martes, 15 de enero de 2019

Dziga Vertov, "El hombre de la cámara" [1929]

Dziga Vertov, pieza clave los kinoks, teórico principal del Cine-Ojo, el cine-grabación de los hechos, promotor del Manifiesto del cinematógrafo sin actores, apasionado y contradictorio experimentador de la primera generación de cineastas bolcheviques (Eisenstein, Pudovkin, etc), crítico punzante de lo que denomina 'cine artístico', aquel compuesto con los consabidos atributos del actor gesticulante o la actriz sensual, con los recurrentes divertimentos de la fábula-guión, con la dirección del gran sacerdote-realizador, que adorna sus melosas producciones con costosos montajes-escenarios y otros suntuosos juguetes. Dziga Vertov, un documentalista de enorme creatividad y habitualmente velada influencia, a quien guardar sincera admiración. "El hombre de la cámara" es una sinfonía urbana del Leningrado de la década de finales de los años veinte: una obra maestra del montaje cinematográfico, una vertiginosa composición rítimica de expresión futurista, un despliegue técnico de las posibilidades de la cámara para presentar con más agudeza desde ángulos múltiples la vida que se desarrolla cerca de nosotros. Decía Alfred Hitchcock que 'algunos films son trozos de vida', que los suyos 'son trozos de pastel'. Sufrid vuestra obesidad catatónica: 'el drama cinematográfico es el opio del pueblo';
'El escenario es demasiado pequeño. Entren, pues, en la vida.'


CONSIGNAS ELEMENTALES

1. El cine-drama es el opio del pueblo.
2. ¡Abajo los reyes y reinas inmortales de la pantalla! Vivan los mortales normales filmados en la vida durante sus ocupaciones habituales.
3. ¡Abajo los guiones-fábula burgueses! Viva la vida tal y como es.
4. El cine-drama y la religión son un arma mortal en manos de los capitalistas. Por la demostración de nuestra cotidianidad revolucionaria, arrancaremos estas armas de las manos del enemigo.
5. El drama artístico actual es un vestigio del viejo mundo. Es una tentativa para deslizar nuestra realidad revolucionaria en el interior de formas burguesas.
6. Abajo la puesta en escena de la vida cotidiana: filmadnos de improvisto tal y como somos.
7. El guión es una fábula inventada sobre nosotros por un hombre de letras. Vivamos nuestra vida sin someternos a las invenciones de cualquier persona.
8. En la vida, todos nosotros nos dedicamos a nuestros asuntos sin impedir trabajar a los demás. El asunto de los kinoks es filmarnos sin impedirnos trabajar.
9. ¡Viva el cine-ojo de la revolución proletaria!

(Dziga Vertov, "Instrucciones provisionales a los cículos Cine-ojo", en "Memorias de un cineasta bolchevique".)

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