miércoles, 20 de marzo de 2019

Deedle Lacour y Matt Riggle, "Filmage: The Story of Descendents/All" [2012]


Si tienes la sensación de que el hardcorepunk ya no puede aportarte nada, párate un momento, reflexiona y sopesa, piensa en todos los buenos momentos que te ha hecho pasar o en las muchas amistades que te ha facilitado, y recuerda alguna de las bandas entrañables que el paso del tiempo es incapaz de deslucir. Piensa en Descendents, en Milo y Bill, enchúfate alguno de sus discos, el "Milos goes to College" o el "Enjoy! o el "Everithing sucks", y sencillamente disfruta, porque la frescura, la falta de complejos a la hora de escribir sobre temas emocionantes y cotidianos, el encanto de sus melodías y la fuerza del punkrock, todavía suponen una inyección de energía preciosa. Un frontman como Milo, orgullo nerd, antihéroe rockstar, bioquímico, no se encuentra a menudo. Enchúfate sus discos, recuerda qué es lo que apreciabas del calor del hardcorepunk, qué te proporcionó en tus años mozos, y disfruta. Los recuerdos bonitos, los álbums mágicos, permanecen.

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