viernes, 1 de febrero de 2019

Paul Moreira, "Toxic Somalia" [2010]


Somalia es un estado fallido, y esta falta de autoridad administrativa, no ha precisamente comportado que las gentes que habitan esa región del Cuerno de África hayan conseguido construir una sociedad organizada de abajo hacia arriba. La anarquía reina en Somalia, veinte años de guerra civil: Al-Shabaab, señores de la guerra, la Unión de Tribunales Islámicos, Puntland, Somalilandia, Galmudug, ¿y el Gobierno Federal de Transición?; en definitiva, una región fracturada que poco importa por la que campan los jinetes del apocalipsis. Es difícil enterarse de demasiado. ¿Recuerdan que en el 2009 los piratas somalíes saltaron a las primeras planas de los medios de comunicación internacionales? Elijan su versión: ¿ladrones del océano, secuestradores de buques que exigen rescates por una inocente tripulación que impunemente torturan, o salvadores del mar, pequeños pescadores a los que la actividad de los barcos de arrastre taiwaneses, españoles, rusos o tailandeses, ha arrebatado sus medios de vida? Esperen: las costas somalís también son usadas como vertedero de residuos tóxicos, especialmente por Italia, antigua metrópoli. De este perverso asunto se ocupa el documental, siguiendo el rastro de la difunta periodista italiana Ilaria Alpi, ametrallada en las calles de Mogadiscio, y de una red mafiosa italiana de exportación barata de desechos, integrada por grotescos y despreciables ejemplares humanos. Varias operaciones militares, policiales en verdad, antipiratería intentan proteger a los buques mercantes y petroleros, muchos de los cuales han incluido seguridad privada para hacer frente a los Grupos de Acción Pirata. Y qué más decir, pues que las costas de Somalia dan a un espacio estratégico del intercambio internacional de mercancías.


No hay comentarios:

Publicar un comentario