jueves, 2 de mayo de 2019

Raoul Peck, "Lumumba" [2000]


Quizá Patrice Lumumba no fuera el héroe insomne de sobrehumana capacidad de trabajo que se presenta en la película, o quizá sí, pero para quienes intentamos resistir el canto de sirenas de la insularidad mundial, supone una figura admirable que abandera un otro Congo necesario: aquel en el que la orgía mineral sirva, al menos, para el bienestar de su población. Seguirá siendo la condena de nuestra era la teología extractiva. Humanos-minerales, humanos-metales, humanos-moneda, y la violación como arma sistemática de guerra. Seguirá hablándose de la gran división de la población mundial codificada por el capitalismo neoliberal: aquellos que son sujetos de mercado y de deuda, y aquellos sujetos que engrosan las legiones de la humanidad superflua.

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