"Camaradas, oímos una y otra vez, no alimentéis la 'confusäo'. ¡Conque no!, ¿eh? ¿Acaso depende de nosotros? El parte del frente es más preciso: ¿Qué hay de nuevo? ¿Que qué hay de nuevo? 'Confusäo!' Todo aquel que haya comprendido el sentido de esta palabra ya lo sabe todo. A veces ocurre que la 'confusäo' se extiende sobre territorios muy vastos y se enseñorea de millones de personas. Entonces estalla una guerra. Semejante estado no se puede borrar de un plumazo, es imposible eliminarlo en un abrir y cerrar de ojos. Aquel que intente hacerlo demostrando un celo desmedido caerá él mismo en la 'confusäo'. Lo mejor es actuar despacio y esperar. Al cabo de un tiempo, la 'confusäo' perderá fuerza, se debilitará y acabará por desaparecer. Salimos de ella agotados, aunque también contentos en cierto modo, satisfechos de haberla superado. Y volvemos a acumular energías para la siguiente 'confusäo'."
(Ryszard Kapuściński, "Un día más con vida", 1976.)
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