jueves, 3 de enero de 2019

Ziad Kalthoum, "Taste of cement" [2017]

Beirut, Líbano. Los obreros de un rascacielos en construcción no pueden abandonar las instalaciones, el toque de queda impuesto por las autoridades a la población siria lo impide: deben permanecer tras finalizar la jornada de trabajo en el sótano. Allí ven las noticias en un televisor cascado, juegan con sus artefactos móviles, se aburren mirando al techo, desesperan. La cifra de refugiados sirios en el Líbano, un país en el centro de la tormenta de Oriente Medio que bordea constantemente el colapso, asciende [datos de 2017] a novecientas mil personas, según ACNUR, y a un millón y medio según el gobierno de Beirut. Los pobres compiten por los mismos recursos, el Estado es incapaz de ofrecer un cuidado básico a la población e impide a los exiliados recibir tratamiento sanitario o acceder al sistema educativo, y la xenofobia de una parte de los lugareños, creciente y rabiosa, provoca situaciones violentas conducentes a situaciones desesperadas: los sirios son acusados de radicalismo suní, y a él les empuja el hostigamiento y la falta de perspectivas. Un maldito círculo vicioso. La salida de los refugiados del Líbano es una prioridad de la agenda nacional, ¿pero les es posible regresar a una Siria controlada por las fuerzas de al-Asad?


“Volvemos a encontrarnos con una de las características catastróficas del final del dominio otomano, a saber, el asesinato y el desplazamiento de grupos humanos enteros. Alrededor de 4,3 millones de sirios son refugiados y otros 7,6 millones están desplazados, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. Hay otros 3,1 millones de desplazados en Iraq. Lo que estas crudas estadísticas no dicen es que muchas de estas personas no podrán volver jamás a sus hogares, porque va a ser demasiado peligroso o se les impedirá físicamente hacerlo. Los palestinos denominan 'la Nakba', 'la Catástrofe', a su expulsión y huida de Palestina en 1948; pues bien, muchas catástrofes como aquella están ocurriendo ahora mismo en Iraq y Siria, donde suníes, chiíes, alauíes, cristianos, yazadíes y comunidades más pequeñas están huyendo para salvar la vida.”

(Patrick Cockburn, "La era de la yihad. El Estado islámico y la guerra por Oriente Próximo", 2016.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario