viernes, 31 de mayo de 2019

Denise Affonço, "El infierno de los jemeres rojos. Testimonio de una superviviente" [2005]

De abril 1975 a octubre de 1979 la organización guerrillera Jemeres Rojos impuso, en la actual Camboya, lo que se conoció como la Kampuchea Democrática, bajo la consigna 'empujar a la gente a ser feliz', un estado fuertemente nacionalista que se decía de inspiración maoísta, con una economía radicalmente agraria surgida de la evacuación forzosa de las ciudades y de la manifiesta voluntad de destruir la civilización burguesa, la cultura urbana es su principal baluarte, unida a la recuperación de las creencias jemer, etnia dominante en Camboya que profesa un credo sincrético predominantemente budista. Fue un experimento genocida. ¿A qué monto asciende el número de cadáveres arrojado al agujero? ¿Qué responsabilidad tienen las potencias de la comunidad internacional en la subida al poder de la cohorte polpotiana? Y los libros seguirán conteniendo disertaciones más o menos lúcidas sobre el problema de mal. El testimonio de Denise Affonço, una camboyana de origen francés casada con un chino maoísta al que el nuevo gobierno reeducó arrojándole cadáver a una fosa común, resulta escalofriante. ¿Alguien se rebeló mientras eran obligados a abandonar las ciudades? ¿Alguna comunidad agraria plantó cara a los mandamientos delirantes de Angkar? Maldición.


"Cuando estuvimos reunidos todos los recién llegados, el señor Thiên nos inculcó, por primera vez, los diez mandamientos de Angkar, que debíamos aprender de memoria:
- Todo el mundo será reformado por el trabajo.
- No robaréis.
- Diréis siempre la verdad a Angkar.
- Obedeceréis a Angkar en cualquier circunstancia.
- Está prohibido expresar los sentimientos: alegría, tristeza.
- Está prohibido sentir nostalgia del pasado, el espíritu no debe vivoat (extraviarse).
- Está prohibido pegar a los niños, porque de ahora en adelante son los niños de Angkar.
- Los niños serán educados por Angkar.
- Jamás os quejaréis de nada.
- Si cometéis un acto contrario a las directrices de Angkar, haréis autocrítica en público en las reuniones diarias de adoctrinamiento, que son obligatorias para todos.
El señor Thiên hablaba en jemer; yo entendía lo que decía, pero como no sabía leer ni escribir en esa lengua, tuve que transcribir fonéticamente los sonidos que oía para memorizar esta lección de buena conducta que a partir de entonces tendríamos que repetir en cada reunión.
A continuación, apunto las instrucciones sobre nuestra 'apariencia':
- Nunca llevaréis ropa de colores.
- Teñiréis de negro todas nuestras prendas, con la ayuda de un zumo de fruta llamada 'makhoeur' que crece en la isla, para lo que debéis machacar las frutas para sacarles el zumo que luego herviréis con la ropa durante una hora aproximadamente.
- Las mujeres se cortarán las uñas y el pelo; ni hablar de uñas largas y manicura: el pelo se llevará corto, rapado.
- Iréis desclazos; ni zapatos ni sandalias.
- Las personas que tengan problemas de visión no tendrán derecho a utilizar cristales correctores; porque ya no son necesarios.
- Cuando os sentéis en un banco o en una silla, está prohibido cruzar una pierna por encima de otra, porque es un signo externo del capitalismo.
Después nos explicó nuestra nueva forma de vida, tanto los horarios de trabajo como los nuevos términos que adoptar en la lengua de todos los días.
- Trabajaréis todos los días desde el amanecer al anochecer; los sábados, domingos y festivos quedan abolidos y el trabajo se repartirá de la manera siguiente: las mujeres irán a plantar maíz cuando sea la temporada; los hombres se encargarán de desbrozar los terrenos todavía invadidos de maleza o árboles, donde se plantará caña de azúcar.
- No habrá más que dos comidas al día: mediodía y noche, para ayudar a que Angkar ahorre.
- El comercio ya no existe; no hay nada que comprar ni que vender. Angkar os distribuirá vuestra ración de arroz cada día y una botella de leche concentrada por familia a la semana (cuyo color nunca vimos). Para lo demás, ya os apañaréis vosotros solos.
-Para comer, queda prohibida la expresión 'pisa bai', a partir de ahora se dirá 'hôp bai' [* las dos expresiones significan 'comer', pero durante el antiguo régimen los burgueses e intelectuales utilizaban 'pisa bai', sobre todo para dirigirse a una persona de más edad o prestigio. La expresión 'hôp bai' fue impuesta por los jemeres rojos para borrar toda diferencia de trato debido a la edad]. - Los títulos de señor o de señora quedan abolidos, todo el mundo será 'mit', 'camarada' ('mit' para los hombres, 'mit neary' para las mujeres casadas, 'neary' para una chica joven).
- Todo el mundo hablará jemer; a partir de ahora está prohibido hablar en francés, chino o vietnamita."

(Denise Affonço, "El infierno de los jemeres rojos. Testimonio de una superviviente", 2005.)

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