(Robin Yassin-Kassab y Leila al Shami, "País en llamas. Los sirios en la revolución y en la guerra", 2016.)
En diciembre del 2011, los acontecimientos en las ciudades sirias apuntaban a la intensificación y la extensión de la deriva sanguinaria, el cineasta Bassel Shehadeh, reportaba para Democracy Now!, 'La violencia que se vive en la ciudad de Homs (yo lo pude ver la semana pasada, estaba ahí) está amenazando con transformarse en una guerra civil. En la ciudad, se ha desplegado una ofensiva que está castigando la zona del levantamiento y matando civiles y que está forzando a los habitantes de la ciudad a formar una resistencia armada contra las fuerzas del régimen. Esta resistencia está siendo apoyada por desertores del ejército. En resumen, hay una batalla entre los habitantes de la ciudad y las fuerzas de la seguridad y los simpatizantes del régimen'. El enfrentamiento armado se generalizaba. La aplicación artillera de las consignas del gobierno sirio, 'Asad o quemamos el país', 'Asad o nadie', precipitó la creación de las unidades armadas, nutridas principalmente desertores del ejército regular, que difusamente se aglutinaron bajo el nombre de Ejército Libre Sirio (ELS). La intifada popular siria se militarizaba, la experiencia ética y política de la revolución comenzaba su proceso de degradación, el lenguaje afrontaba su inevitable proceso de deterioro, y el desplazamiento hacia el nihilismo combatiente, auspiciado por la respuesta brutal del régimen y una vez frustradas las perspectivas de articulación política de los grupos del ELS, daba progresivo protagonismo a los más duros y fanáticos de entre la población rebelde. En las guerras, hay dos clases sociales, los que tienen armas y los que no las tienen. Las preguntas que siguen rondando, ¿por qué los revolucionarios sirios fueron abandonados y desdeñados? ¿por qué desde amplios sectores de la izquierda europea se les desautorizó considerándolos meros ejecutores de algún oscuro plan imperial diseñado por las potencias occidentales? ¿qué elitismo absurdo invalida la potestad de los revolucionarios sirios de producir su propio conocimiento? Era otra muestra de la cerrilidad del esquematismo antiimperialista, que otra vez silenciaba a quienes tomaban parte en la primera línea de la batalla, deslegitimando sus aspiraciones y forzándoles al aislamiento. Bassel Shehadeh, el director de este documental, que recoge una serie de testimonios de los sirios implicados en la revolución, fue asesinado por guardias asadistas en mayo del 2012 en Homs.
"Mi estimación es que la base de esas posturas patriarcales retrógradas por parte de nuestros amigos antiimperialistas es doble. En primer lugar, la transformación de la izquierda comunista y sus herederos hacia posturas típicas de la clase media educada, separada del sufrimiento humano, e incapaz de innovar, como los 'bakdashíes'. Esto se relaciona con las transformaciones de la economía en los países capitalistas centrale, la desindustrialización, el retroceso del peso de la clase trabajadora industrial y la aparición de la izquierda del 'campus', que no hace nada y sabe poco, a pesar de su posición en la academia. Ya no hay nada revolucionario ni liberador en su formación, y no libran ningún verdadero conflicto. En segundo lugar, están los esquemas ideológicas de la guerra fría; es decir, el conocimiento por reminiscencia, al estilo platónico, y también, la esterilidad intelectual y la escasez de innovación."
(Yassin al-Haj Saleh, "Siria y la izquierda antiimperialista occidental", 2017.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario