miércoles, 9 de enero de 2019

Barbet Schroeder, "El abogado del terror" [2007]

"- ¿Estaría dispuesto a defender a Hitler? - Por supuesto. E incluso a George W. Bush. Estoy dispuesto a defender a todo el mundo [...] a condición de que se declaren culpables."


¿De dónde surge la fascinación que nos provocan los abogados del diablo? El día de la capitulación alemana, ocurrió la olvidada matanza de las poblaciones argelinas de Setif, Guelma y Kerratha, aquel 8 de mayo de 1945: se estima que el ejército colonial francés asesinó alrededor de 40.000 personas. ¿Algunos hombres y mujeres a los que defendió Jacques Vergés? Djamila Bouhired del FLN argelino, Khieu Samphan, jefe de estado de la Camboya de los Jemeres Rojos, el ínclito Ilich Ramírez Sánchez, aka Carlos el chacal. el oficial de la Gestapo nazi Klaus Barbie, 'el carnicero de Lyón', el negacionista de la aniquilación industrial de seres humanos Roger Garaudy, el gabonés Omar Bongo o el chadiano Idriss Déby... Slobodan Milosevic, declinó la oferta de ser defendido por Vergès. En "La estrategia de la ruptura", escribía, "la distinción fundamental que determina el estilo del proceso penal es la actitud del acusado frente al orden público. Si lo acepta, el proceso es posible y constituye un diálogo entre el acusado que se explica y el juez cuyos valores son respetados. Si lo rechaza, el aparato judicial se desintegra, es el proceso de ruptura". Desplazar el debate al terreno político. "El Brillante Bastardo" es su autobiografía. Quiero conseguirla.

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