viernes, 30 de agosto de 2019

Cooperativa de Cinema Alternatiu, "Entre la esperanza y el fraude" [1975-1977]


El poeta surrealista Benjamin Péret, que estuvo en Barcelona desde agosto de 1936 hasta abril de 1937, se preguntaba,
'¿Cuál es la naturaleza de la revolución del 19 de julio de 1936?: ¿burguesa, antifascista, proletaria? ¿Existía una dualidad de poderes el 20 de julio de 1936? ¿En beneficio de quién evolucionó? ¿Qué fuerzas presidieron su liquidación? ¿Los trabajadores habían tomado el aparato de producción? ¿La nacionalización de la producción ha consagrado una situación de hecho o ha creado las bases materiales de un capitalismo de Estado? ¿Las organizaciones obreras (partidos, sindicatos, etcétera) intentaron organizar un poder obrero? ¿Dónde y en qué condiciones? ¿Por qué no ha llegado a la liquidación del poder burgués? ¿Por qué la revolución española acabó en desastre?'.
Los carteles que la Agrupación de los Amigos de Durruti había colocado en las paredes de Barcelona a finales de abril del '37 clamaban por un nuevo impulso revolucionario que estableciera una Junta Revolucionaria. A los pocos días, el 3 de mayo, tres camiones de guardias de asalto fuertemente armados por orden de la Generalidad tomaron el edificio de la Telefónica, bajo control cenetista. La noticia se propagó rápidamente y las barricadas se volvieron a levantar en la ciudad. Una octavilla de la Agrupación ganó celebridad,

"CNT-FAI.
Agrupación 'Los Amigos de Durruti'.
¡TRABAJADORES..!
Una Junta revolucionaria. Fusilamiento de los culpables.
Desarme de todos los Cuerpos armados.
Socialización de la economía.
Disolución de los partidos políticos que hayan agredido a la clase trabajadora.
No cedamos la calle. La revolución ante todo.
Saludamos a nuestros camaradas del POUM que han confraternizado en la calle con nosotros.
VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL... ¡ABAJO LA CONTRARREVOLUCIÓN!"

Barcelona volvía a estar controlada por el proletariado en armas. Los líderes de la CNT llamaron a abandonar la lucha, las consignas revolucionarias de los Amigos de Durruti no prevalecieron y los líderes anarcosindicales les desautorizaron y les acusaron de provocadores. Pocos días después aparecían los cadáveres de Camilo Berneri, Alfredo Martínez, y otros. Las competencias de seguridad y defensa pasaban definitivamente a estar controladas por el gobierno de Valencia...

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