Una comunidad de alrededor de 800.000 personas engrosa la etnia Ta'ang, moradores de las montañas de Kokang, al norte del estado Shan, en el este de Myanmar, un pequeño narcoestado en manos de milicias vinculadas al gobierno y de guerrillas surgidas de los diferentes grupos étnicos levantados en armas, un conflictivo foco de intensa producción de metanfetaminas y opio. A principios de este 2019, el ICG, International Crisis Group, reportaba en un informe que 'el tráfico de cristal, junto al de las tabletas de anfetamina y la heroína, ha crecido tanto y es tan rentable que empequeñece la economía formal del estado de Shan, está en el corazón de su economía, alimenta la criminalidad y la corrupción y socava los esfuerzos para terminar los largos conflictos étnicos'. El repunte del enfrentamiento armado durante la primera mitad del año 2015, otro tenso episodio de una latente guerra civil enquistada desde hace décadas, provocó la huida de miles de personas de las diferentes etnias que pueblan la zona, entre ellas los Ta'ang. Wang Bing, cámara al hombro, observador sensible y respetuoso, se adentra en los campos de refugiados de Maidihe y Chachang, en la provincia china de Yunnan, fronteriza con Myanmar, siguiendo el tránsito migrante de las mujeres, los niños y los ancianos que se vieron obligados a abandonar sus hogares. Mientras de fondo, el ruido de la metralla recuerda insistente la angustia de la guerra, Bing se acerca a la incertidumbre y el miedo de los refugiados, su dura supervivencia en condiciones miserables, que a la luz de la hoguera exponen los relatos que dan testimonio de su suerte.
lunes, 21 de enero de 2019
Wang Bing, "Ta'ang" [2016]
Una comunidad de alrededor de 800.000 personas engrosa la etnia Ta'ang, moradores de las montañas de Kokang, al norte del estado Shan, en el este de Myanmar, un pequeño narcoestado en manos de milicias vinculadas al gobierno y de guerrillas surgidas de los diferentes grupos étnicos levantados en armas, un conflictivo foco de intensa producción de metanfetaminas y opio. A principios de este 2019, el ICG, International Crisis Group, reportaba en un informe que 'el tráfico de cristal, junto al de las tabletas de anfetamina y la heroína, ha crecido tanto y es tan rentable que empequeñece la economía formal del estado de Shan, está en el corazón de su economía, alimenta la criminalidad y la corrupción y socava los esfuerzos para terminar los largos conflictos étnicos'. El repunte del enfrentamiento armado durante la primera mitad del año 2015, otro tenso episodio de una latente guerra civil enquistada desde hace décadas, provocó la huida de miles de personas de las diferentes etnias que pueblan la zona, entre ellas los Ta'ang. Wang Bing, cámara al hombro, observador sensible y respetuoso, se adentra en los campos de refugiados de Maidihe y Chachang, en la provincia china de Yunnan, fronteriza con Myanmar, siguiendo el tránsito migrante de las mujeres, los niños y los ancianos que se vieron obligados a abandonar sus hogares. Mientras de fondo, el ruido de la metralla recuerda insistente la angustia de la guerra, Bing se acerca a la incertidumbre y el miedo de los refugiados, su dura supervivencia en condiciones miserables, que a la luz de la hoguera exponen los relatos que dan testimonio de su suerte.
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