"PARA LOS SIN VOZ
por el Niño Salvaje
Hablo por los que no pueden hablar, por los sin voz. Alzo la voz y agito los brazos y grito por aquellos a los que no veis, o quizá no podéis ver, por los invisibles. Por los pobres, por los desposeídos, por aquellos a los que se ha privado el derecho a voto; por las víctimas de la denominada Guerra contra la Droga, por los ochenta mil asesinados por los narcos, por la policía, por el ejército, por el gobierno, por los compradores de drogas y los vendedores de armas, por los inversores en sus torres relucientes que han invertido su 'nuevo dinero' en hoteles, centros turísticos, grandes almacenes y viviendas a las afueras.
Hablo por los torturados, los quemados y los despellejados por los narcos, apaleados y violados por los soldados, electrocutados y medio ahogados por la policía.
Hablo por los veinte mil huérfanos, por los hijos que han perdido a uno o ambos progenitores y cuya vida ya no volverá a ser la misma.
Hablo por los niños muertos, tiroteados en fuegos cruzados, asesinados junto a sus padres, arrancados del útero de sus madres.
Hablo por la gente esclavizada, obligada a trabajar en los ranchos de los narcos, forzada a luchar. Hablo por las masas pisoteadas por un sistema económico que se preocupa más de los beneficios que del pueblo.
Hablo por la gente que intentó contar la verdad, que intentó contar la historia, que intentó enseñaros lo que habéis estado haciendo. Pero los silenciasteis y los cegasteis para que no pudieran hablar de vosotros, para que no pudieran mostraros.
Hablo por ellos, pero os hablo a vosotros, a los ricos, a los poderosos, a los políticos, a los comandantes y a los generales. Hablo a Los Pinos y a la Cámara de los Diputados, hablo a la Casa Blanca y al Congreso, hablo a la AFI y a la DEA, hablo a los banqueros, a los rancheros, a los barones del petróleo, a los capitalistas y a los señores de la droga y os digo:
Sois todos iguales.
Todos sois el cártel.
Y sois culpables.
Sois culpables de asesinato, sois culpables de tortura, sois culpables de violación, de esclavitud, de opresión, pero, por encima de todo, yo os digo que sois culpables de indiferencia. No veis a la gente que aplastáis con el tacón. No veis su dolor, no oís sus gritos, no tienen voz, para vosotros son invisibles, y ellos son las víctimas de esta guerra que perpetuáis para manteneros por encima de ellos.
Esto no es una Guerra contra las Drogas.
Esto es una guerra contra los pobres.
Esto es una guerra contra los pobres y los desposeídos, los sin voz y los invisibles, que no dudaríais en apartar de vuestras calles como la basura que revolotea alrededor de vuestros tobillos y os ensucia los zapatos.
Enhorabuena.
Lo habéis conseguido.
Habéis llevado a cabo una limpieza.
Ahora el país es seguro para vuestros centros comerciales y vuestros terrenos del extrarradio; los invisibles no están a la vista y los sin voz están callados, como deben estar.
Pronuncio estas últimas palabras y ahora me mataréis por ello.
Solo os pido que me enterréis en la fosa común con los sin rostro y los sin nombre, sin una lápida.
Prefiero estar con ellos que con vosotros.
Ahora soy un sin voz e invisible.
Soy Pablo Mora."
(Don Winslow, "El cártel", 2015.)
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