaña electoral?, 'Non olet' Vespesiano. ¿De qué color se tinta la negra panoja que los gigantes bancarios del Norte blanquean? Hagan sus conexiones entre nicho policial, crimen y seguridad pública, no desesperen intuyendo las prerrogativas de un Estado que se presenta de Derecho, seguirá ambivalente su constante accionar estatal y paraestatal. ¿A qué institución podremos dirigirnos para denunciar la cruenta tortura que imprimió en el cuerpo de una mujer un joven feroz y brutal en su ambición por escalar a una posición social más elevada?

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