viernes, 5 de abril de 2019

Héctor Olivera, "No habrá más penas ni olvido" [1983]


Un día del año 1974 en la ignota localidad Colonia Vela, en una indeterminada provincia argentina, se enfrentan absurdamente los dos bandos del peronismo. Ninguna de las dos fuerzas sociales, formadas fortuitamente por el azar de las circunstancias y por lealtades improvisadas o creadas en el transcurso de un tiempo anterior, cuestiona la necesidad de morir por Juan Domingo Perón. Algunos representantes institucionales, liderados por Suprino, el delegado normalizador del partido, y el intendente de la policía Guglielmini, se adscriben a un peronismo de derecha. Han recibido órdenes de depurar la municipalidad de 'marxistas comunistas', asumen las órdenes recibidas con la astucia aglutinante de lo social del monólogo del poder ('Somos todos argentinos, ¿por qué peleamos entonces?'), con el interés por preservar una situación privilegiada o acceder a posibles privilegios recompensa por una buena limpieza; están apoyados por el cuerpo policial y por los fascistas de la Triple AAA. Los peronistas de izquierda, acusados de bolcheviques y traidores subversivos, liderados por la carismática y cohesionadora figura de Ignacio Fuentes, el delegado municipal, salen a la pelea si un horizonte de expectativas claro (el peligro de perder la propia posición social, un ascenso, la presencia de la ultraderecha, la posibilidad de llevar a Perón al pueblo, etc.). Son apoyados por la Juventud Peronista ('La Tendencia') y otros sectores laboriosos del pueblo. Víctimas de un manejo político proveniente de las altas esferas, apenas tienen conciencia del proceso histórico de la lucha en la que participan. Habrá más penas y olvido. Un peliculón de Héctor Olivera, director también de la "La Patagonia Rebelde".

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