Ulises Lima y Arturo Belano, salvajes poetas real visceralistas, inspectores de la poesía moderna, rastreadores de los difuminados pasos de la pionera Cesárea Tinajero, persecutores de la libertad y el amor, que se hermanan con otros alocados ejecutores de la lírica, que derivan antojadizos por las calles de la gran Ciudad de Mexico, que roban en sus selectas librerías, beben en sus tugurios, invitadme a una cerveza en la Encrucijada Veracruzana, disfrutan del sexo sucio, se enamoran con temeridad, y establecen sus pequeños trapicheos para satisfacer las necesidades catatónicas de drogatas intelectualizados, que se fugan libertadores con Lupe y García Madero, burlad al infame padrote Alberto, que viajan erráticos a otras grandes urbes, París, Tel Aviv, Viena, Managua, Barcelona, Monrovia, Luanda, abiertos a la multiplicidad de encuentros, a sus riesgos y aventuras, Auxilio Lacouture, la madre de la poesía mexicana, que aquel violento día de octubre de 1968, que Taltelolco quede en nuestra memoria para siempre, fue testigo clandestina de la brutalidad del ejército y de los granaderos con los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, a su amparo acudió la poesía de Pedro Gargia, Xosé Lendoiro, pedante abogado catalán, remilgado poeta, empresario de las letras, que cae herido de muerte por la fuerza cruel del misterio de la creación, o Joaquin Font, el arquitecto de la vanguardia, cuerdo en un mundo de locos, loco en un mundo de cuerdos, escucha su aviso, no cometas el error de hacer una literatura para desesperados, no seas el típico pendejo que se suicida después de leer el Werther, que beben mezcal Los Suicidas, agua de la vida, con el arqueólogo de la literatura Amadeo Salvatierra, recorrerán la creación poética desde los albores de los tiempos a la más rabiosa y agotada poesía de nuestra era, brindad por todos nuestros camaradas muertos, ¿cuál es la relación entre la poesía y la existencia?, ¿conocieron Belano y Lima la Internacional Situacionista?, serían sus vidas vividas los máximos exponentes, 'nuestra época no necesita escribir consignas poéticas sino ejecutarlas', asesinaron a Cesárea, y quedaron exiliados, deambulando sinsentido entre el cadáver de la poesía, cansados, derrotados, 'eramos demasiado pequeños cuando se estaban gestando los proyectos de transformación radical del mundo, y cuando llegamos a la edad de participar en el mundo descubrimos que teníamos que escondernos entre escombros y cadáveres'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario